Anamnesis

[Hallie Hernández Alfaro]

.

I

Placenta mojada en whisky,
de puntillas por los textos de Gasset,
celadora de grillos ostracistas.

La ciudad hiperventilaba si los relojes prometían soledad. Excesos en las calles habituadas al enigma, adosadas al vértigo del porvenir. Algún aplauso, un beso en la frente, el lagar sin aroma de fruta madura. Alergias intimidadas por un corticoide espeso, tardes de frío y pañuelos blancos. Debajo de los guantes un verso esperanzado, un guiño del viejo Sur. Ecos de Marx persisten en los ventanales maternos, en las costuras que abrigan. Más allá un reino de lágrimas a ultranza, un acuario de melancolía.

II

Historia y vertederos,
linfa marciana,
nana adormecida en belladona.
Dispar, reincidente.
Elegida ya por la luz de tu mano.

Sin preámbulos, capitulando rosas; salivando rielas para no morir de sed. Me acerco, pero las coordenadas evaporan su nube detractora. Todavía en cierne un riachuelo con leche de almendras, un partenón deshauciado. Se adelantaba la urgencia de la primavera, planeaba la sidra en los laureles y embriagaba la galaxia sus pequeños motivos. Asomo mis rostros al umbrío paraje; tiznados de un hollín malicioso despuntan líneas gruesas, tiranas sogas que balbucean la crudeza del legado, la purpúrea invalidez de los sueños.

III

Oradora del pánico en los azulejos
de galimatías contra el techo raso;
me fundo al caligrama de la espera
y me pliego en beso a tu sien.

Tal vez, sólo sea, que necesito más que nunca la entropía de tus latidos.

.

[E. R. Aristy]

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I

Placenta mojada en whisky,
de puntillas por los textos de Gasset,
celadora de grillos ostracistas.

La ciudad hiperventilaba si los relojes prometían soledad. Excesos en las calles habituadas al enigma, adosadas al vértigo del porvenir. Algún aplauso, un beso en la frente, el lagar sin aroma de fruta madura. Alergias intimidadas por un corticoide espeso, tardes de frío y pañuelos blancos. Debajo de los guantes un verso esperanzado, un guiño del viejo Sur. Ecos de Marx persisten en los ventanales maternos, en las costuras que abrigan. Más allá un reino de lágrimas a ultranza, un acuario de melancolía.

II

Historia y vertederos,
linfa marciana,
nana adormecida en belladona.
Dispar, reincidente.
Elegida ya por la luz de tu mano.

Sin preambulos, capitulando rosas; salivando rielas para no morir de sed. Me acerco, pero las coordenadas evaporan su nube detractora. Todavía en cierne un riachuelo con leche de almendras, un partenón deshauciado. Se adelantaba la urgencia de la primavera, planeaba la sidra en los laureles y embriagaba la galaxia sus pequeños motivos. Asomo mis rostros al umbrío paraje; tiznados de un hollín malicioso despuntan líneas gruesas, tiranas sogas que balbucean la crudeza del legado, la purpúrea invalidez de los sueños.

III

Oradora del pánico en los azulejos
de galimatías contra el techo raso;
me fundo al caligrama de la espera
y me pliego en beso a tu sien.

Tal vez, sólo sea, que necesito más que nunca la entropía de tus latidos.

.

O tal vez sea que el poeta intuye la memoria de su de su glorioso ser. Hacia tiempo no disfrutaba de tu gran ingenio y sensibilidad,Hallie. Me gusta la estructura holgada y fluyente de este maravilloso poema. Me gusta el exquisito uso de un lenguaje de alto y claro registro. Me llena de gran admiración el desarrollo de los conceptos, el sentimiento que logra su circular potestad. Me maravillas. ERA

[Macedonio Tracel]

lo primero... que menos mal que estas cosas aparecen, bah abren un lugar donde uno se instala a respirar, el poema puede untarse como pedazos de sol benefactor. En la partición se siente el aire. Es un jardín donde las flores a veces son rostros y el frío de la memoria las embellece.
Beso grande hermana y gracias

[Israel Liñán]

Hallie, me encanta el poema, la conjunción de verso y prosa, la profundidad del contenido, ese final que cierra de manera magistral el poema...

Qué bien escribes compañera.

Un abrazo enorme.

[Ventura Morón]

LLega una primigenia mirada, un vaso transparente en el que se vertían los pormenores junto con las ensoñaciones y unos ideales que envolvían toda esa sustancia incipiente, como un brebaje iniciático que expandía un alma dispuesta a revelarse. LLegan los pasos, quizás la duda, el peso de un recorrido que hace tambalear un cardiograma ondulado. Y la declaración, la llama retenida en unas manos que tuvieron un corazón encendido a ráfagas impredecibles.
Lleno de riqueza, de lirismo, de profundidad, de expansión hacia el mundo.
Un lujo pasar por tu casa, y disfrutar de tu talento.
Besos amiga y felicidades

[curra anguiano]

BuFFFF, que barbaridad, efectivamente menos mal que surge de pronto, en los lluviosos días,
el motivo, para haber dejado el día que aconteciera, y consiga que el día yo no more en el arrepentimiento.

Me guardo,
Oradora del pánico en los azulejos
de galimatías contra el techo raso;
me fundo al caligrama de la espera
y me pliego en beso a tu sien.

Tal vez, sólo sea, que necesito más que nunca la entropía de tus latidos.

Mi alma romántica

Mil besos y mil gracias

Curra

[Ignacio Mincholed]

Resulta un recreo este trabajo tuyo, Hallie. Un recreo para el lector constituido en recreador de tu obra, convertida en un regalo desde el que proyectar otras luces que darán otras sombras.

Discuten Tánatos y su hermano, Hipnos. Gana Tánatos equívocamente. No hay violencia, todo se produce entre el sueño y la muerte fuera de lo físico. Y el sueño continua manteniendo la entalpía a pesar de Tánatos y su incierto entrópico deseo.

Felicidades, Hallie.

Un abrazo.
Ignacio

[Rosa Marzal]

Un acierto esa alternancia de verso y prosa poética. Fuerza y belleza en estas mágicas pinceladas existenciales que configuran tu Anamnesis.

Magnífico poema, Hallie. Mi sincera admiración, amiga.

Un abrazo.

[Manuel Alonso]

Hallie me ha gustado mucho, profundo, hermoso, preciso, directo, y el final magnífico. Un placer amiga y un beso.

[Josefa A. Sánchez]

Silencio admirado... y un atronador aplauso.
Un abrazo.
Pepa

[Pablo Ibáñez]

Hallie,

me encanta el poema, amiga. ¿Sabes? A veces uno no sabe muy bien por donde se mueve en esto de la poesía. Uno comienza a leer un poema en el que la inteligibilidad no es manifiesta y duda por qué camino seguir. Bueno, no se trata de entender, sino de sentir... Pero resulta que no siente nada y cada vez se pone más cuesta arriba la cuestión y uno duda de sí mismo, de su propia capacidad lectora. Otras veces se plantea si serán las limitaciones propias de lector o las del escritor, o una mezcla de ambas...

Con este poema, con los tuyos, no me ocurre eso. Porque, a pesar de que la inteligibilidad no resulta directa para mí, la calidad del texto, la brillantez de las imágenes, la pulcritud del estilo, me atrapa. Y, a medida que lo leo una y otra vez van surgiendo imágenes bellas, y un ambiente, una sensación de fondo a base de pinceladas que se van poco a poco completando.

De esta manera, el poema resulta inagotable y en cada nueva lectura se encuentra otro recoveco donde soñar.

Es muy difícil lo que haces Hallie, y muy bueno.

Te mando un abrazo.

[F. Enrique]

Encantado, Hallie, de leer tu poema y comprobar que sigues en la buena senda. Me ha costado más trabajo entenderlo que sentirlo, pero esto último es mucho más importante.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Excelente, Hallie:

Belleza y luz en tu palabra.

Un beso
Ana

[Hallie Hernández Alfaro]

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I

Placenta mojada en whisky,
de puntillas por los textos de Gasset,
celadora de grillos ostracistas.

La ciudad hiperventilaba si los relojes prometían soledad. Excesos en las calles habituadas al enigma, adosadas al vértigo del porvenir. Algún aplauso, un beso en la frente, el lagar sin aroma de fruta madura. Alergias intimidadas por un corticoide espeso, tardes de frío y pañuelos blancos. Debajo de los guantes un verso esperanzado, un guiño del viejo Sur. Ecos de Marx persisten en los ventanales maternos, en las costuras que abrigan. Más allá un reino de lágrimas a ultranza, un acuario de melancolía.

II

Historia y vertederos,
linfa marciana,
nana adormecida en belladona.
Dispar, reincidente.
Elegida ya por la luz de tu mano.

Sin preambulos, capitulando rosas; salivando rielas para no morir de sed. Me acerco, pero las coordenadas evaporan su nube detractora. Todavía en cierne un riachuelo con leche de almendras, un partenón deshauciado. Se adelantaba la urgencia de la primavera, planeaba la sidra en los laureles y embriagaba la galaxia sus pequeños motivos. Asomo mis rostros al umbrío paraje; tiznados de un hollín malicioso despuntan líneas gruesas, tiranas sogas que balbucean la crudeza del legado, la purpúrea invalidez de los sueños.

III

Oradora del pánico en los azulejos
de galimatías contra el techo raso;
me fundo al caligrama de la espera
y me pliego en beso a tu sien.

Tal vez, sólo sea, que necesito más que nunca la entropía de tus latidos.

.

O tal vez sea que el poeta intuye la memoria de su de su glorioso ser. Hacia tiempo no disfrutaba de tu gran ingenio y sensibilidad,Hallie. Me gusta la estructura holgada y fluyente de este maravilloso poema. Me gusta el exquisito uso de un lenguaje de alto y claro registro. Me llena de gran admiración el desarrollo de los conceptos, el sentimiento que logra su circular potestad. Me maravillas. ERA

ERA, gracias miles por acudir con tanto afecto a mis humildes letras.

Abrazo fuerte y felicidad.

[Hallie Hernández Alfaro]

lo primero... que menos mal que estas cosas aparecen, bah abren un lugar donde uno se instala a respirar, el poema puede untarse como pedazos de sol benefactor. En la partición se siente el aire. Es un jardín donde las flores a veces son rostros y el frío de la memoria las embellece.
Beso grande hermana y gracias

Gracias a vos por andar siempre entre mis cosas; y por esa sensibilidad extraordinaria con la que tocas el mundo.

Abrazos.