la tesitura de tu pensamiento,
que permanece atento
al resuello leve de mis ángeles…
Un bosque blanco emana
del arroyo claro de mi lengua
y son tus silencios galantes,
los que escarban insistentes
el terreno íntimo de mis estrellas…
Avanza tu hiedra solar
ambicionando mis párpados…
Y amaneces
en mi apasionada oscuridad,
que se abre a tu infinito tacto…