![Imagen](https://4.bp.blogspot.com/-jh4x0iTSzec/V119Qd_pzHI/AAAAAAAAAP4/mJyvZ_1yElkfcoAjEijTRHE2zTgLZ-52QCLcB/s1600/rajoy.jpg)
En la primera
esquina del Congreso,
lejos de la cárcel de Estremera
donde está preso
Granados,
contando no pocas primaveras,
deshaciendo el tinglado
y amparado
por la cúpula del Partido Popular,
supuestamente (estoy obligado
a decir eso),
nuestro Mariano,
ha decidido montar un bar,
(como haría cualquier parado
antes que estar sentado
en el INEM y su lista de espera).
Allí pasan los días sin prisa,
mientras, al otro lado
de la acera,
pitos y flautas y titiriteras
de color morado
enturbian la paz de los diputados
con toda la jeta.
Y, al terminar, con aires desaliñados,
desabrochada la camisa
y la corbata,
pidiendo a Mariano
un cubata
apresurado,
entra El Coletas,
buscando un sillón desocupado
(jarto ya de repartir papeletas
de rellano en rellano).
“Que pena que no entrara a misa
también la de las tetas...”
piensa Floriano.
Y más allá, en el reservado
de aforados
del Senado,
la otra Santa Rita
-tal cardo envenenado-
Excelentísima ex Regidora,
fiel seguidora
de “lo que se da no se quita”
viendo el entramado,
grita:
“¡Mariano!
¡Hace caloret! ¡Pon el acondicionado!”
Al poco se oye a los tertulianos:
(sonando en la radio las canciones
de Carlos Cano:
¡Maroto! ¡Siembra la tierra que no es un Coto!)
“¡Mariano!
¡Déjate de elecciones
y enciende el plasma, que empieza
la Eurocopa!”
Y ya está Mariano,
con dos copas
de más y el Marca en las manos,
con su desafinada sutileza,
preparado para celebrar los goles,
con toda la certeza
de la mucha grandeza
¡de los mucho españoles!