La casa en mí

[Ramón Carballal]

Hay una casa que vive en mi.

Abro sus puertas en los ventrículos de mi corazón,
surge la luz de una historia con pasos alegres
y es el tiempo una sangre insólita
que fluye desde si hasta si
como un río sin límites.

Dentro, las voces repican su adiós,
mientras las celosías niegan el futuro
con una flor en el dintel.

Allí estáis
igual que sombras que recorren sin parar
mis músculos y mis sentidos.

Sois el clamor de cada alvéolo,
la latitud insondable de los abismos,
el pálpito urgente de cualquier pensamiento.

Hay una casa que soy yo
con mis ventanas de mar y mis pasillos azules,
con la penumbra de las habitaciones descreídas,
con la voz en los caireles
que lloran su luz blanca
sobre recuerdos sin edad.

Hay una casa en mi
que no se describe en metros cuadrados,
su medida es el rondo de una peonza incansable,
su longitud la cicatriz de un horizonte
que para siempre me habita.

[Pilar Morte]

Te lo repito: qué bien escribes, Ramón. Este poema podría pertenecernos a casi todos, aunque con vivencias diferentes. Me encantó.
Besos
Pilar

[Luis M]

Excelente poema con una estrofa final que me pareció especialmente hermosa. Mis felicitaciones, Ramón. Un abrazo, amigo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Excelente y tan cercano que sólo queda agradecer (y mucho) tu inspiración.

Abrazo y felicidad, amigo.

[E. R. Aristy]

Hay una casa que vive en mi.

Abro sus puertas en los ventrículos de mi corazón,
surge la luz de una historia con pasos alegres
y es el tiempo una sangre insólita
que fluye desde si hasta si
como un río sin límites.

Dentro, las voces repican su adiós,
mientras las celosías niegan el futuro
con una flor en el dintel.

Allí estáis
igual que sombras que recorren sin parar
mis músculos y mis sentidos.

Sois el clamor de cada alvéolo,
la latitud insondable de los abismos,
el pálpito urgente de cualquier pensamiento.

Hay una casa que soy yo
con mis ventanas de mar y mis pasillos azules,
con la penumbra de las habitaciones descreídas,
con la voz en los caireles
que lloran su luz blanca
sobre recuerdos sin edad.

Hay una casa en mi
que no se describe en metros cuadrados,
su medida es el rondo de una peonza incansable,
su longitud la cicatriz de un horizonte
que para siempre me habita.

Maravilloso poema, Ramón, un placer entrar en tu espacio. ERA

[Pablo Ibáñez]

Ramón,

un placer como siempre pasar pos tus versos, amigo. Me ha gustado mucho la alegoría casa=uno mismo, con esos recovecos ventriculares y alveolares donde se esconden secretos y recuerdos.

Un abrazo.

[Carmen Pla]

Buenos días Ramón.
Tu poema me recuerda a esa gran metáfora que es la vida de cada uno, a todo lo que nos habita y también nos roba.
Un placer leerte, abrazo.

[Ramón Carballal]

Te lo repito: qué bien escribes, Ramón. Este poema podría pertenecernos a casi todos, aunque con vivencias diferentes. Me encantó.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, por tu amabilidad. Un beso.

[Ligia Rafaela]

Excelentes tus versos, es un privilegio para mis ojos
recrearme en la sutil belleza de esta inspiración y de
la estela que deja el vuelo de tu pluma de poeta.

Te felicito apreciado amigo.

FELIZ NAVIDAD"

[Ramón Carballal]

Excelente poema con una estrofa final que me pareció especialmente hermosa. Mis felicitaciones, Ramón. Un abrazo, amigo.

Gracias, Luis, por tu amable comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Excelente y tan cercano que sólo queda agradecer (y mucho) tu inspiración.

Abrazo y felicidad, amigo.

Muchas gracias, Hallie, por leerme y comentar. Un abrazo.

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo de Ramón.