¡ Dádme una mano !
y será colibrí el grafo ,
vértices las caléndulas
y bucles coincidentes,
( amarrados al pico de la abubilla,)
el alga en lazo.
Si me dais una mano,
- sólo una mano -
al enigma de Königsberg añado un puente
y seremos ocho a la orilla del Pregel,
juncos nadando
- de salto en salto –
tu mano en la mía,
amigo,
hermano.
Le diremos a Euler que es más sencillo abrir los brazos.
(Ya ves, si queremos, las cosas que somos capaces de hacer si las fe nos acompaña. Domingo hoy, así, nublado y ventoso febrerero. )