Desfile hacia la amnesia

[Ventura Morón]

...

Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Era una hilera negra que cosía la mirada a la tierra,
una cadena de eslabones vivos que ocultaba sus lacerantes fauces
erosionando el aliento de la fe
que silbaba
entre las cordilleras frágiles de la entereza.

Dibujaban una telaraña densa
que iba engrosando sus patas,
como una tormenta de arena oscura
que borrara perseverante las huellas de su partida.
Cualquier migaja desaparecía, devorada,
como lo era la memoria.

Empezaron colándose por las rendijas de la calma,
y poco a poco,
fueron cubriendo la piel del desvelo, mientras inundaban
del olvido su garganta, que dejó de pronunciar su nombre
para rendirse a una afonía de desierto.

Solo quedaron los huesos de la nostalgia
sembrados por el suelo, y una fotografía, a modo de epitafio,
que había sido arrastrada hasta el fondo del hormiguero.

Extrañamente, permaneció un círculo inmaculado
que parecía repeler las patas del mudo ejército.
Por alguna razón, el lugar donde se despidió era tan blanco
como la cicatriz de una estrella muerta.

Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Hoy, han desaparecido, y en lugar de su rencor,
reina un olor a insecticida
que cubre invisible los mordiscos de la ausencia.

Adentro,
sigue una hormiga instalada,
rumiando feroz sus venas,
infectadas
por un beso de miel homicida, maná
para una plaga que exhumara los demonios del recuerdo.
.
.
.

[Hallie Hernández Alfaro]

Madre mía, qué poemazo; un desarrollo exquisito de la idea, un reino bellísimo y doliente que nos descubre la enfermedad del olvido.
Las hormigas, los trechos oscuros, la tragedia que va sitiando los robles de la memoria; un trabajo sobresaliente, amigo del alma.

Ovación sostenida.

Abrazos.

[Rosa Marzal]

Qué tremendo poema, Ventura; de qué manera tan brillante vas acrecentando el dramatismo hasta ese potente final.

Me uno a los aplausos, compañero.

Un abrazo.

[Luis M]

Un poema que rebosa imaginación e intensidad dramática, además de estar muy bien construido. Un verdadero placer de lectura, Ventura. Mis felicitaciones y un fuerte abrazo, amigo.

[Maria Rodriguez]

Imaginativo poema que brota de tu mente creativa. Me gustó
Un abrazo
Maria

[E. R. Aristy]

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Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Era una hilera negra que cosía la mirada a la tierra,
una cadena de eslabones vivos que ocultaba sus lacerantes fauces
erosionando el aliento de la fe
que silbaba
entre las cordilleras frágiles de la entereza.

Dibujaban una telaraña densa
que iba engrosando sus patas,
como una tormenta de arena oscura
que borrara perseverante las huellas de su partida.
Cualquier migaja desaparecía, devorada,
como lo era la memoria.

Empezaron colándose por las rendijas de la calma,
y poco a poco,
fueron cubriendo la piel del desvelo, mientras inundaban
del olvido su garganta, que dejó de pronunciar su nombre
para rendirse a una afonía de desierto.

Solo quedaron los huesos de la nostalgia
sembrados por el suelo, y una fotografía, a modo de epitafio,
que había sido arrastrada hasta el fondo del hormiguero.

Extrañamente, permaneció un círculo inmaculado
que parecía repeler las patas del mudo ejército.
Por alguna razón, el lugar donde se despidió era tan blanco
como la cicatriz de una estrella muerta.

Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Hoy, han desaparecido, y en lugar de su rencor,
reina un olor a insecticida
que cubre invisible los mordiscos de la ausencia.

Adentro,
sigue una hormiga instalada,
rumiando feroz sus venas,
infectadas
por un beso de miel homicida, maná
para una plaga que exhumara los demonios del recuerdo.
.
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Excelente, Ventura! Me ha provocado pensar en la película de alto suspenso psicológico "The Ring". Encuentro en tu poema un desarrollo consciente, dirigído por potente imaginería. Celebro tu ingenio y alta creatividad! Abrazos, ERA

[Rafael Zambrano Vargas]

Ventura Morón: La verdad es que escribes de maravilla, con esos juegos de palabras y metáforas
que brillan con luz propia, lectura amena y vanguardista que deleita enseñando.

Felicidades, por el poema

Y un abrazo, poeta

Rafael

[Pilar Morte]

Buen poema que hace disfrutar de su lectura. Me gustó mucho
Besos
Pilar

[Marisa Peral]

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Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Era una hilera negra que cosía la mirada a la tierra,
una cadena de eslabones vivos que ocultaba sus lacerantes fauces
erosionando el aliento de la fe
que silbaba
entre las cordilleras frágiles de la entereza.

Dibujaban una telaraña densa
que iba engrosando sus patas,
como una tormenta de arena oscura
que borrara perseverante las huellas de su partida.
Cualquier migaja desaparecía, devorada,
como lo era la memoria.

Empezaron colándose por las rendijas de la calma,
y poco a poco,
fueron cubriendo la piel del desvelo, mientras inundaban
del olvido su garganta, que dejó de pronunciar su nombre
para rendirse a una afonía de desierto.

Solo quedaron los huesos de la nostalgia
sembrados por el suelo, y una fotografía, a modo de epitafio,
que había sido arrastrada hasta el fondo del hormiguero.

Extrañamente, permaneció un círculo inmaculado
que parecía repeler las patas del mudo ejército.
Por alguna razón, el lugar donde se despidió era tan blanco
como la cicatriz de una estrella muerta.

Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Hoy, han desaparecido, y en lugar de su rencor,
reina un olor a insecticida
que cubre invisible los mordiscos de la ausencia.

Adentro,
sigue una hormiga instalada,
rumiando feroz sus venas,
infectadas
por un beso de miel homicida, maná
para una plaga que exhumara los demonios del recuerdo.
.
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Hola Ventura, he tardado en venir porque lo que tenía que decirte es triste..
Mi madre veía hormigas, a todas horas. Mi abuela veía serpientes que subían por la fachada de la casa de enfrente.
Y cuando empecé a leerte tuve que dejarlo porque adivinaba el desenlace.
Hoy te leo con más calma y eres bueno, muy bueno amigo, transmites la emoción como pocos y a pesar de la dureza del tema tengo que decir que me gusta cómo lo has plasmado.
Mi felicitación y mi abrazo, y un beso.

[jose manuel saiz]

Un poema profundo, escrito con elegante inteligencia. Hermosa la metáfora. Espléndido trabajo en su tristeza.
Un fuerte abrazo.
J. Manuel

[Guillermo Cumar.]

Demonios son los que reducen la me memoria y demonios los que abren grietas en la tierra para que los habitantes enterrados
ronden el deterioro y la agnosia que en tu caso está dormida. Los sentires se efienden de los litigios que la vivencia pone en augeñ
Bien por tu correcto inspiración y por la sangre aún fresca que remueve las venas con la metáfora en vigor.
Buen poema, amigo para despertar los recuerdos que aún nos dan medida al calendario.

un abrazo

[Antonia Mauro]

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Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Era una hilera negra que cosía la mirada a la tierra,
una cadena de eslabones vivos que ocultaba sus lacerantes fauces
erosionando el aliento de la fe
que silbaba
entre las cordilleras frágiles de la entereza.

Dibujaban una telaraña densa
que iba engrosando sus patas,
como una tormenta de arena oscura
que borrara perseverante las huellas de su partida.
Cualquier migaja desaparecía, devorada,
como lo era la memoria.

Empezaron colándose por las rendijas de la calma,
y poco a poco,
fueron cubriendo la piel del desvelo, mientras inundaban
del olvido su garganta, que dejó de pronunciar su nombre
para rendirse a una afonía de desierto.

Solo quedaron los huesos de la nostalgia
sembrados por el suelo, y una fotografía, a modo de epitafio,
que había sido arrastrada hasta el fondo del hormiguero.

Extrañamente, permaneció un círculo inmaculado
que parecía repeler las patas del mudo ejército.
Por alguna razón, el lugar donde se despidió era tan blanco
como la cicatriz de una estrella muerta.

Dicen que desde que se fue, vinieron las hormigas.
Hoy, han desaparecido, y en lugar de su rencor,
reina un olor a insecticida
que cubre invisible los mordiscos de la ausencia.

Adentro,
sigue una hormiga instalada,
rumiando feroz sus venas,
infectadas
por un beso de miel homicida, maná
para una plaga que exhumara los demonios del recuerdo.
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Muy bueno.

Mira que a mi no me molestan nada las hormigas pero las conviertes en cucarachas gigantes, que las odio y me dan pánico.

Que bien retratado el dolor de la ausencia.

Un saludo.

[Ventura Morón]

Madre mía, qué poemazo; un desarrollo exquisito de la idea, un reino bellísimo y doliente que nos descubre la enfermedad del olvido.
Las hormigas, los trechos oscuros, la tragedia que va sitiando los robles de la memoria; un trabajo sobresaliente, amigo del alma.

Ovación sostenida.

Abrazos.

Gracias querida y admirada amiga mía. Cualquier ausencia, abandono, olvido, es absorbida en sus heridas, más o menos latentes y/o visibles.
Gracias por tu generoso paso, beso grande para vos

[Carmen Pla]

Inmenso el poema, me ha sorprendido el final.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo, Ventura

[xaime oroza carballo]

Estremecedor, inquietante el mensaje de esta enormidad de poema. Sutil el paladeo. Volveré a él.
Un abrazo