Editorial Alaire

Manuel Sánchez escribió:Hoy nos llega, de nuevo, la suerte de otro día
y me parece un código secreto
el vaso que llenamos de palabras,
la cita que tenemos por delante
con ese tiempo inédito
que precisa de un lapicero aún
y del papel en blanco.
Las voces nos ofrecen su selva improvisada,
la raíz del lenguaje,
una incansable historia reflejada en su noche,
y el lento acostumbrarnos a no ser nunca igual:
ese mar que eterniza nuestro vocabulario
y pasea el placer en una barca.
Las horas transparentes
se apoderan de las conversaciones
que van entre la música de una sala de baile
donde estuvimos juntos,
y ahora, sobre la piel, las reconozco.
Pero si algo me obliga a escapar del pasado
es esa frase escrita
que alguien me deja siempre debajo de la almohada.

Manuel Sánchez escribió:
Hoy nos llega, de nuevo, la suerte de otro día
y me parece un código secreto
el vaso que llenamos de palabras,
la cita que tenemos por delante
con ese tiempo inédito
que precisa de un lapicero aún
y del papel en blanco.
Las voces nos ofrecen su selva improvisada,
la raíz del lenguaje,
una incansable historia reflejada en su noche,
y el lento acostumbrarnos a no ser nunca igual:
ese mar que eterniza nuestro vocabulario
y pasea el placer en una barca.
Las horas transparentes
se apoderan de las conversaciones
que van entre la música de una sala de baile
donde estuvimos juntos,
y ahora, sobre la piel, las reconozco.
Pero si algo me obliga a escapar del pasado
es esa frase escrita
que alguien me deja siempre debajo de la almohada.

Óscar Distéfano escribió:

Manuel Sánchez escribió:Hoy nos llega, de nuevo, la suerte de otro día
y me parece un código secreto
el vaso que llenamos de palabras,
la cita que tenemos por delante
con ese tiempo inédito
que precisa de un lapicero aún
y del papel en blanco.
Las voces nos ofrecen su selva improvisada,
la raíz del lenguaje,
una incansable historia reflejada en su noche,
y el lento acostumbrarnos a no ser nunca igual:
ese mar que eterniza nuestro vocabulario
y pasea el placer en una barca.
Las horas transparentes
se apoderan de las conversaciones
que van entre la música de una sala de baile
donde estuvimos juntos,
y ahora, sobre la piel, las reconozco.
Pero si algo me obliga a escapar del pasado
es esa frase escrita
que alguien me deja siempre debajo de la almohada.

¡Que bueno, Manuel! Es uno de los más hermosos metapoemas que he leído últimamente. Aquí, la voz poética se comprende a sí mismo, recupera su realidad, sabe perfectamente su destino, y lo asume, y lo sufre. Me ha hecho mucho bien a mi salud espiritual este tu valioso poema. Gracias.

Un abrazo grande, amigo.
Óscar

curra anguiano escribió:Me ha encantado !!

el vaso que llenamos de palabras,
la cita que tenemos por delante
con ese tiempo inédito
que precisa de un lapicero aún
y del papel en blanco.

Mil gracias

Curra

José Manuel F. Febles escribió:Un hermoso y bellísimo poema, amigo, que ha despertado en mí una cantidad de sentimientos, tal vez escondidos en la misma conciencia. Un poema que me ha hecho reflexionar que no debo vivir para mí mismo. Me has despertado... y es de agradecer con un abrazo fuerte, desde mi isla, por ahora.

José Manuel F. Febles

Marisa Peral escribió:

Manuel Sánchez escribió:
Hoy nos llega, de nuevo, la suerte de otro día
y me parece un código secreto
el vaso que llenamos de palabras,
la cita que tenemos por delante
con ese tiempo inédito
que precisa de un lapicero aún
y del papel en blanco.
Las voces nos ofrecen su selva improvisada,
la raíz del lenguaje,
una incansable historia reflejada en su noche,
y el lento acostumbrarnos a no ser nunca igual:
ese mar que eterniza nuestro vocabulario
y pasea el placer en una barca.
Las horas transparentes
se apoderan de las conversaciones
que van entre la música de una sala de baile
donde estuvimos juntos,
y ahora, sobre la piel, las reconozco.
Pero si algo me obliga a escapar del pasado
es esa frase escrita
que alguien me deja siempre debajo de la almohada.

¡Qué hermosura Manuel!
Este poema de Re-construcción es como una promesa que nos reconcilia con nosotros mismos y nos invaden recuerdos que quizá teniamos, no olvidados sino archivados en nuestro extaño disco durísimo que se empeña en que no recordemos cuando debemos ciertos pequeños momentos, que son los que importan.
Me encanta el cierre, esos tres versos son delatores.
Un placer, amigo.
Abrazo grande.

Manuel Alonso escribió:Construyes el presente con versos de antes, estrofas que encuentras debajo de la almohada. Un placer, tocayo, me ha gustado mucho el poema. Un abrazo muy fuerte.

Pilar Morte escribió:No me canso de decirte que me encantan tus cierres; eres un maestro con ellos.
El poema muy hermoso.
Besos
Pilar