Días luminosos

[jose manuel saiz]

DÍAS LUMINOSOS

Un día vi asomada a un balcón a una muchacha
pálida y frágil como las estatuas
de mi oscura ciudad.
Detrás de su baranda
miraba al mundo y a la gente
y yo, debajo, al cielo y a los pájaros.
Deslumbraba, era como si la luz y la gravedad
fueran núcleo y epicentro de su rostro.
Se ofrecía al sol. Creo que tenía los pies desnudos,
o la blusa despreocupadamente abierta,
o los pechos indefensos por expuestos,
o todas aquellas maravillas desplegadas a la vez.
Y sucedió en un tiempo por el que andaba yo
de ronda por la vida.
Así permaneció un rato. Después se esfumó.
Era hermosa.
Tal vez vivía sola.
Regresé un par de veces (quizás algunas más). Definitivamente
muchas más.
No hubo manera.
Puede que se fuera a otro lugar
o se hallara de paso
y no viviera allí.
Solo era una muchacha en un balcón
y yo un joven ingenuo y sin edad,
sin embargo
todavía perdura en mi memoria
la suave claridad de aquellos días,
la honda fragilidad de su recuerdo.
Ahora pocas cosas me roban el asombro.
Todo se ha vuelto previsible
y mi ciudad
acaso más oscura.
Hoy sé que golondrinas como ella
están de paso, son ajenas…
y nunca vuelan solas.


--oOo--

[Javier Dicenzo]

Un honor para mi formar parte de esta terna de grande poetas, alaire es un sitio de gran nivel, excelente trabajo querido amigo un honor para mi pasar por esta obra, espero tengas suerte y tu obra tenga el reconocimiento que mereces, gracias por entregarnos esta belleza de obra, los paraísos están en aquellas mujeres que nunca tendremos algo por el estilo habla Jorge Luis Borges mi admirado escritor.

[Luis M]

El poema es muy hermoso, pero es que los dos versos finales (principalmente el último) es espléndido y cierra la poesía de manera perfecta. Así es, hay visiones y momentos que aunque duren unos pocos segundos se graban para siempre en la memoria, y también junto a ellos, parte de nosotros. Te felicito, Jose Manuel. Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

De instantes y detalles "intrascendentemente" hermosos, siempre nos regalas días y poemas así de extraordinarios; o sea fuera, muy afuera de lo "ordinario"... aunque muchas veces lo parezca.

Un fuerte abrazo, viejo amigo.

[Óscar Distéfano]

DÍAS EXTRAORDINARIOS


Un día vi asomada a un balcón a una muchacha
pálida y frágil como las estatuas de mi oscura ciudad.
Desde aquella atalaya miraba al mundo y a la gente
y yo, debajo, al cielo y a los pájaros.
Deslumbraba, era como si la luz y la gravedad
fueran núcleo y epicentro de su rostro.
Se ofrecía al sol. Creo que tenía los pies desnudos, o la blusa
despreocupadamente abierta, o los pechos indefensos
por expuestos, o todas aquellas maravillas desplegadas a la vez.
Y sucedió en un tiempo por el que andaba yo, sin más oficio,
de ronda por la vida.

Así permaneció un rato. Luego se esfumó. Era hermosa.
Tal vez vivía sola.

Regresé un par de veces (quizás algunas más). Definitivamente
muchas más.
No hubo suerte. Es probable que se fuera a otro lugar
o se hallara de paso
y no viviera allí.

Solo era una muchacha en un balcón y yo un jilguero buscando
prodigios en el aire. Y aquellos fueron días, simplemente,
extraordinarios.

Y ahora que he perdido mi ingenuidad por el camino sé,
que golondrinas como esas, nunca vuelan solas.



--oOo--

Tu poema (así como tu poesía) es, notoriamente extraordinaria. Se decanta por la profundidad clara, como un lago cristalino pero hondo, donde la mirada lectora puede encontrar tesoros más allá de las intenciones del propio autor. Es este tipo de poesía el que tiende a lo auténtico, a lo sincero, a la huida de lo afectado, del rebusque demodé (surrealismo, simbolismo, modernismo, hermetismo, etc, etc.). Yo diría que se trata de una poesía que saca verdades de la observación, de la imaginación espoleada por una observación hecha de la realidad, o de los hechos reales. Una poesía "observativa" que posee la gran ventaja de partir de recuerdos concretos, de pequeños detalles existenciales, o de hechos ficticios creados a partir de sustentos anecdóticos reales. Es una poesía que jamás puede decepcionar, a no ser que la estructura formal sea inadecuada, y el ritmo haga agua por cada verso. He divagado, amigo. Tu poema, tu hermoso poema es la causa.
Ahora bien, a fuer de ser sinceros, el cierre es semánticamente sobrecogedor, pero formalmente perfectible. Considero (con todo respeto, amigo) que la expresión "Y ahora que he perdido mi ingenuidad" es muy explícita (casi prosaica, diría). Creo que se podría lograr una imagen un poco más poética, una imagen que eleve el verso, que ponga el cierre a la altura digna del bellísimo poema. No sé, algo como: "Y ahora que he perdido aquellos ojos". Este comentario pide tu comprensión, estimado amigo.

Un abrazo grande.
Óscar

[Mitsy Grey]

DÍAS EXTRAORDINARIOS


Solo era una muchacha en un balcón, y yo un jilguero buscando
prodigios en el aire; y aquellos fueron días, simplemente,
extraordinarios.

Y ahora que he perdido mi ingenuidad por el camino sé,
que golondrinas como esas, nunca vuelan solas.


--oOo--

Lirismo, romanticismo y un mosaico de amor a primera vista que en tus letras, hace soñar!!! Felicidades josé manuel, venero a tu pluma que sabe del arte de describir y hacer sentir, como pocas... toda mi admiración por tu hermoso versar.

Un fuerte abrazo....

Mitsy

[Carmen Pla]

Una bonita historia hecha poesía y de una ternura extraordinaria.
Un placer leerte, J. Manuel.
Un abrazo

[Marisa Peral]

[quote="jose manuel saiz"]

¡Ay, José Manuel!
Leerte siempre hace que el día sea extraordinario y no es una tontería que se me acaba de ocurrir, no señor.
Haces que lo que parece inapreciable se convierta en un suceso importante y lo haces mostrando todo lo que rodea a ese momento que, siendo efímero, nos muestra un mundo de sensaciones e imágenes bellas.
Me encanta tu poesía, tu inigualable y magna sencillez, amigo mío.
Te felicito y te envío un abrazo gigante.

[jose manuel saiz]

Un honor para mi formar parte de esta terna de grande poetas, alaire es un sitio de gran nivel, excelente trabajo querido amigo un honor para mi pasar por esta obra, espero tengas suerte y tu obra tenga el reconocimiento que mereces, gracias por entregarnos esta belleza de obra, los paraísos están en aquellas mujeres que nunca tendremos algo por el estilo habla Jorge Luis Borges mi admirado escritor.

Muchas gracias querido amigo. También es un honor para mí pertenecer a este foro en el que tú tienes un lugar de privilegio.
Un fuerte abrazo.
J. Manuel

[jose manuel saiz]

El poema es muy hermoso, pero es que los dos versos finales (principalmente el último) es espléndido y cierra la poesía de manera perfecta. Así es, hay visiones y momentos que aunque duren unos pocos segundos se graban para siempre en la memoria, y también junto a ellos, parte de nosotros. Te felicito, Jose Manuel. Un abrazo.

Muchas gracias Luis. Me siento muy honrado por tu comentario.
Un abrazo para ti.
J. Manuel

[jose manuel saiz]

De instantes y detalles "intrascendentemente" hermosos, siempre nos regalas días y poemas así de extraordinarios; o sea fuera, muy afuera de lo "ordinario"... aunque muchas veces lo parezca.

Un fuerte abrazo, viejo amigo.

Muchas gracias Fer. No sabes cómo valoro tu comentario. Te mando un fuerte abrazo.
J. Manuel

[jose manuel saiz]

DÍAS EXTRAORDINARIOS


Un día vi asomada a un balcón a una muchacha
pálida y frágil como las estatuas de mi oscura ciudad.
Desde aquella atalaya miraba al mundo y a la gente
y yo, debajo, al cielo y a los pájaros.
Deslumbraba, era como si la luz y la gravedad
fueran núcleo y epicentro de su rostro.
Se ofrecía al sol. Creo que tenía los pies desnudos, o la blusa
despreocupadamente abierta, o los pechos indefensos
por expuestos, o todas aquellas maravillas desplegadas a la vez.
Y sucedió en un tiempo por el que andaba yo, sin más oficio,
de ronda por la vida.

Así permaneció un rato. Luego se esfumó. Era hermosa.
Tal vez vivía sola.

Regresé un par de veces (quizás algunas más). Definitivamente
muchas más.
No hubo suerte. Es probable que se fuera a otro lugar
o se hallara de paso
y no viviera allí.

Solo era una muchacha en un balcón y yo un jilguero buscando
prodigios en el aire. Y aquellos fueron días, simplemente,
extraordinarios.

Y ahora que he perdido mi ingenuidad por el camino sé,
que golondrinas como esas, nunca vuelan solas.



--oOo--

Tu poema (así como tu poesía) es, notoriamente extraordinaria. Se decanta por la profundidad clara, como un lago cristalino pero hondo, donde la mirada lectora puede encontrar tesoros más allá de las intenciones del propio autor. Es este tipo de poesía el que tiende a lo auténtico, a lo sincero, a la huida de lo afectado, del rebusque demodé (surrealismo, simbolismo, modernismo, hermetismo, etc, etc.). Yo diría que se trata de una poesía que saca verdades de la observación, de la imaginación espoleada por una observación hecha de la realidad, o de los hechos reales. Una poesía "observativa" que posee la gran ventaja de partir de recuerdos concretos, de pequeños detalles existenciales, o de hechos ficticios creados a partir de sustentos anecdóticos reales. Es una poesía que jamás puede decepcionar, a no ser que la estructura formal sea inadecuada, y el ritmo haga agua por cada verso. He divagado, amigo. Tu poema, tu hermoso poema es la causa.
Ahora bien, a fuer de ser sinceros, el cierre es semánticamente sobrecogedor, pero formalmente perfectible. Considero (con todo respeto, amigo) que la expresión "Y ahora que he perdido mi ingenuidad" es muy explícita (casi prosaica, diría). Creo que se podría lograr una imagen un poco más poética, una imagen que eleve el verso, que ponga el cierre a la altura digna del bellísimo poema. No sé, algo como: "Y ahora que he perdido aquellos ojos". Este comentario pide tu comprensión, estimado amigo.

Un abrazo grande.
Óscar

Uno siempre espera comentarios como el tuyo, que además de generosos y técnicos, son objetiva y amablemente críticos. Es un privilegio tenerte en el foro, amigo.
Creo que tienes razón respecto al verso al que aludes. Aunque el comentario de Luis me hizo dudar. Él precisamente destacaba ese verso... qué curiosa la forma en la que llega a cada uno la poesía.
Le he dado un retoque... y, sinceramente, creo que queda ahora mejor. Así que muchas gracias compañero.
Un fuerte abrazo (aún me ronda el soneto tuyo que leí ayer).
J. Manuel

[Noemi Sánchez]

Hermoso como siempre leerte y dibujar en mi cabeza aquello que describes,
es un gusto poder regresar a leerles.

Una brazo.

[Luis M]

Perdona que vuelva a entrar, he leído el comentario de Óscar, y luego tu contestación, y bueno, como al fin y al cabo esto es un foro interactivo, con vuestro permiso y respetando todas las opiniones (sobre todo la decisión del autor del poema) intervendré en la crítica que atañe al asunto.
Es verdad que había resaltado los últimos versos del poema, que a mí particularmente me parecieron muy hermosos y parte importante y fundamental del mismo.
Quizás (y siempre en mi humilde opinión de mero lector) afinando mucho se podría mejorar el anterior final del poema. Si fuera mi poema posiblemente lo hubiese finalizado de esta manera (o algo parecido):

"Y ahora que mudé mi ingenuidad por el camino sé
que algunas golondrinas, nunca vuelan solas."

Pero sinceramente pienso que modificar el antiguo cierre por el nuevo resta una gran parte de "chispa" al poema, y no es que sea malo el nuevo, sino que el antiguo finiquitaba de manera "emocionalmente" perfecta la poesía.

Aunque según he entendido (quizás equivocadamente) el comentario de Óscar, él hacía referencia al penúltimo verso, en lo que estoy de acuerdo con él, pero quitar el anterior último me parece un error.

Espero no molestar al autor, es solo una opinión personal. Abrazos amigos.

[Just Gafar]

Parece sencillo Jose Manuel, pero no lo es.
Tienes una magnifica forma de elevar, aquello que podría pasar como un simple anécdota, en un verdadero hálito de lirismo y poesía.
Sutil, cotidiano, humano en todos sus ángulos , pero es en la mirada del poeta donde los guijarros vuelan.
Un placer de lectura. Mi abrazo.