La carta

[Víctor F. Mallada]

La carta

En la clandestinidad de un baúl desarrapado,
escondido entre las páginas
de un libro empastado en piel,
encontré un sobre añoso,
con sello sin fechador y la faz de Alfonso XIII.

El remite… de ultramar;
dentro, una carta a plumilla,
con letra tirada, escrita levemente en diagonal
sobre papel satinado y dos frases lapidarias:

“Te espero, ya sabes donde, cuando repiquen al Angelus
las campanas de San Juan y haya vuelto el Paquebot.
Quien quiere comerte a besos”…

Firmado: R del C.

Busqué en otros recovecos del desván de los abuelos,
en listas de pasajeros, en registros bautismales;
pregunté a los familiares sin obtener más respuesta que…
él era muy buena gente, caballero, reservado
y que nunca se casó.

Que volviera de ultramar muy a finales de siglo;
con dinero y un chaval de rasgos algo tainos,
un suave acento boricua y muy tímido en la mesa.

Al chico lo conocí en fotos de mi niñez ya convertido en abuelo;
contaba muchas historias, sospecho que idealizadas,
de un Caribe bullanguero perdido por la impotencia
de una España desangrada.

(El abuelo nunca me habló de su madre
y yo nunca le pregunté que quién era, por qué no estaba
presente en nuestras conversaciones).

A él lo quise con locura mientras vivió con nosotros
y, hasta el final de sus días, el autobús era “guagua”
los “bochiches” cotilleos y las “jumas” borracheras.

Aún sueño con él, despierto:
enjuto, pausado, altivo, algo pillo con las damas
y guardián de su familia hasta, incluso, por encima
de lo que marca la ley.

El baúl que había en su casa… era de mi bisabuelo;

La carta............................................. no se de quién.


Víctor F. Mallada

[Carmen Pla]

Una historia poética preciosa que encierra intriga y misterio.
Me ha encantado, tiene toda la realidad de los personajes como protagonistas.
Un placer, Víctor
Un abrazo

[Hallie Hernández Alfaro]

Hombre, Víctor, me has emocionado y mucho; las generaciones transmigradas, la dulzura de dos mundos, el amor a salvo.

Para llevar consigo en esta vida y en las próximas.

Abrazo y felicitaciones.

[Guillermo Cumar.]

La curiosidad te atacó por lo poético y qué bien nos ha venido tu descripción y narración del tema. Que quisiste investigar, como cualquiera,
para entrar en los gajes del augurio y descerrajar las fronteras que a veces son inaccesibles por inmarcesibles.

Agradable la lectura

[Alejandro Costa]

No sabría decir si es o no es un poema. Pero tampoco sabría entenderlo de otra manera.

Si acaso una carta, seguro que, una carta normal, es capaz de hacerte sentir y es capaz de llenarte de belleza, seguro que está tocada por la varita mágica de un poeta, y entonces, seguro que es poesía.

Me ha encantado.

Un fuerte abrazo.

[Víctor F. Mallada]

Una historia poética preciosa que encierra intriga y misterio.
Me ha encantado, tiene toda la realidad de los personajes como protagonistas.
Un placer, Víctor
Un abrazo

Gracias, Carmen, por dejar tu amable comentario en este post.

Otro para ti,


Víctor

[Víctor F. Mallada]

Hombre, Víctor, me has emocionado y mucho; las generaciones transmigradas, la dulzura de dos mundos, el amor a salvo.

Para llevar consigo en esta vida y en las próximas.

Abrazo y felicitaciones.

Gracias, Hallie, por tantos detalles buenos que tienes para con mis escritos.

Un abrazo,


Víctor

[Ventura Morón]

Esta carta se llena musicalidad con tu manera excelente de darle ritmo. Siempre me gustan estas historias, tengo una gran colección de cartas y documentos que encontré flitrados en una biblioteca familiar...no imaginas todo lo que allí hay, un día te lo cuento...

Esa España que se nutría de la emigración y viceversa, cuando no había la información que tenemos hoy, con tantos medios.
Me ha encantado venir amigo, y descubrir esta bella historia

Abrazos

[Rafel Calle]

Belle, emotivo y musical trabajo de V´íctor.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Entrañable!!! Simple y llanamente entrañable esta nostálgica y conmovedora recreación de un pasado colonial y decadente, descrito con mano maestra y límpida ensibilidad.

Uno de los textos tuyos que más me ha llegado

Todo un placer de lectura, querido amigo. Ya queda menos para probar ese vino

Un fuerte abrazo

[Pilar Morte]

Me ha gustado como has buscado en el pasado tu vida a través de otras anteriores. Un gusto leerte
Besos
Pilar

[Josefa A. Sánchez]

La carta como puerta a otros mundos, al pasado y a ti mismo. Ingenioso recorrido para una propuesta llena de ternura y belleza. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Pepa

[Víctor F. Mallada]

La curiosidad te atacó por lo poético y qué bien nos ha venido tu descripción y narración del tema. Que quisiste investigar, como cualquiera,
para entrar en los gajes del augurio y descerrajar las fronteras que a veces son inaccesibles por inmarcesibles.

Agradable la lectura

Gracias, Guillermo, por esa nota tuya para comentar una pequeña aventura poética sin mayores pretensiones que las de entretener.

Un abrazo,


Víctor

[Víctor F. Mallada]

No sabría decir si es o no es un poema. Pero tampoco sabría entenderlo de otra manera.

Si acaso una carta, seguro que, una carta normal, es capaz de hacerte sentir y es capaz de llenarte de belleza, seguro que está tocada por la varita mágica de un poeta, y entonces, seguro que es poesía.

Me ha encantado.

Un fuerte abrazo.

Gracias, Alejandro, por esta duda, que es también mía. Si la poesía tiene incursiones en otras expresiones del arte, por qué no también en la narrativa novelada.

Un abrazo,


Víctor

[E. R. Aristy]

La carta

En la clandestinidad de un baúl desarrapado,
escondido entre las páginas
de un libro empastado en piel,
encontré un sobre añoso,
con sello sin fechador y la faz de Alfonso XIII.

El remite… de ultramar;
dentro, una carta a plumilla,
con letra tirada, escrita levemente en diagonal
sobre papel satinado y dos frases lapidarias:

“Te espero, ya sabes donde, cuando repiquen al Angelus
las campanas de San Juan y haya vuelto el Paquebot.
Quien quiere comerte a besos”…

Firmado: R del C.

Busqué en otros recovecos del desván de los abuelos,
en listas de pasajeros, en registros bautismales;
pregunté a los familiares sin obtener más respuesta que…
él era muy buena gente, caballero, reservado
y que nunca se casó.

Que volviera de ultramar muy a finales de siglo;
con dinero y un chaval de rasgos algo tainos,
un suave acento boricua y muy tímido en la mesa.

Al chico lo conocí en fotos de mi niñez ya convertido en abuelo;
contaba muchas historias, sospecho que idealizadas,
de un Caribe bullanguero perdido por la impotencia
de una España desangrada.

(El abuelo nunca me habló de su madre
y yo nunca le pregunté que quién era, por qué no estaba
presente en nuestras conversaciones).

A él lo quise con locura mientras vivió con nosotros
y, hasta el final de sus días, el autobús era “guagua”
los “bochiches” cotilleos y las “jumas” borracheras.

Aún sueño con él, despierto:
enjuto, pausado, altivo, algo pillo con las damas
y guardián de su familia hasta, incluso, por encima
de lo que marca la ley.

El baúl que había en su casa… era de mi bisabuelo;

La carta............................................. no se de quién.


Víctor F. Mallada

Es un hallazgo sin duda rodeado de misterios. La historia de una cita de amor que se insinúa prohibida, o por lo menos secreta. Las referencias lingüísticas muy de mi gusto porque hasta el día de hoy un autobus es una guaga. Fascinante poema con el que me he deleitado. Un abrazo, Victor. ERA