Consciencia

[jose manuel saiz]

CONSCIENCIA


Durmiendo tuve un sueño
donde me vi a mí mismo
en este existencial contexto:
Yo miraba a un perro,
que miraba a un gato,
que miraba a un pájaro,
que miraba a un insecto que volaba
sobre un caballo que pastaba
viendo pasar un tren lleno de gente
que miraba tras los cristales
el paisaje de un campo
donde un paisano araba
y ojeaba de vez en cuando
su reloj.

El tren corría,
pasaba el tiempo
y, mientras tanto,
en mi sueño,
ese perro que yo miraba
corrió de pronto tras el gato
que, a su vez, se lanzó a por el pájaro
que voló, en ese instante, hacia el insecto
posado sobre el lomo del caballo,
que veía pasar un tren
con gente que miraba el campo.

Se escuchaban campanas a lo lejos.
El paisano que araba se marchó
mirando su reloj…
y la tierra quedó desierta.
Llegó el silencio,
la quietud,
la nada…
y me sentí muy solo.
Y yo, consciente
de lo que acontecía alrededor,
miré a mi espalda
temeroso de mí mismo y del ojo
que creía me espiaba, pues,
en medio de aquel sueño,
donde unos a otros se observaban,
sentí que yo también formaba parte
de aquella trama y su misterio.

Entonces me sentí desnudo.
Y volví de mi ensueño.

Por un momento estuve, al mismo tiempo,
en la mente del perro, en la del gato,
en el estar del pájaro, el insecto
y el caballo.
Me introduje en el cuerpo del paisano,
en su reloj
y en un minúsculo átomo del campo.
Me metí en el anhelo de la gente
de aquel tren, en el propio tren,
la tierra, las campanas y el arado.
Yo miraba a través del ojo
de todo lo creado.

Fui, en un instante,
el ahora, el pasado y el futuro.
Viví la evolución del universo
a través del tiempo y el espacio.
Sentí, por un segundo,
aquel primer aliento de un ser vivo
sobre la tierra
y el último estertor
de gas de la galaxia.
Dormido,
un sentimiento atávico alumbró,
como un faro,
la propia infinitud de mi conciencia.

Por un momento supe quién era
y comprendí el significado exacto
de mi nombre.

Entendí lo que Adán y Eva sintieron
al degustar el fruto
del Árbol de la Ciencia.

Sin saberlo, una noche,
comí de la manzana
pura de la consciencia.

Desde entonces
nunca más me sentí dormido.



--oOo--

[Mirta Elena Tessio]

CONSCIENCIA


Yo dormía, y durmiendo tuve un sueño
donde me vi a mí mismo en este
existencial contexto:

Yo miraba a un perro que miraba a un gato que miraba a un pájaro
que miraba a un insecto que volaba sobre un caballo que pastaba
viendo pasar un tren lleno de gente que miraba tras los cristales
el paisaje de un campo donde un paisano araba
y ojeaba de vez en cuando un reloj en su muñeca.

El tren corría, el tiempo pasaba y, mientras tanto,
en mi sueño, aquel perro al que yo miraba se lanzó
de pronto tras el gato, que a su vez saltó a por el pájaro
que voló en ese instante hacia el insecto que acechaba
el lomo del caballo que veía pasar un tren
con gente que miraba el campo.

Se escuchaban campanas a lo lejos.
El paisano que araba se marchó mirando su reloj…
y la tierra quedó desierta. Llegó el silencio, la quietud, la nada…
y me sentí muy solo: y yo, consciente
de lo que acontecía alrededor, miré a mis espaldas temeroso
de mí mismo, y del ojo que sin duda me espiaba,
pues, en medio de aquel sueño donde todos se observaban,
sentí que yo también formaba parte de aquella trama
extraña y misteriosa.

Entonces me sentí desnudo, y desperté de mi ensueño.

Por un momento estuve, al mismo tiempo,
en la mente de aquel perro, en la del gato, en el instinto
del pájaro, el insecto y el caballo.

Me introduje en la mente del paisano, en su reloj y en un átomo del campo.
Me metí en el anhelo de la gente de aquel tren, en el propio tren,
la tierra, las campanas y el arado. Yo miraba a través del ojo
de todo lo creado. Fui, en un instante, el ahora, el pasado
y el futuro. Viví la evolución del universo a través
del tiempo y el espacio. Experimenté, por un segundo,
aquel primer aliento de un ser vivo sobre la tierra
y el último estertor de gas de la galaxia. Dormido,
un sentimiento atávico iluminó, como un estigma,
la propia infinitud de mi conciencia.

Por un instante supe quién era y el significado exacto
de mi nombre. Entendí lo que Adán y Eva sintieron
al degustar el fruto del Árbol de la Ciencia.
Sin saberlo, durmiendo, comí de la manzana
pura de la consciencia.

Desde entonces
nunca más me sentí dormido.


--oOo--

José Manuel, yo no entiendo de formas estéticas del poema, solo entiendo la dialéctica del Ser.

Describes tu sueño y lo entiendo como que estas Siendo parte de la creación, en cada estado de la naturaleza.Y le sigue una continuidad
como un reverso de la conciencia.Ella te devuelve luminosidad a cerca de tí. La metáfora del árbol de la ciencia del bien y del mal, la fruta prohibida, para mí desde mi lugar ellos querían aprender" lo deseado y lo temido" he hicieron la tarea y se lanzaron a vivir.

Me ha cautivado tu poema. Solo sé que Budas y Jesús eran seres despiertos.
Un abrazo José Manuel. Esto es mío. El hombre vive en sueños.-

[Antonio Satír]

Digo que este poema es de lo mejor que he leído en este último tiempo, muy original y profundo.
Mis saludos compañero.

Satír.

[Armilo Brotón]

Estupendo poema, José Manuel, que me sirve para una honda meditación amigo.
La poesía al servicio de todos las facetas del ser humano.
Un abrazo

[E. R. Aristy]

CONSCIENCIA


Yo dormía, y durmiendo tuve un sueño
donde me vi a mí mismo en este
existencial contexto:

Yo miraba a un perro que miraba a un gato que miraba a un pájaro
que miraba a un insecto que volaba sobre un caballo que pastaba
viendo pasar un tren lleno de gente que miraba tras los cristales
el paisaje de un campo donde un paisano araba
y ojeaba de vez en cuando un reloj en su muñeca.

El tren corría, el tiempo pasaba y, mientras tanto,
en mi sueño, aquel perro al que yo miraba se lanzó
de pronto tras el gato, que a su vez saltó a por el pájaro
que voló en ese instante hacia el insecto que acechaba
el lomo del caballo que veía pasar un tren
con gente que miraba el campo.

Se escuchaban campanas a lo lejos.
El paisano que araba se marchó mirando su reloj…
y la tierra quedó desierta. Llegó el silencio, la quietud, la nada…
y me sentí muy solo: y yo, consciente
de lo que acontecía alrededor, miré a mis espaldas temeroso
de mí mismo, y del ojo que sin duda me espiaba,
pues, en medio de aquel sueño donde todos se observaban,
sentí que yo también formaba parte de aquella trama
extraña y misteriosa.

Entonces me sentí desnudo, y desperté de mi ensueño.

Por un momento estuve, al mismo tiempo,
en la mente de aquel perro, en la del gato, en el instinto
del pájaro, el insecto y el caballo.

Me introduje en la mente del paisano, en su reloj y en un átomo del campo.
Me metí en el anhelo de la gente de aquel tren, en el propio tren,
la tierra, las campanas y el arado. Yo miraba a través del ojo
de todo lo creado. Fui, en un instante, el ahora, el pasado
y el futuro. Viví la evolución del universo a través
del tiempo y el espacio. Experimenté, por un segundo,
aquel primer aliento de un ser vivo sobre la tierra
y el último estertor de gas de la galaxia. Dormido,
un sentimiento atávico iluminó, como un estigma,
la propia infinitud de mi conciencia.

Por un instante supe quién era y el significado exacto
de mi nombre. Entendí lo que Adán y Eva sintieron
al degustar el fruto del Árbol de la Ciencia.
Sin saberlo, durmiendo, comí de la manzana
pura de la consciencia.

Desde entonces
nunca más me sentí dormido.


--oOo--

Un poema psicogénico maravilloso, Jose Manuel. Un abrazo, ERA

[Guillermo Cumar.]

Un sueño que parece un cuento y que va abriendo los horizontes de la vida.
Todo un mensaje para pensar y escribir mientras se está despierto, amigo.
Sueño y cuento visten de tu imaginación y que bien remozan el ambiente
existencial del ser humano.

Mi felicitación. un gran y magnífico poema.

[Ramón Castro Méndez]

Maravilloso poema, José Manuel. Un cuento que se desarrolla en un sueño y que se desvela para tomar consciencia. El despertar hacia una vida más intensa. Una hermosa llamada a la reflexión, en esa complejidad en la que la vida, a veces, envuelve al ser humano. Un placer de lectura, amigo.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una genialidad !!!! esta omnisciencia del poeta

De lo mejor que se ha escrito en estos foros desde hace tiempo.

Te felicito, querido amigo.

Un fuerte abrazo

[jose manuel saiz]

Muchas gracias camaradas y amigos por vuestros más que generosos comentarios.
Un fuerte abrazo.
J. Manuel

[Pilar Morte]

Magnífico poema. Una reflexión de la existencia que comparto plenamente. Felicidades por esta gran obra
Besos
Pilar

[Josefa A. Sánchez]

Inmenso el poema. Un lujo leerte.
Un abrazo.
Pepa

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo de José Manuel.

[Carmen Pla]

Un poema extraordinario, original, me gusta el enfoque del tema desde otra perspectiva de visión, las imágenes son estimulantes para el lector. Muy logrado, José Manuel.
Un placer de lectura.
Abrazos.

[Rafel Calle]

Gran Reserva de Alaire.

[María Inés Iacometti]

Excelente José!!! El viaje por tu sueño es magnífico. Un abrazo amigo querido.

Gracias por permitirnos volver a estás creaciones estupendas Rafel Calle. Cordiales saludos.