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Hallie Hernández Alfaro

Un diálogo bastante sui generis. El concepto de amor en su frase más amplia, penosa quizás para el triángulo sentimental. Homosexualidad, incesto, doble personalidad (se atisba el síndrome, si bien no se confirma). Muchas emociones al descubierto.

Interesante y bien plasmado; saludos cordiales, Tigana.

Armilo Brotón

Extraordinaria esta pieza de microteatro que sabes que me fascina y además dentro del realismo sucio que sabes que también.
Has explorado los sentimientos entre las personas dejando encubierta la pregunta: ¿dónde está el límite? Me queda como reflexión: ¿qué es lo normal?. Esta escena que has escrito nos hace saltar de nuestra zona de confort. Sacas el incesto, la bisexualidad, el suicidio, la felación, la relaciones triangulares y ciertas dosis de masoquismo inherente al ser humano: amor/dolor.

Ese trío no es ajeno a la realidad aunque pueda parecer cruel. Este mundo ha estereotipado las relaciones de amor/pasión entre los hombres por conveniencia social y deja fuera lo que no se ajusta a sus cánones de control. Rafa, eje del triángulo, no pudo sustraerse a esa presión y fue el primero en desaparecer harto, ahogado quizás por su mayor sensibilidad.
El ser humano es el único animal con capacidad para la emoción, para buscar el placer en las relaciones más diversas y esto siempre se ha querido esconder de una forma ilógica, estigmatizando estas situaciones que surgen de forma irracional donde las querencias y los juegos sexuales adoptan las más diversas formas. Pero luego todo se hace a escondidas en esa hipocresía que nos circunda,
que dicta a quién tenemos que amar y de qué manera.

Nada impulsa que alguien se enamore de otra persona atendiendo a razones totalmente justificadas y eso lo comprobamos diariamente. No se escribiría tanto sobre el amor si este fuera totalmente lógico, como no se hace poesía sobre una nutrición equilibrada, sí sobre la gastronomía en la que entra ya la emoción como este es el caso.

Inmenso el personaje de Celia: tenía el poder en su boca. A parte de cómo la chupaba, leo aquí la metáfora de la palabra. La fuerza de la palabra.

Me gustó también una cosa que puede sonar extraño pero es tan cierto como la vida. De tu obra se desprende algo consustancial al ser humano y es la libertad de decisión sobre la vida. Podamos estar de acuerdo o no pero es un derecho, morir o vivir. El suicidio como opción.

Leyendo el comentario de la compañera Hallie me queda la incertidumbre de no haber visto esa doble personalidad a la que hace referencia. Creo que tus personajes tienen los rasgos sicológicos muy claros y acordes al mensaje que intentas trasmitir.

Mi enhorabuena por la valentía y por la forma. En una sola escena has descrito lo que otros necesitan en cientos. Aquí está el valor de la literatura.

Un beso

Tigana Nelson

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un diálogo bastante sui generis. El concepto de amor en su frase más amplia, penosa quizás para el triángulo sentimental. Homosexualidad, incesto, doble personalidad (se atisba el síndrome, si bien no se confirma). Muchas emociones al descubierto.

Interesante y bien plasmado; saludos cordiales, Tigana.

Quise reflejar un diálogo sin pelos en la lengua. Cuánto miedo se tiene a hablar así, a decir lo que se piensa, a contar las emociones que nos invaden y a vivir el amor como nos plazca, sin los miedos sociales.

Gracias por leerme y comentar.
Salud.

Tigana Nelson

Armilo Bretón escribió:Extraordinaria esta pieza de microteatro que sabes que me fascina y además dentro del realismo sucio que sabes que también.
Has explorado los sentimientos entre las personas dejando encubierta la pregunta: ¿dónde está el límite? Me queda como reflexión: ¿qué es lo normal?. Esta escena que has escrito nos hace saltar de nuestra zona de confort. Sacas el incesto, la bisexualidad, el suicidio, la felación, la relaciones triangulares y ciertas dosis de masoquismo inherente al ser humano: amor/dolor.

Ese trío no es ajeno a la realidad aunque pueda parecer cruel. Este mundo ha estereotipado las relaciones de amor/pasión entre los hombres por conveniencia social y deja fuera lo que no se ajusta a sus cánones de control. Rafa, eje del triángulo, no pudo sustraerse a esa presión y fue el primero en desaparecer harto, ahogado quizás por su mayor sensibilidad.
El ser humano es el único animal con capacidad para la emoción, para buscar el placer en las relaciones más diversas y esto siempre se ha querido esconder de una forma ilógica, estigmatizando estas situaciones que surgen de forma irracional donde las querencias y los juegos sexuales adoptan las más diversas formas. Pero luego todo se hace a escondidas en esa hipocresía que nos circunda,
que dicta a quién tenemos que amar y de qué manera.

Nada impulsa que alguien se enamore de otra persona atendiendo a razones totalmente justificadas y eso lo comprobamos diariamente. No se escribiría tanto sobre el amor si este fuera totalmente lógico, como no se hace poesía sobre una nutrición equilibrada, sí sobre la gastronomía en la que entra ya la emoción como este es el caso.

Inmenso el personaje de Celia: tenía el poder en su boca. A parte de cómo la chupaba, leo aquí la metáfora de la palabra. La fuerza de la palabra.

Me gustó también una cosa que puede sonar extraño pero es tan cierto como la vida. De tu obra se desprende algo consustancial al ser humano y es la libertad de decisión sobre la vida. Podamos estar de acuerdo o no pero es un derecho, morir o vivir. El suicidio como opción.

Leyendo el comentario de la compañera Hallie me queda la incertidumbre de no haber visto esa doble personalidad a la que hace referencia. Creo que tus personajes tienen los rasgos sicológicos muy claros y acordes al mensaje que intentas trasmitir.

Mi enhorabuena por la valentía y por la forma. En una sola escena has descrito lo que otros necesitan en cientos. Aquí está el valor de la literatura.

Un beso

Sí, creo que forma parte del realismo sucio. Y, sí, el teatro nos apasiona a los dos.
Ya sabes que lo normal, en esta sociedad, es la típica familia (aunque se odien), pareja, hijos y comidas, dominicales, todos juntitos y bien avenidos.
Los trapos sucios que no se asomen ¡jamás! Pero los hay, hay relaciones ocultas a cal y canto. Se teme lo que no se conoce y se actúa con miedo al qué dirán.
Yo creo en ese derecho que apuntas, poder vivir o morir cuando uno lo decida. Es la mayor libertad que poseemos.
Genial tu lectura, Miguel, y por haber captado todo el mensaje.
Beso agradecida.