
Desde la ventanilla,
después del tedio,
el sueño se concentra
donde asoman en lejanía
negros y rastreros tallos escuálidos.
El sueño, el tedio
y el campo seco
en la fe de lo inabarcable,
por fin abierto a los abismos de la ilusión.
Así, soñando a todos los hombres
en su más íntima apatía,
llego a la estación de noviembre.
Es bueno el dolor que se toca a simple vista.
Me gusta este fulgor de luz hermética,
cuando se espiralizan*,
palpitando, las raíces vivaces
del corazón.
JJM Ferreiro
*.- El Verbo "espiralizar" no existe, pero a mí me gusta mucho. Significaría "formar espirales". Es frecuente en biología para hablar de la formación de los cromosomas, a partir de la "espiralización" de las fibra de ADN.... " Las fibras de cromatina (ADN) se espiralizan y forman los cromosomas"

Las horas de noviembre
Qué ensueños, noviembre, tu nombre evoca
en horas septentrionales hacia el invierno
o en amarillo austral pujantes las retamas
floreciendo.
Tienes sabor de tierra, noviembre,
y de camposanto el tacto frío;
pero la vida infatigable llama
a la puerta de los días
y descubre en los ojos
la extensión jovial de los colores.
Oscurece
al norte,
al norte
el frío en los relojes;
al sur se abre la luz en primavera
y mi corazón va y viene
entre oraciones,
peregrino de un tiempo
que jamás se detiene,
el tiempo
que pasa,
pasa
y vuela
vuela
y no vuelve.
González Alonso