Testimonios de la piedra

[Hallie Hernández Alfaro]

Buenos días, Ronald; al leer el séptimo verso me parece vislumbrar un error de tipeo.

Me ha gustado mucho este hermoso final:

" acaso el horizonte es este mismo beso,
este instante que no acaba mientras pasa y pasa
todavía. "

Abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Si los ríos son solo el testimonio,
o acaso la fronda para el reposo,
la piedra que nos lanza el asesino,
la torpe ironía del prestidigitador
o la caída del pordiosero en las trampas fatigadas
de la basura insalvable,
son sin remedio, remedos de Dios.

Por eso, Señor, me niego
a encontrarte en el dentífrico que espera al niño,
en el lavabo indulgente que aguarda sin espejos,
en el formulario que extiende la sicóloga;
pues yo no soy el líder que ella busca, soy lúdico,
romántico, desgarbado a veces, insolente,
lujurioso, tenaz en el poema,
locuaz o taciturno
cuando leo y conquisto los silencios.

Pero ahora estoy de pie sobre una piedra.
Arriba.
Abajo hay soles
o aguas deslizándose o caminos.
La piedra que fundó monasterios, academias,
farallones, muros dolorosos, silabarios
casi imposibles,
está bajo mis pies que solo pulsan
segundos y marasmos.
No hay maroma más alta que tanta soledad
con que conjuro a los amigos.
(Y a ti te convoco, mujer.
Yo sé que puedes sostenerte
mirando al horizonte).
Abajo las lágrimas son
solo ríos inmisericordes
que renuncian a saciarse entre la nada.
Yo te prescribo, ante el catarro o el sida,
la misma cicatriz llamada olvido.
La memoria la pongo en el lugar del sueño.
Yo estoy con ella en esta piedra oteando:
acaso el horizonte es este mismo beso,
este instante que no acaba mientras pasa y pasa
todavía.

De mi libro SED DE OTRAS PIEDRAS
Editorial de la UNED, 2012
http://api.ning.com/files/NsUCuETiBEv-U ... 5544_n.jpg

No hay maroma más alta que tanta soledad
con que conjuro a los amigos.
(Y a ti te convoco, mujer.
Yo sé que puedes sostenerte
mirando el horizonte).
Abajo las lágrimas son
solo ríos inmisericordes
que renuncian a saciarse entre la nada.

La memoria la pongo en el lugar del sueño.
Yo estoy con ella en esta piedra oteando:
acaso el horizonte es este mismo beso,
este instante que no acaba mientras pasa y pasa
todavía.

Me ha gustado mucho el poema, especialmente los versos que reseño más arriba, que me parecen espléndidos, con ese sabor a soledad y a desubicación, según yo lo entiendo. Te felicito, amigo. Gran poema sin duda.
Abrazos.

[Guillermo Cumar.]

Bello canto a la naturaleza que se va ciñendo gratamente a la ecuación poética que asiente a pesar de que el horizonte
ni siquiera contempla si a los margenes del río hay cantos rodados obviando el horizonte.

un abrazo

[Lunamar Solano]

Instantes que se hacen precisión del alma, profundidad que nos alcanza... muy bellos versos querido amigo...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy