
Hoy es mi cumpleaños.
Un año más pasa por estas manos
que dibujan mis sentimientos,
que lloran conmigo los desastre humanos;
acompañándome en la tristeza y las pocas alegrías.
Es duro seguir marcando los caminos
con los pies llenos de polvo
que arrastro por mi amada Gaia.
Ser como un mensajero del diablo al que nadie escucha,
y con dolor ver como los bosques se quedan sin su sangre.
Por muchos fuegos que apague, por muchas lagrimas que eche a los ríos,
no habrá suficiente agua para serenar a las montañas
que rugen y lloran por sus grietas.
Ni acallar ese clamor de la guerra.
Hasta los úteros de nuestra tierra están enfermos
y se lanzan al vacío de los sin vida.
Cada día desaparece una especie
y algo de nosotros muere.
Hoy he vuelto a morir al ver arder un bosque,
y he visto como su sangre gritaba entre las llamas