Dark Moon Walker escribió:Tengo ganas de llorar, amiga,
y a veces. Sabes. A solas lloro.
Pero aún me trago las lágrimas,
por algún estúpido decoro.
Porque sé que, en realidad,
no lloro por ti
sino por mí,
y por todo.
Amiga.
¿Recuerdas cómo me pusiste
una mano en el lomo?
¿Y la cara de extrañados
de mis guardianes
cuando les pediste
que nos dejaran solos?
Te atreviste,
dentro de aquella jaula de alambre,
a mirarme a los ojos,
a sonreírme, tan afable,
a tener orejas, a escucharme.
Te atreviste a ser sincera,
a contarme también tus penas
y a abrazarme, aquel día,
que te entregase aquel poema.
Gracias, amiga, gracias,
por ser siempre quien eras,
aunque, ahora,
me salen estas tontas lágrimas,
por mí y por todo,
y porque nunca te dije te quiero,
aunque sé que bien lo sabías.
Lloro porque tú te has ido
y yo me quedo,
porque tú estás muerta
y así es la vida.
Y es que a veces lloro,
amiga mía,
como ahora,
que, al recordarte,
me caen mansas lágrimas.
Aunque estas,
estas sé que son sólo por mí
pues, sé, tú descansas en paz
y tranquila.
Me conmueven esas mansas lagrimas, Dark Moon. La yuxtaposición de esa jaula de alambre me sugiere que el protagonista del poema es fiero o por lo menos arisco. Sin embargo este es un poema de amor puro, un poema de intercambios intangibles; un poema, y alguien que le regala su oído. Es eso a veces lo que hace que seamos ariscos, las desoídas expresiones del alma nos retraen...me han maravillado la sensibilidad y lucidez de tus versos. Abrazos, ERA
