La belleza

[Ramón Carballal]

Quisiera encontrar su número secreto.

La llave que encendiera en mí toda la luz.

Porque son demasiados los estallidos
y un solo corazón recibe sus cicatrices
de estupor.

Me basta la lágrima de la noche
o la memoria de un cuadro
o los diamantes de un rostro,
o la longeva edad de los edificios
en su ocaso.

La belleza llueve amor con sílabas de arco iris,
la belleza ama la calidez de una piel retratada,
el bronce tardío
que es un beso que nunca termina.

Yo sé que hay algo más allá de mí,
una fuente de amor que no me nombra
y sin embargo me acompaña;
un alud sin ejes,
una verdad que maravilla los otoños
con su flauta de pan y sus guirnaldas rojas.

La belleza es, también, una palabra
que tiene vocación de río,
su caudal ilumina los crepúsculos
como un reflejo en los episodios del día,
lame con su inmadura efigie
los silencios de un iris
que una y otra vez se asombra.

No me importaría descubrir un sol que me amara,
una vida que en su resplandor me diera
un gozo inesperado,
un segundo en el que las espinas de la inmortalidad
me atravesaran con su magia y su gratitud,
con la lucidez insondable del misterio.

[Pilar Morte]

La belleza es lo que encuentro siempre en tus versos. Me gustó el poema.
Besos
Pilar

[Carmen Pla]

Hay una belleza diferente que sostiene todo tu poema, todas las palabras que utilizas para definirla.
Todo un universo de belleza.
Me ha encantado
Abrazos, Ramón

[Guillermo Cumar.]

Qué bello el homenaje a la belleza que nos has ofrecido a comienzos de este mayo, tan lleno de colores en el hemisferio Norte
y tan arrimado a los frescos invernales del hemisferio Sur. La captación de lo bello es un mágico poder que adorna las afueras desde
adentro y los adentros desde afuera.

Un abrazo

[Felipe Fuentes García]

Quisiera encontrar su número secreto.

La llave que encendiera en mí toda la luz.

Porque son demasiados los estallidos
y un solo corazón recibe sus cicatrices
de estupor.

Me basta la lágrima de la noche
o la memoria de un cuadro
o los diamantes de un rostro,
o la longeva edad de los edificios
en su ocaso.

La belleza llueve amor con sílabas de arco iris,
la belleza ama la calidez de una piel retratada,
el bronce tardío
que es un beso que nunca termina.

Yo sé que hay algo más allá de mí,
una fuente de amor que no me nombra
y sin embargo me acompaña;
un alud sin ejes,
una verdad que maravilla los otoños
con su flauta de pan y sus guirnaldas rojas.

La belleza es, también, una palabra
que tiene vocación de río,
su caudal ilumina los crepúsculos
como un reflejo en los episodios del día,
lame con su inmadura efigie
los silencios de un iris
que una y otra vez se asombra.

No me importaría descubrir un sol que me amara,
una vida que en su resplandor me diera
un gozo inesperado,
un segundo en el que las espinas de la inmortalidad
me atravesaran con su magia y su gratitud,
con la lucidez insondable del misterio.

Un poemazo, Ramón, con el saber hacer de la alta poesía. En él se evidencia, en una simbiosis perfecta entre oficio y arte, tu gran talento poético. Aquí, en tu trabajo, leer es disfrutar y admirar, y también aprender. Mi felicitación, amigo.

Recibe un abrazo.
Felipe.

[Begoña Egüen]

Quisiera encontrar su número secreto.

La llave que encendiera en mí toda la luz.

Porque son demasiados los estallidos
y un solo corazón recibe sus cicatrices
de estupor.

Me basta la lágrima de la noche
o la memoria de un cuadro
o los diamantes de un rostro,
o la longeva edad de los edificios
en su ocaso.

La belleza llueve amor con sílabas de arco iris,
la belleza ama la calidez de una piel retratada,
el bronce tardío
que es un beso que nunca termina.

Yo sé que hay algo más allá de mí,
una fuente de amor que no me nombra
y sin embargo me acompaña;
un alud sin ejes,
una verdad que maravilla los otoños
con su flauta de pan y sus guirnaldas rojas.

La belleza es, también, una palabra
que tiene vocación de río,
su caudal ilumina los crepúsculos
como un reflejo en los episodios del día,
lame con su inmadura efigie
los silencios de un iris
que una y otra vez se asombra.

No me importaría descubrir un sol que me amara,
una vida que en su resplandor me diera
un gozo inesperado,
un segundo en el que las espinas de la inmortalidad
me atravesaran con su magia y su gratitud,
con la lucidez insondable del misterio.

Muy bello poema. Mi más sincera felicitación.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Roberto López]

[quote="Ramón Carballal"]

Tus versos proyectan esa belleza de la que hablan. Lejos del intimismo ensimismado, el poema es un vector de luz lanzado contra el cielo.
Me ha encantado.

[Antonietta Valentina]

El poema honra la belleza. Una belleza de poema. Realmente, admirada por la Belleza...Un fuerte abrazo.

[Ramón Carballal]

La belleza es lo que encuentro siempre en tus versos. Me gustó el poema.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, por tu amable comentario. Un beso.

[Ramón Carballal]

Hay una belleza diferente que sostiene todo tu poema, todas las palabras que utilizas para definirla.
Todo un universo de belleza.
Me ha encantado
Abrazos, Ramón

Muchas gracias, Carmen, por tus palabras. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Qué bello el homenaje a la belleza que nos has ofrecido a comienzos de este mayo, tan lleno de colores en el hemisferio Norte
y tan arrimado a los frescos invernales del hemisferio Sur. La captación de lo bello es un mágico poder que adorna las afueras desde
adentro y los adentros desde afuera.

Un abrazo

Muchas gracias, Guillermo, por leerme y comentar. Un abrazo.

[carlos escribano]

.

La belleza está también en tu bello poema, Ramón, me gustaron tus versos.

Un cordial abrazo, amigo

[Ramón Carballal]

Quisiera encontrar su número secreto.

La llave que encendiera en mí toda la luz.

Porque son demasiados los estallidos
y un solo corazón recibe sus cicatrices
de estupor.

Me basta la lágrima de la noche
o la memoria de un cuadro
o los diamantes de un rostro,
o la longeva edad de los edificios
en su ocaso.

La belleza llueve amor con sílabas de arco iris,
la belleza ama la calidez de una piel retratada,
el bronce tardío
que es un beso que nunca termina.

Yo sé que hay algo más allá de mí,
una fuente de amor que no me nombra
y sin embargo me acompaña;
un alud sin ejes,
una verdad que maravilla los otoños
con su flauta de pan y sus guirnaldas rojas.

La belleza es, también, una palabra
que tiene vocación de río,
su caudal ilumina los crepúsculos
como un reflejo en los episodios del día,
lame con su inmadura efigie
los silencios de un iris
que una y otra vez se asombra.

No me importaría descubrir un sol que me amara,
una vida que en su resplandor me diera
un gozo inesperado,
un segundo en el que las espinas de la inmortalidad
me atravesaran con su magia y su gratitud,
con la lucidez insondable del misterio.

Un poemazo, Ramón, con el saber hacer de la alta poesía. En él se evidencia, en una simbiosis perfecta entre oficio y arte, tu gran talento poético. Aquí, en tu trabajo, leer es disfrutar y admirar, y también aprender. Mi felicitación, amigo.

Recibe un abrazo.
Felipe.

Muchas gracias, Felipe, por el generoso comentario que me dejas. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Quisiera encontrar su número secreto.

La llave que encendiera en mí toda la luz.

Porque son demasiados los estallidos
y un solo corazón recibe sus cicatrices
de estupor.

Me basta la lágrima de la noche
o la memoria de un cuadro
o los diamantes de un rostro,
o la longeva edad de los edificios
en su ocaso.

La belleza llueve amor con sílabas de arco iris,
la belleza ama la calidez de una piel retratada,
el bronce tardío
que es un beso que nunca termina.

Yo sé que hay algo más allá de mí,
una fuente de amor que no me nombra
y sin embargo me acompaña;
un alud sin ejes,
una verdad que maravilla los otoños
con su flauta de pan y sus guirnaldas rojas.

La belleza es, también, una palabra
que tiene vocación de río,
su caudal ilumina los crepúsculos
como un reflejo en los episodios del día,
lame con su inmadura efigie
los silencios de un iris
que una y otra vez se asombra.

No me importaría descubrir un sol que me amara,
una vida que en su resplandor me diera
un gozo inesperado,
un segundo en el que las espinas de la inmortalidad
me atravesaran con su magia y su gratitud,
con la lucidez insondable del misterio.

Muy bello poema. Mi más sincera felicitación.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Gracias, Begoña, eres muy amable. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Tus versos proyectan esa belleza de la que hablan. Lejos del intimismo ensimismado, el poema es un vector de luz lanzado contra el cielo.
Me ha encantado.

Muchas gracias, Roberto, por tu lectura y amable comentario. Un abrazo.