último aporte a la locura

[Marius Gabureanu]

Antonia, partes de tu cuerpo
hacia un lado oscuro que se asemeja
a la desmemoriada ceremonia de sombras
y a la falta de interés de los muros
que ya no quieren representar la materia
en sus distintas formas de degradarse.

Antonia, partes de mil calaveras de ciempiés
a medio camino entre la perdida y el desenfreno
y te vistes de lengua de profeta,
anuncias un torbellino desenfadado
que se rinde a los ojos de un virgen amanecer
aún no violado por los taxis
y por la gente umbría
que atraviesa cuadriláteros de odio.

Antonia, partes de un ciruelo de ceniza
derrumbado en mi ser-estar
mientras la pulsera de humo que llevan los días sin trabajo
brilla sobre la mano de la memoria, enjoya los pensamientos sin sentido.

Antonia, nos impedimos respirar,
mis labios cosidos a los tuyos
se pudren en canastas de la locura.

Antonia, una broma del cemento
nombra tu préstamo de esqueletos
y la luna se descalza de ti
y me quedo con un pie sangrado
paseando por la niñez,
dando saltos y sonrisas,
improvisando la mejor huida.

Antonia, partes sin importarte que algunas calles existan sólo por ti.
Te conviertes en mi cigarro de silencios
al que no puedo encender
y por eso, ese puto poema.

[Hallie Hernández Alfaro]

Antonia, partes de tu cuerpo
hacia un lado oscuro que se asemeja
a la desmemoriada ceremonia de sombras
y a la falta de interés de los muros
que ya no quieren representar la materia
en sus distintas formas de degradarse.

Antonia, partes de mil calaveras de ciempiés
a medio camino entre la perdida y el desenfreno
y te vistes de lengua de profeta,
anuncias un torbellino desenfadado
que se rinde a los ojos de un virgen amanecer
aún no violado por los taxis
y por la gente umbría
que atraviesa cuadriláteros de odio.

Antonia, partes de un ciruelo de ceniza
derrumbado en mi ser y estar
mientras la pulsera de humo que llevan los días sin trabajo
brilla sobre la mano de la memoria, enjoya los pensamientos sin sentido.

Antonia, nos impedimos respirar,
mis labios cosidos a los tuyos
se pudren en canastas de la locura.

Antonia, una broma del cemento
nombra tu préstamo de esqueletos
y la luna se descalza de ti
y me quedo con un pie sangrado
paseando por la niñez,
dando saltos y sonrisas,
improvisando la mejor huida.

Antonia, partes sin importarte que algunas calles existen sólo por ti.
Te conviertes en mi cigarro de silencios
al que no puedo encender
y por eso, ese puto poema.

Extraordinario, Marius. Se impregna la sala de este nombre imposible que agrava cualquier minuto; es como si las eras descalzas fundieran sus intenciones en un nicho de alquitrán.

Antonia, partes sin importarte que algunas calles existan sólo por ti.
(un detalle mínimo que podría mejorar la lectura de este enorme verso).

No olvides que te quiero mucho, amigo del alma.

[Marius Gabureanu]

Me alegra tu presencia, querida amiga. Ahora corrijo el error, muchas gracias por hacermelo saber. Yo también te quiero, Hallie. Recibe mis abrazos sinceros.

[Pilar Morte]

Impactantes imágenes bordan este hermoso poema. Un placer leerte
besos
Pilar

[Rafel Calle]

Hermoso, genuino y evocador trabajo de Marius.

[Rosa Marzal]

Un nombre que se repite en cada estrofa, como una letanía, que es capaz de vertebrar todo un universo y hacerlo girar sin pausa en torno suyo.

Magnífico, Marius, mi sincera admiración a tu talento, querido amigo.

Abrazos.

[Alejandro Costa]

Tan inquietante como interesante.

Me ha gustado.

Un abrazo.

[Pablo Ibáñez]

Marius,

me parece un gran poema, amigo. Las imágenes potentísimas y súper originales, como siempre, con ese componente de bello delirio que siempre sabes darles, imposible de conseguir si uno no nace con esa capacidad. La aliteración del nombre de la protagonista poemática es otro plus, no muy habitual de tu poética, que redunda también en la sugestión del lector. Final metapoético sorprendente y arriesgado, sin concesiones.

En fin, otra entrega de tu original creatividad, nunca dejas indiferente.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Antonia, partes de tu cuerpo
hacia un lado oscuro que se asemeja
a la desmemoriada ceremonia de sombras
y a la falta de interés de los muros
que ya no quieren representar la materia
en sus distintas formas de degradarse.

Antonia, partes de mil calaveras de ciempiés
a medio camino entre la perdida y el desenfreno
y te vistes de lengua de profeta,
anuncias un torbellino desenfadado
que se rinde a los ojos de un virgen amanecer
aún no violado por los taxis
y por la gente umbría
que atraviesa cuadriláteros de odio.

Antonia, partes de un ciruelo de ceniza
derrumbado en mi ser-estar
mientras la pulsera de humo que llevan los días sin trabajo
brilla sobre la mano de la memoria, enjoya los pensamientos sin sentido.

Antonia, nos impedimos respirar,
mis labios cosidos a los tuyos
se pudren en canastas de la locura.

Antonia, una broma del cemento
nombra tu préstamo de esqueletos
y la luna se descalza de ti
y me quedo con un pie sangrado
paseando por la niñez,
dando saltos y sonrisas,
improvisando la mejor huida.

Antonia, partes sin importarte que algunas calles existan sólo por ti.
Te conviertes en mi cigarro de silencios
al que no puedo encender
y por eso, ese puto poema.

WoW! Marius! Me gusta todo de este poema, desde su titulo se percibe un viaje extraordinario, y lo es. Antonia se vuelve un nombre propio, cercano, y nos importa toda su trayectoria. Es un poema de gran creatividad, cinematografica, y al final se vuelve a ese narrador omnisciente, a ese pensamiento con un cigarro sin encender apretado en los labios, algo como un gesto de frustracion, una combustion humana y nos damos cuentas que es un poema tan triste! Un poema exceleso en mi humilde opinion.
ERA

[Bruno Laja]

Es un poema escrito con los dientes apretados, la tensión se hace tangible con la repetición, con la obsesión, como si las palabras obedeciesen a un rumor profundo, gutural.
En poesía se habla mucho de recursos, pero no hay que olvidar que muchos de ellos nacieron naturalmente. Los creó alguien que hablaba solo, dentro de su cabeza.
No importa el énfasis con que se incide en el vocativo. Escribir es monologar.
Abrazos.

[Guillermo Cumar.]

Un soplido poético que atenaza la dulzura y compite con otras decisiones impertérritamente elucubrantes
y nerviosamente incorporales e huidizas.
Siempre es un grato honor descifrar a la propia manera tus esquemas poéticos llenos de subreales ámbitos y cuitas.

Un abrazo