¿Soy la boca que calla lo consabido?"
Tigana
Siempre me llamaron la atención tus orejas, dulces y serias cuando te hablo. Amantes estrictas de mi voz. Murallas que limitan al norte con el sur de mis deseos. En el sentido más difícil y apasionante pitonisas, como un laberinto en las noches mil. -Arribé tres horas después de luna llena a la bahía solitaria, donde se consumaría la unión.- Confieso que nunca podría ser Miguel sin haber soñado con las orejas de Mozart, sin los pabellones sustantivos de Bach, pero las tuyas me hicieron hombre. -La lengua, melosa, jugaba a su vez con un lóbulo coqueto que se dejaba transitar.- Amo tus orejas, la loca sintonía de sus conciertos, escabechadas, en chicharrrón, en la ternura del más puro colágeno. Tus orejas pacientes como alcancía caníbal de mis susurros, como un laberinto de zoco en las noche mil. -Empezó a hablarle dulcemente, después la besó con pasión; un escalofrío primerizo recorrió el pabellón de los sueños. Y lentamente la penetración, sintiendo derretirse martillo y yunque con estertores de chocolate.- …En el cartílago de la duda, un suspiro colapsa la mañana. elPrior