Nosotros

[Óscar Distéfano]

Nosotros

Nosotros, los predestinados de espíritu,
los que nos movemos sobre espinosos desatinos,
los que de la postración renacemos cada día,
los habitantes de los templos de los cambiantes dioses,
los que luchamos denodadamente
por alcanzar las márgenes del cielo,
los que nos despojamos de nuestras almas pesimistas
para amar al huraño que a cada tanto nos habita.

Nosotros, los victoriosos de mil infiernos,
los asesinos de serpientes y ratas de las mentes grises,
estudiosos del alma de las putas más herméticas,
los sabios sometedores de la apatía, del tedio, del hastío,
los que mostramos sin pudor nuestras heridas,
los que cantamos bajo el silencio de la luna
y el siseo del mar y de las lluvias.

Nosotros los observadores del abismo de la memoria,
los grandes pendencieros de la vida,
los que nos hemos hecho a cada instante, año tras año,
los que supimos de antemano nuestra tarea existencial.

Cuando llegue el tiempo de saludarnos, de despedirnos
de cada uno de los seres que forman parte de nosotros mismos,
ofrendemos los cantos a aquel joven visionario (primer nosotros)
que un día decidió nuestro destino.

[Marimar González]

Profundo y cadencioso poema confesional que nos alcanza con la intensidad rotunda de sus anáforas en su impactante despliegue emocional.
Cordialmente

[Ramón Castro Méndez]

Nosotros

Nosotros, los predestinados de espíritu,
los que nos movemos sobre espinosos desatinos,
los que de la postración renacemos cada día,
los habitantes de los templos de los cambiantes dioses,
los que luchamos denodadamente
por alcanzar las márgenes del cielo,
los que nos despojamos de nuestras almas pesimistas
para amar al huraño que a cada tanto nos habita.

Nosotros, los victoriosos de mil infiernos,
los asesinos de serpientes y ratas de las mentes grises,
estudiosos del alma de las putas más herméticas,
los sabios sometedores de la apatía, del tedio, del hastío,
los que mostramos sin pudor nuestras heridas,
los que cantamos bajo el silencio de la luna
y el siseo del mar y de las lluvias.

Nosotros los observadores del abismo de la memoria,
los grandes pendencieros de la vida,
los que nos hemos hecho a cada instante, año tras año,
los que supimos de antemano nuestra tarea existencial.

Cuando llegue el tiempo de saludarnos, de despedirnos
de cada uno de los seres que forman parte de nosotros mismos,
ofrendemos los cantos a aquel joven visionario (primer nosotros)
que un día decidió nuestro destino.

Muy buen poema, amigo. Con una expresividad más que notable en el que hallo una muerte y una resurrección, un adiós y una bienvenida. Me ha encantado su lectura. Mi aplauso a estas letras que van a pecho descubierto.
Un abrazo, amigo Óscar

[Pilar Morte]

Me ha encantado, Oscar, un poema de hermosos y logrados versos que nos hablan de la existencia y el adiós. Felicidades
Besos
Pilar

[Guillermo Cumar.]

La tarea existencial de tu poema ha surtido un buen menú de inspiración ilustrada.
Aplaudo tu buen hacer poético y la sencillez condescendiente de tu proclama viva
y vigorosa.

un abrazo

[Hallie Hernández Alfaro]

Un Nosotros lúcido y valiente. La segunda estrofa se ha llevado todo mi atención: creo que logras en ella una fortaleza... además de tocar profundamente la mente lectora.

Abrazo con muchas felicitaciones, amigo.

[Lunamar Solano]

Impregnados de sensible profundidad tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[E. R. Aristy]

Nosotros

Nosotros, los predestinados de espíritu,
los que nos movemos sobre espinosos desatinos,
los que de la postración renacemos cada día,
los habitantes de los templos de los cambiantes dioses,
los que luchamos denodadamente
por alcanzar las márgenes del cielo,
los que nos despojamos de nuestras almas pesimistas
para amar al huraño que a cada tanto nos habita.

Nosotros, los victoriosos de mil infiernos,
los asesinos de serpientes y ratas de las mentes grises,
estudiosos del alma de las putas más herméticas,
los sabios sometedores de la apatía, del tedio, del hastío,
los que mostramos sin pudor nuestras heridas,
los que cantamos bajo el silencio de la luna
y el siseo del mar y de las lluvias.

Nosotros los observadores del abismo de la memoria,
los grandes pendencieros de la vida,
los que nos hemos hecho a cada instante, año tras año,
los que supimos de antemano nuestra tarea existencial.

Cuando llegue el tiempo de saludarnos, de despedirnos
de cada uno de los seres que forman parte de nosotros mismos,
ofrendemos los cantos a aquel joven visionario (primer nosotros)
que un día decidió nuestro destino.

Es muy interesante esta vision que nos compartes en un poema impecable, Oscar. Ese verso de apertura que se refiere a la predestinación, me hace preguntar que querrá haber dicho la voz del poema. Pienso en Agustin y Calvino...la doctrina religiosa que se distingue de otras ideas con respecto al determinismo o el libre albedrio...con la decision de Dios de determinar lo que ha sido, es, y lo que sera. O si la referencia es budista, Destino, porvenir, karma...espiritismo.

Interesante lectura. Abrazos, ERA

[Óscar Distéfano]

Profundo y cadencioso poema confesional que nos alcanza con la intensidad rotunda de sus anáforas en su impactante despliegue emocional.
Cordialmente

Gracias, compañera. Celebro que el poema te haya parecido así.

Un abrazo de amistad.
Óscar

[Ventura Morón]

Te había escrito un comentario extenso, pero se me ha borrado. Viendo que no podré repetirlo, te digo, amigo, que es emocionante este poema, este camino que has emprendido en él hacia todos los yoes, hacia los sentimientos que están inscritos en la piel y que forman parte de la manera en la que vemos el mundo y le hablamos al mismo.
Un abrazo compañero,e impecable la forma, que he disfrutado mucho.

[Rafel Calle]

Muy bello poema de Óscar.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un poema magnífico, amigo Óscar; con garra y gran poder de seducción.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Felicidades por este buen poema que he disfrutado. Un abrazo.

[Mirta Elena Tessio]

Nosotros

Nosotros, los predestinados de espíritu,
los que nos movemos sobre espinosos desatinos,
los que de la postración renacemos cada día,
los habitantes de los templos de los cambiantes dioses,
los que luchamos denodadamente
por alcanzar las márgenes del cielo,
los que nos despojamos de nuestras almas pesimistas
para amar al huraño que a cada tanto nos habita.

Nosotros, los victoriosos de mil infiernos,
los asesinos de serpientes y ratas de las mentes grises,
estudiosos del alma de las putas más herméticas,
los sabios sometedores de la apatía, del tedio, del hastío,
los que mostramos sin pudor nuestras heridas,
los que cantamos bajo el silencio de la luna
y el siseo del mar y de las lluvias.

Nosotros los observadores del abismo de la memoria,
los grandes pendencieros de la vida,
los que nos hemos hecho a cada instante, año tras año,
los que supimos de antemano nuestra tarea existencial.

Cuando llegue el tiempo de saludarnos, de despedirnos
de cada uno de los seres que forman parte de nosotros mismos,
ofrendemos los cantos a aquel joven visionario (primer nosotros)
que un día decidió nuestro destino.

Precioso poema, hablas de un nosotros, existencial.Un nosotros que se construye.
Me ha gustado leerte Oscar , un abrazo y gracias por compartir.-

[Óscar Distéfano]

Muy buen poema, amigo. Con una expresividad más que notable en el que hallo una muerte y una resurrección, un adiós y una bienvenida. Me ha encantado su lectura. Mi aplauso a estas letras que van a pecho descubierto.
Un abrazo, amigo Óscar

Gracias, amigo, por tus palabras. Son muy bien recibidas.

Un abrazo grande.
Óscar