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jose manuel saiz escribió:ANOCHECER SIN TI
Acabo de perder en este instante
el tren de la esperanza.
Hoy se cumple lo cierto de tu augurio:
Cuando me dejes, cuando por fin no estés conmigo,
habrá otro anochecer que te recordará el fuego incierto
que alumbra este crepúsculo; y, entonces, recuérdalo,
te dolerán las cosas y los sitios
que ahora no te duelen, porque piensas
que no es para los dos este camino.
Recuerdo
la tarde en la que tú hablabas de nosotros con palabras
que solo el alma entiende. La penumbra
cubría lentamente la plaza de este pueblo,
borrando de la tierra y nuestra vida, la última
sombra de nuestras manos.
Desde la misma cruz
que encumbra el campanario, en ese ocaso
sentimos descender el ángelus sobre las espigas
doradas de los campos. A lo lejos
el ángel del silencio apagaba como ahora
la candela que brilla sobre el mundo
y, de la misma forma que hoy aquí
me anudo a tu presagio, esa noche me deshice
de ti y de tu camino.
Aquel anochecer te hizo perder
el tren de la esperanza y no lo supe. Soy yo
en este el que lo pierde; me duele y tú lo sabes.
Por eso tengo el alma preñada de nostalgia
y te hablo en la distancia
con las mismas palabras de oración
que, como tú decías, son las únicas
que el corazón entiende.
--oOo--
Es un poema viejo, pero adaptado. Y tuvo, o tiene, su dosis de realidad. Muchas gracias querida amiga por tu generoso comentario.Pilar Morte escribió:Supongo que es sólo un poema acertado, hermoso, pero un poema irreal. Me ha gustado mucho, creo que estás alcanzando altas dosis de calidad. Felicidades
Abrazos
Pilar
Hay mucha belleza en este poema de despedida. Ya en el arranque cautiva y el resto confirma el "cautiverio". Te felicito por tan hermoso trabajo de sensibilidad exquisita.jose manuel saiz escribió:ANOCHECER SIN TI
Acabo de perder en este instante
el tren de la esperanza.
Hoy se cumple lo cierto de tu augurio:
Cuando me dejes, cuando por fin no estés conmigo,
habrá otro anochecer que te recordará el fuego incierto
que alumbra este crepúsculo; y, entonces, recuérdalo,
te dolerán las cosas y lugares
que ahora no te duelen, porque piensas que no fue hecho
para los dos este camino.
Recuerdo
la tarde en la que tú hablabas de nosotros con palabras
que solo el alma entiende. La penumbra
cubría lentamente la plaza de este pueblo,
borrando de la tierra y nuestra vida, la última
sombra de nuestras manos.
Desde la misma cruz
que encumbra el campanario,
en un ocaso igual a este,
sentimos descender el ángelus sobre las espigas
doradas de los campos. A lo lejos
el ángel del silencio apagaba como ahora
la candela que brilla sobre el mundo
y, de la misma forma que hoy aquí
me anudo a tu presagio, esa noche me deshice
de ti y de tu camino.
Aquel anochecer te hizo perder
el tren de la esperanza, y no lo supe. Soy yo
en este el que lo pierde, y me duelen los lugares,
las cosas y lo sabes.
Por eso tengo el alma preñada de nostalgia
y te hablo en la distancia
con las mismas palabras de oración
que, como tú decías, son las únicas
que el corazón entiende.
--oOo--
Yo no se que se desprenden de tus letras, o sí lo se.jose manuel saiz escribió:ANOCHECER SIN TI
Acabo de perder en este instante
el tren de la esperanza.
Hoy se cumple lo cierto de tu augurio:
Cuando me dejes, cuando por fin no estés conmigo,
habrá otro anochecer que te recordará el fuego incierto
que alumbra este crepúsculo; y, entonces, recuérdalo,
te dolerán las cosas y lugares
que ahora no te duelen, porque piensas que no fue hecho
para los dos este camino.
Recuerdo
la tarde en la que tú hablabas de nosotros con palabras
que solo el alma entiende. La penumbra
cubría lentamente la plaza de este pueblo,
borrando de la tierra y nuestra vida, la última
sombra de nuestras manos.
Desde la misma cruz
que encumbra el campanario,
en un ocaso igual a este,
sentimos descender el ángelus sobre las espigas
doradas de los campos. A lo lejos
el ángel del silencio apagaba como ahora
la candela que brilla sobre el mundo
y, de la misma forma que hoy aquí
me anudo a tu presagio, esa noche me deshice
de ti y de tu camino.
Aquel anochecer te hizo perder
el tren de la esperanza, y no lo supe. Soy yo
en este el que lo pierde, y me duelen los lugares,
las cosas y lo sabes.
Por eso tengo el alma preñada de nostalgia
y te hablo en la distancia
con las mismas palabras de oración
que, como tú decías, son las únicas
que el corazón entiende.
--oOo--
jose manuel saiz escribió:ANOCHECER SIN TI
Acabo de perder en este instante
el tren de la esperanza.
Hoy se cumple lo cierto de tu augurio:
Cuando me dejes, cuando por fin no estés conmigo,
habrá otro anochecer que te recordará el fuego incierto
que alumbra este crepúsculo; y, entonces, recuérdalo,
te dolerán las cosas y lugares
que ahora no te duelen, porque piensas que no fue hecho
para los dos este camino.
Recuerdo
la tarde en la que tú hablabas de nosotros con palabras
que solo el alma entiende. La penumbra
cubría lentamente la plaza de este pueblo,
borrando de la tierra y nuestra vida la última
sombra de nuestras manos.
Desde la misma cruz
que encumbra el campanario,
en un ocaso igual a este,
sentimos descender el ángelus sobre las espigas
doradas de los campos. A lo lejos
el ángel del silencio apagaba como ahora
la candela que brilla sobre el mundo
y, de la misma forma que hoy aquí
me anudo a tu presagio, esa noche me deshice
de ti y de tu camino.
Aquel anochecer te hizo perder
el tren de la esperanza, y no lo supe. Soy yo
en este el que lo pierde, y me duelen los lugares,
las cosas y lo sabes.
Por eso tengo el alma preñada de nostalgia
y te hablo en la distancia
con las mismas palabras de oración
que, como tú decías, son las únicas
que el corazón entiende.
--oOo--