llegan los enamorados
van cerrando los candados
para guardar lo que sienten.
El agua corre paciente
preguntando con razón
¿Por qué encierra un corazón
bajo llave su quimera
cuando el amor no debiera
ser jamás una prisión?

Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Óscar Bartolomé Poy escribió:Es muy cierto lo que dices. La estúpida moda ésa de los candados se ha convertido en una plaga (y en un negocio). Sólo hay que ver cómo han dejado el Puente de las Artes en París. Además, como bien dices en tu poema, es una contradicción y un mayúsculo desatino querer encerrar algo tan libre como el amor.
Saludos, Daniela.