El cosmos, la vida y las amebas

[jose manuel saiz]

EL COSMOS, LA VIDA Y LAS AMEBAS

Poema en revisión

[Óscar Distéfano]

EL COSMOS, LA VIDA Y LAS AMEBAS


Qué caprichoso, qué arbitrario es el existir.
¿Qué ventura, qué sino, qué ruleta concede
a cada ser, la forma de interpretar la vida?

Pude haber sido un hongo, un liquen, una bacteria,
un insecto, animal o vegetal, es decir,
cualquiera de los seres que habitan en la tierra.
Y pudo serlo usted también. Siendo así, tal vez,
¿veríamos el mundo y su entorno de otra forma?
¿Qué saben las amebas del cielo y las estrellas?

De todas las variables que admite la existencia
la probabilidad de ser humano es remota,
ínfima, pequeñísima. Por tanto, qué raro,
qué extraordinario, qué gran azar estar aquí,
qué albur tan peregrino el destino de los hombres.

¿Requiere lo creado conciencia de sí mismo?
¿Pudiera ser que el cosmos exista sin nosotros?
Hoy, a pocos les mueve todo esto. Se ha perdido
el vínculo que une a los hombres con los astros.

Sin embargo, vivimos pensando que la vida
es nacer, arraigarse, propagarse y creer
que el tiempo son las horas de un reloj o que el sol
está para anunciar un alba más. Y, un buen día
de pronto acaba todo y perdemos esas cosas
que fueron nuestro entorno y referencia: la casa,
la familia, el dinero, lo que fuimos... ¿Qué pasa
entonces con nosotros? ¿En qué lugar profundo
se entierran nuestros sueños? Realmente, ¿quiénes somos?

Para eso, es importante saber que nuestra sangre
nos une a las estrellas, que el corazón nos late
por culpa de un cometa o que el aire y las montañas
mucho antes fueron roca y gas de otro planeta.
Me resisto a pensar que somos nada. Por eso
de noche miro al cielo y me siento firmamento,
por eso, a veces sueño que soy la propia tierra.

Qué triste para el cosmos, qué ruina para el hombre
ser consciente de sí mismo y acabar sabiendo,
del mundo y de la vida, lo mismo que una ameba.


--oOo--

Bien, poeta.Me encuentro frente a un trabajo serio y sobrio de orfebrería lírica. Has desarrollado con tino y feliz resolución un tema filosófico. Esas preguntas retóricas que te haces son inquietudes que vienen girando en la mente del hombre durante milenios. El acierto de tu poema es la extraordinaria claridad con que profundizas una cuestión tan compleja, como es nuestra razón y causa de existir y, además, el entramado rítmico en base a la métrica imparisílaba, que cada vez lo vienes manejando con mayor maestría. Sintetizando: el conjunto, el corpus poético se presenta como una obra de admirable cohesión y acabado. Eres un poeta comprometido que lucha contra lo inexacto. Te felicito.

Un abrazo.
Óscar

[Gerardo Mont]

Interesante reflexión que hace propia la voz de una humanidad que después de milenios se sigue haciendo las mismas preguntas, ante las mismas dudas. Existe una necesidad intrínseca al ser humano que lo hace preguntarse quién es, de dónde viene y a dónde va. La conciencia de ser y a partir de ella, la posibilidad de definir las cosas, es uno de los misterios que hoy están sobre la mesa y del que se están obteniendo respuestas sorprendentes. Excelente el arte de tu pluma, poeta. Un gran abrazo.

[Pilar Morte]

En la sexta estrofa se hallan mis pensamiento. Magnífica reflexión. Me gustó el poema.
Besos
Pilar

[Arturo Rodríguez Milliet]

Como siempre, José Manuel, sorprendes y agradas con tu poética.
Desde temas tan sobrecogedoramente intimistas, haste este que hoy nos presentas con tanta ambición cosmogónica,
sea cual sea el caso, siempre nos aproximas con prístina transparencia a tus conceptualizaciones poéticas.
Tu discurso es una suerte de caricia neuronal, renucias a todo hermetismo para brindarnos generosamente la caldez de esa
particular sensibildad humana que desbordas, sin menoscabo alguno de tu profundo lirismo.

Mi admiración y aprecio en un fuerte abrazo.

[jose manuel saiz]

EL COSMOS, LA VIDA Y LAS AMEBAS


Qué caprichoso, qué arbitrario es el existir.
¿Qué ventura, qué sino, qué ruleta concede
a cada ser, la forma de interpretar la vida?

Pude haber sido un hongo, un liquen, una bacteria,
un insecto, animal o vegetal, es decir,
cualquiera de los seres que habitan en la tierra.
Y pudo serlo usted también. Siendo así, tal vez,
¿veríamos el mundo y su entorno de otra forma?
¿Qué saben las amebas del cielo y las estrellas?

De todas las variables que admite la existencia
la probabilidad de ser humano es remota,
ínfima, pequeñísima. Por tanto, qué raro,
qué extraordinario, qué gran azar estar aquí,
qué albur tan peregrino el destino de los hombres.

¿Requiere lo creado conciencia de sí mismo?
¿Pudiera ser que el cosmos exista sin nosotros?
Hoy, a pocos les mueve todo esto. Se ha perdido
el vínculo que une a los hombres con los astros.

Sin embargo, vivimos pensando que la vida
es nacer, arraigarse, propagarse y creer
que el tiempo son las horas de un reloj o que el sol
está para anunciar un alba más. Y, un buen día
de pronto acaba todo y perdemos esas cosas
que fueron nuestro entorno y referencia: la casa,
la familia, el dinero, lo que fuimos... ¿Qué pasa
entonces con nosotros? ¿En qué lugar profundo
se entierran nuestros sueños? Realmente, ¿quiénes somos?

Para eso, es importante saber que nuestra sangre
nos une a las estrellas, que el corazón nos late
por culpa de un cometa o que el aire y las montañas
mucho antes fueron roca y gas de otro planeta.
Me resisto a pensar que somos nada. Por eso
de noche miro al cielo y me siento firmamento,
por eso, a veces sueño que soy la propia tierra.

Qué triste para el cosmos, qué ruina para el hombre
ser consciente de sí mismo y acabar sabiendo,
del mundo y de la vida, lo mismo que una ameba.


--oOo--

Bien, poeta.Me encuentro frente a un trabajo serio y sobrio de orfebrería lírica. Has desarrollado con tino y feliz resolución un tema filosófico. Esas preguntas retóricas que te haces son inquietudes que vienen girando en la mente del hombre durante milenios. El acierto de tu poema es la extraordinaria claridad con que profundizas una cuestión tan compleja, como es nuestra razón y causa de existir y, además, el entramado rítmico en base a la métrica imparisílaba, que cada vez lo vienes manejando con mayor maestría. Sintetizando: el conjunto, el corpus poético se presenta como una obra de admirable cohesión y acabado. Eres un poeta comprometido que lucha contra lo inexacto. Te felicito.

Un abrazo.
Óscar

Muchas gracias amigo. Valoro mucho tus comentarios, son una referencia para mí.
Un fuerte abrazo.
J. Manuel

[Carmen Pla]

Un poema muy ameno y reflexivo, la existencia a veces nos vuelve así de realistas.
Un placer leerte, José Manuel.
Abrazo

[Pablo Ibáñez]

José Manuel,

me ha gustado mucho el poema, amigo. Me gusta el tono trascendente, esas preguntas eternas que la humanidad lleva haciéndose desde que es consciente de su vida y de su muerte. Me ha sorprendido la dirección protocolaria al lector (Usted). No sé si es la primera vez que lo veo en un poema, introduce un aire de seriedad científica que encaja bien en el asunto, una pretendido distanciamiento emocional que sugestiona al lector a una lectura seria y trascendente. Me ha gustado también la estructura circular que consigues con la estrofa inicial y final arrebatadas (Qué caprichoso, qué arbitrario... Qué triste, qué ruina...) El poema se cierra de la misma manera que se abre. Esa estructura circular siempre da buenos resultados, promueve una sensación de completitud, de redondez, que incrementa la satisfacción del lector.

¿Qué decir? Después de algún poema donde parecía que te habías decidido a explorar la vía metafórica, con excelentes resultados, en mi opinión, veo que vuelves al texto directo. O tal vez es un poema anterior recuperado, no lo sé. Bueno, a mí me gusta todo lo que escribes, ya lo sabes. Me gustaría por tanto si de vez en cuando te das otro paseíto por la vía metafórica, no vaya a ser que por cabezonería nos perdiéramos algo bueno. (es broma)

Salve! Poeta!

Un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

Nuestra tierra es un puntito nada más a merced del universo. ¿Y qué es la vida sino un ala que empuja el aire a una "transmigración
desconocida" (Platón). Ha llegado el hombre a conocerse poco, y tú, poeta, con la sensibilidad que te caracteriza revolucionas el principio
contra el fin y el final contra el principio, al lograr mirarlo indefinido y no eterno.

un abrazo

[E. R. Aristy]

EL COSMOS, LA VIDA Y LAS AMEBAS


Qué caprichoso, qué arbitrario es el existir.
¿Qué ventura, qué sino, qué ruleta concede
a cada ser, la forma de interpretar la vida?

Pude haber sido un hongo, un liquen, una bacteria,
un insecto, animal o vegetal, es decir,
cualquiera de los seres que habitan en la tierra.
Y pudo serlo usted también. Siendo así, tal vez,
¿veríamos el mundo y su entorno de otra forma?
¿Qué saben las amebas del cielo y las estrellas?

De todas las variables que admite la existencia
la probabilidad de ser humano es remota,
ínfima, pequeñísima. Por tanto, qué raro,
qué extraordinario, qué gran azar estar aquí,
qué albur tan peregrino el destino de los hombres.

¿Requiere lo creado conciencia de sí mismo?
¿Pudiera ser que el cosmos exista sin nosotros?
Hoy, a pocos les mueve todo esto. Se ha perdido
el vínculo que une a los hombres con los astros.

Sin embargo, vivimos pensando que la vida
es nacer, arraigarse, propagarse y creer
que el tiempo son las horas de un reloj o que el sol
está para anunciar un alba más. Y, un buen día
de pronto acaba todo y perdemos esas cosas
que fueron nuestro entorno y referencia: la casa,
la familia, el dinero, lo que fuimos... ¿Qué pasa
entonces con nosotros? ¿En qué lugar profundo
se entierran nuestros sueños? Realmente... ¿quiénes somos?

Para eso, es importante saber que nuestra sangre
nos une a las estrellas, que el corazón nos late
por culpa de un cometa o que el aire y las montañas
mucho antes fueron roca y gas de otro planeta.
Me resisto a pensar que somos nada. Por eso
de noche miro al cielo y me siento firmamento,
por eso, a veces sueño que soy la propia tierra.

Qué triste para el cosmos, qué ruina para el hombre
ser consciente de sí mismo y acabar sabiendo,
del mundo y de la vida, lo mismo que una ameba.


--oOo--

Uno de los mejores poemas que he leido cuestionando a la existencia. Excelente. Te felicito Jose Manuel. Abrazos, ERA