No hay mentira en mis estribos
Publicado: Dom, 13 Sep 2015 4:29
Para mi Ana, en respuesta a su cuento Panacea del Sueño.
Esto no es un cuento, es la introducción a los versos que un amigo, al que quiero mucho, escribió porque ella se lo dijo. Tiene un valor emocional, no artístico; si arte se entiende como una forma estricta de decir, de pensar, de estar en un tren que tiene una estación definitiva. Digamos en términos epistemológicos, una escuela. Eres artista si perteneces a una escuela. Entendamos que mi amigo va por libre. O sea, no es artista.
Pero “Ella, la gorda absoluta, la insignificante” es la introducción gozosa a un poema corto; se supone de cuatro versos, destinado a la que hoy dice que lo quiere en demasía. ¿Qué es en demasía amigos? Cuando ni sabemos lo que es el querer. Ni lo que son los versos. Pero esto es harina de otro costal. No nos liemos.
Yo creo que mi amigo escribe para intentar que afloje las nalgas, que vaya al asunto sin que lo joda demasiado; pero esto es simplificar en exceso. La poesía es otra cosa y sublime, y vosotros, lo sabéis por experiencia.
Compañebrios: aunque parezca una tontería lo que voy a decir, necesito un apoyo. Ese intensa mirada al mar de la duda, de la insensatez que hace hermosa la palabra. Pensar que el amor es un poema breve, como la vida, que uno puede leer en dos minutos. La realidad de vivir con una mujer fantástica. Y entonces, antes de hacerle el amor -o no-, quiero preguntarle de frente. Frente a vosotros. ¿Por qué hay cosas que se pueden decir y otras se suponen? Lo digo en palabras de mi amigo Obélix: ¿Qué soy yo sin la viagra que me fabrica el Druida? O sea ¿qué soy yo sin la metafísica? Es muy profundo, sí. Pero o salimos o callamos para siempre.
Ella me responde que la literatura es hacer de la verdad un cuento. Pero me dijeron que los cuentos eran falsos. Ahora entiendo que los cientos y pico son entonces irrealidades.
Pero yo, antes de compartir lo versos con vosotros, os voy a contar lo que le dijo mi amigo a su chica:
“¡Hola capullina! Acabo de verte en la televisión. ¡Qué bien hablaste hoy¡ ¿Has llegado a casa?
Tal como me pediste te he escrito cuatro versos mientras hablabas.
Qué cosas dices. ¡Meter/Sacar, el efecto mariposa en una botella de Ribera del Duero! Joder, impresionante. ¿De dónde sacas esas ideas churri? Lo que comentas en la tele. El presentador quedó impactado. Rosalina: eres la científica, o como se llame, más renombrada de España y me encanta.
No, no . Déjame que hable yo hoy, por favor. Quiero decirte que estoy orgulloso de ti; un inculto que te ve los telediarios, con unos amigos que se ríen de mí. Que me recalcan: “¿Qué habrá visto esa tía tan buena en ti cabrón?”. Yo sí lo sé. Que me salgo del tiempo como tus aporemas. Que me salgo del espacio como tus partículas Jiguins on de guors.
Nena, cada dos por tres apareces en los periódicos. Más que la Virgen en Lourdes te manifiestas en la lírica del sueño. ¿Qué es tu forma de explicar el mundo si no un arte? Casi nadie entiende un pijo, ni yo, de lo que dices, pero todos ven tu manera de mover las manos. Son mariposas frente a la cara oculta de Pink Floid. Mariposas que se meten en la botella y hacen de la montaña un abismo o una pista esquizofrénica. Yo no te entiendo mucho amor, sólo me fijo en el temblor de tus pechos que la cámara comprime en el sujetador del tiempo y extrapolo. Extrapolo el término que quiero y en la cama cabalgo tu pradera, que es el único mapa físico que existe para mí.
Dices que no hay materia, que no hay nada detrás de la nada. Pero yo como Epicuro, que un día me explicaste, frente a Platón te las agarro, te las aprieto, te las chupo y les saco la contradicción básica que aprendí de mi abuelo: no existe más que lo que duele. ¿Las sientes?
La felicidad es ausencia el dolor, no al contrario. Soy un bruto.
Algo habrá Rosalina, no me jodas. Yo soy cocinero, no sé nada de tus cuentos ni me importa, pero quiero pasarlo bien. Me gusta comer y los vinos, me pongo bolinga de vez en cuando. A veces te enfadas porque te explico la teoría de la relatividad, sease: te pillo y te mato a destiempo de la hora de partida.
Entonces vinieron los jueves. El mundo y Dios nos pilló desprevenidos.Y no sé lo que es pero sí dónde no está.
Yo soy un discípulo de Ferrá Adriá y de la cocina ayurnómica, condensada y discreta; por eso dejo un plato grande y muy adornado, con poca carne: unos versos que me pidió para su tratado de fraseología subatómica y que tú me has inspirado hoy.
“Ella que quiso probarlo todo en sus propias carnes,
como un profeta la palabra antigua
lo introdujo a escondidas en la sopa de rigor,
fecunda.
Se cubrieron con un pelaje frondoso y brillante,
luego esperó a ver los efectos domésticos.
No tardó en engordar.
TIGANA ( de su cuento Panacea del sueño)
Ideafix Tercero
Esto no es un cuento, es la introducción a los versos que un amigo, al que quiero mucho, escribió porque ella se lo dijo. Tiene un valor emocional, no artístico; si arte se entiende como una forma estricta de decir, de pensar, de estar en un tren que tiene una estación definitiva. Digamos en términos epistemológicos, una escuela. Eres artista si perteneces a una escuela. Entendamos que mi amigo va por libre. O sea, no es artista.
Pero “Ella, la gorda absoluta, la insignificante” es la introducción gozosa a un poema corto; se supone de cuatro versos, destinado a la que hoy dice que lo quiere en demasía. ¿Qué es en demasía amigos? Cuando ni sabemos lo que es el querer. Ni lo que son los versos. Pero esto es harina de otro costal. No nos liemos.
Yo creo que mi amigo escribe para intentar que afloje las nalgas, que vaya al asunto sin que lo joda demasiado; pero esto es simplificar en exceso. La poesía es otra cosa y sublime, y vosotros, lo sabéis por experiencia.
Compañebrios: aunque parezca una tontería lo que voy a decir, necesito un apoyo. Ese intensa mirada al mar de la duda, de la insensatez que hace hermosa la palabra. Pensar que el amor es un poema breve, como la vida, que uno puede leer en dos minutos. La realidad de vivir con una mujer fantástica. Y entonces, antes de hacerle el amor -o no-, quiero preguntarle de frente. Frente a vosotros. ¿Por qué hay cosas que se pueden decir y otras se suponen? Lo digo en palabras de mi amigo Obélix: ¿Qué soy yo sin la viagra que me fabrica el Druida? O sea ¿qué soy yo sin la metafísica? Es muy profundo, sí. Pero o salimos o callamos para siempre.
Ella me responde que la literatura es hacer de la verdad un cuento. Pero me dijeron que los cuentos eran falsos. Ahora entiendo que los cientos y pico son entonces irrealidades.
Pero yo, antes de compartir lo versos con vosotros, os voy a contar lo que le dijo mi amigo a su chica:
“¡Hola capullina! Acabo de verte en la televisión. ¡Qué bien hablaste hoy¡ ¿Has llegado a casa?
Tal como me pediste te he escrito cuatro versos mientras hablabas.
Qué cosas dices. ¡Meter/Sacar, el efecto mariposa en una botella de Ribera del Duero! Joder, impresionante. ¿De dónde sacas esas ideas churri? Lo que comentas en la tele. El presentador quedó impactado. Rosalina: eres la científica, o como se llame, más renombrada de España y me encanta.
No, no . Déjame que hable yo hoy, por favor. Quiero decirte que estoy orgulloso de ti; un inculto que te ve los telediarios, con unos amigos que se ríen de mí. Que me recalcan: “¿Qué habrá visto esa tía tan buena en ti cabrón?”. Yo sí lo sé. Que me salgo del tiempo como tus aporemas. Que me salgo del espacio como tus partículas Jiguins on de guors.
Nena, cada dos por tres apareces en los periódicos. Más que la Virgen en Lourdes te manifiestas en la lírica del sueño. ¿Qué es tu forma de explicar el mundo si no un arte? Casi nadie entiende un pijo, ni yo, de lo que dices, pero todos ven tu manera de mover las manos. Son mariposas frente a la cara oculta de Pink Floid. Mariposas que se meten en la botella y hacen de la montaña un abismo o una pista esquizofrénica. Yo no te entiendo mucho amor, sólo me fijo en el temblor de tus pechos que la cámara comprime en el sujetador del tiempo y extrapolo. Extrapolo el término que quiero y en la cama cabalgo tu pradera, que es el único mapa físico que existe para mí.
Dices que no hay materia, que no hay nada detrás de la nada. Pero yo como Epicuro, que un día me explicaste, frente a Platón te las agarro, te las aprieto, te las chupo y les saco la contradicción básica que aprendí de mi abuelo: no existe más que lo que duele. ¿Las sientes?
La felicidad es ausencia el dolor, no al contrario. Soy un bruto.
Algo habrá Rosalina, no me jodas. Yo soy cocinero, no sé nada de tus cuentos ni me importa, pero quiero pasarlo bien. Me gusta comer y los vinos, me pongo bolinga de vez en cuando. A veces te enfadas porque te explico la teoría de la relatividad, sease: te pillo y te mato a destiempo de la hora de partida.
Entonces vinieron los jueves. El mundo y Dios nos pilló desprevenidos.Y no sé lo que es pero sí dónde no está.
Yo soy un discípulo de Ferrá Adriá y de la cocina ayurnómica, condensada y discreta; por eso dejo un plato grande y muy adornado, con poca carne: unos versos que me pidió para su tratado de fraseología subatómica y que tú me has inspirado hoy.
“Ella que quiso probarlo todo en sus propias carnes,
como un profeta la palabra antigua
lo introdujo a escondidas en la sopa de rigor,
fecunda.
Se cubrieron con un pelaje frondoso y brillante,
luego esperó a ver los efectos domésticos.
No tardó en engordar.
TIGANA ( de su cuento Panacea del sueño)
Ideafix Tercero