Corbain en el banco de Loiba

[J. J. Martínez Ferreiro]

El banco de Loiba está cerca de Ortigueira, al pie de un impresionante acantilado abierto a un mar infinito.

Divisando desde este acantilado surco la misma singladura
de todos los navíos que al fondo de la tarde sangran.

Navego la misma derrota, incendio el mismo miedo
y arrostro los mismos maderos de todos los barcos.

Confieso el mundo como si fuese un sueño;
la barbarie de un monte hundido

y el néctar de una noche llena
—todo el sentir partido ante el asombro de lo desconocido.

Llevo muchos años viviéndome en un prodigio imprescindible,

con ruidos ensordecedores que podréis escuchar
observándome desde lejos;

viviéndome hasta que una vez la memoria perdida
se forme una tormenta de escorias,

y lo otro me nombre en un tiempo vacío, pleno de sombra.

Las horas y sus cauces cesarán
como no cesa el polvo, como el océano nunca cesa.

[Julio Gonzalez Alonso]

Estoy preparando horas y estaciones para julio, pero me detengo en este impresionante banco de Loiba para dejarte mi aplauso, Ferreiro. Luego, ya llegarán las estaciones y sus horas...
Salud.

[E. R. Aristy]

Este banco está en Loiba (cerca de Ortigueira) al pie de un impresionante acantilado abierto a un mar infinito. (En google hay muchas imágenes del famoso banco)

Divisando desde este acantilado
surco la misma singladura de todos los navíos
que al fondo de la tarde sangran.
Navego la misma derrota,
incendio el mismo miedo
y arrostro las mismas vigas de todos los barcos.
Confieso el mundo como si fuese un sueño:
La barbarie de un monte hundido y crucificado.
El néctar de una noche llena.
Todo el sentir partido ante el asombro de lo desconocido.

Llevo muchos años viviéndome
en un prodigio imprescindible,
con ruidos ensordecedores
que podéis escuchar observándome desde lejos,
cuando una vez devuelta la memoria,
se forma una tormenta de ceniza,

y lo otro
me nombra en un tiempo vacío,
pleno de sombra.

Las horas y sus cauces acabarán
como no acaba el polvo, como el agua nunca se acaba.

Ferreiro, hay una potencia sugestiva que hace que brote agua d la piedra, que nazcan poemas como este que son de cosas que se acaban, si, pero a la vez, son valores incorruptibles, imposibles de morir. Capturas todas estas cosas en un lenguaje dotado de belleza y trasmisión sensorial- Extraordinario poema! ERA

[Ana Muela Sopeña]

Belleza y buen hacer poético en este magistral poema, J.J.:

Es siempre garantía de calidad adentrarse en tu espacio.

Un fuerte abrazo
Enhorabuena
Ana

[M. Sánchez]

Qué bueno, esto es expresividad de la buena, un manantial de sensaciones ante el encuentro con la naturaleza.
Me ha gustado mucho.

Un fuerte abrazo.

[curra anguiano]

Como de vacío ha de ser un tiemplo pleno de sombras
Y CUAL NO SERA LA SOMBRA QUE IMPLÍCITA DIBUJA TU BANCO !!!!

Genial

Mil besos y mil gracias
Curra

[Marius Gabureanu]

Me ha gustado mucho el poema. Recibe mis abrazos sinceros.

[Pablo Ibáñez]

Ferreiro,

me gusta mucho el poema, querido amigo. Me gusta la manera emocional como afrontas la naturaleza. Las imágenes que nos ofreces desde el banco de Loiba resultan claras y brillantes.

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Extraordinario, querido Ferreiro. Creo que esa voz en sueño perdurará en la poesía contemporánea.

De pie para los aplausos.

Abrazo y felicidad.

[Pilar Morte]

Profundo y hermoso poema donde despliegas ese pensamiento inteligente sobre el paisaje y la vida. Un placer
Besos
Pilar

[Guillermo Cumar.]

Por ahi anduve en ocasiones y sentí esas voces desde esas aguas y añoro ahora sus temperaturas, sus acantilados
y sus aguas, que lo de ser eternas...ya veremos.

Bonito acoplamiento entre lo lírico el sentir y el paisajismo.

un abrazo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Gracias, colega Julio. Celebro esa impresión que te produjo el poema. La próxima vez que os acerquéis a Viveiro, que espero que sea pronto, os llevaré al banco de Loiba. Creo que hay por allí una pequeña mesa, para picar unos... Bueno ya sabes, y así poder perfeccionar la impresión.

Salud Mariña.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Este banco está en Loiba (cerca de Ortigueira) al pie de un impresionante acantilado abierto a un mar infinito. (En google hay muchas imágenes del famoso banco)

Divisando desde este acantilado
surco la misma singladura de todos los navíos
que al fondo de la tarde sangran.
Navego la misma derrota,
incendio el mismo miedo
y arrostro las mismas vigas de todos los barcos.
Confieso el mundo como si fuese un sueño:
La barbarie de un monte hundido y crucificado.
El néctar de una noche llena.
Todo el sentir partido ante el asombro de lo desconocido.

Llevo muchos años viviéndome
en un prodigio imprescindible,
con ruidos ensordecedores
que podéis escuchar observándome desde lejos,
cuando una vez devuelta la memoria,
se forma una tormenta de ceniza,

y lo otro
me nombra en un tiempo vacío,
pleno de sombra.

Las horas y sus cauces acabarán
como no acaba el polvo, como el agua nunca se acaba.

Ferreiro, hay una potencia sugestiva que hace que brote agua d la piedra, que nazcan poemas como este que son de cosas que se acaban, si, pero a la vez, son valores incorruptibles, imposibles de morir. Capturas todas estas cosas en un lenguaje dotado de belleza y trasmisión sensorial- Extraordinario poema! ERA

Gracias, querida amiga, por tan extraordinario comentario. Es todo un honor.

Muchos bicos.

[Rosa Marzal]

El cauce de la vida nos arrastra en una rueda sin fin, modelando el paisaje de nuestra existencia.

Magnífico poema, J.J.

Un abrazo

[Ricardo Serna G]

J J M


El agua nos baña
y permanece
la belleza nos baña
y permanece
la vida nos baña
y descubre así misma
la importancia de abrazar
su contenido


La poesía es vida y permanece


Bellísimos versos, maestro


Un abrazo fuerte