de tu boca irónica, cegada
por el sarcasmo duro que viaja
por el interior de tu alma… A veces
fría, me regala el helor, la rabia
contenida de tus adentros sutiles,
enredadas mutuamente entre ellas
para crear la coraza de mi persona,
con metales nobles como el acero.
Dolor causa el aliento desplomado
que mi corazón acusa de tus labios,
de esos que desdicen, que lloran en letras,
meciéndose con el don de la palabra,
que se elevan hacia mis tímpanos
moribundos, huecos de esperanzas,
repletos de sabores agridulces.
Que vaya a ti aclamas, con las cadenas
fundidas, talladas de nuevo, pulidas,
esmeriladas con el intenso brillo
de la seguridad y la confianza…
Pero el eco de tu voz, sonido muerto
que acaricia el espacio rudo, áspero,
es el látigo mordaz que me azota,
que me hiere, privando a mis ojos de sonrisas.
Que vaya a tu paz, a tu sosiego interno,
al manantial de pasiones que hay en tu cuerpo,
al aura iluminada que tu ser desprende
para alimentarme, tomar el sustento
que tu alma me entrega, dejando a mi paladar,
la acidez despegada; y en nuestras bocas
los gestos, los aromas desinteresados
que nuestros labios anhelan, desbordando
en ellos la similitud y el imán
que nuestros cuerpos y auras entienden…
Sin saber porqué, somos como un átomo
que en nuestra pequeñez, nos atraemos
siendo polos opuestos. Nos combinamos,
nos buscamos como partícula única,
como seres de agua, de aire inocuo somos…
Y sé que nos amamos, que respiramos
uno del otro… yo bebo de tus manos,
tú te sacias de caricias de mis ojos.
Pero …
No quiero saciar el hambre, de zumos
de ironía, de frutos de sarcasmos
que se pudren en nuestras bocas,
que al beberlos, se mezclan con sabores,
con aromas y esencias dulces
que tantas y tantas veces mastiqué…
No quiero…
La sonrisa burlona en tus palabras
que a mordiscos, lentamente me descarna.
Quiero el paraíso de tu alma,
ver florecer rosas sin espinas
nacidas de tu aliento para conmigo.
Quiero detener el tiempo, dibujarlo
en un papel, con colores intensos,
borrar de él, todos sus errores,
los momentos carroñeros que nos tendió la vida.
Quiero tu risa, el calor de tus gestos,
sentir como se engrandecen tus pupilas,
ardiendo nuestro amor entre burbujas.
Quiero tu calma, la que me hace viajar
por tus pasiones, libre de necesidad
de corazas, de artilugios que se interpongan…
Quiero que los huecos de desesperanza
se vacíen de ironía…. y vuelvan a renacer.