y salpican las gotas sin dueño de tu esencia!
¡Oh cortina sin velo, serenata sin canto
donde amaga tu rostro y muere mi silencio!
¿Estoy despierto o sueño con hombres que pasaron,
con cartas que no firmo, con adioses tan tiernos
que llegan a mi alma y no puedo entender?
Hoy quiero despejar de los muertos la sombra,
la voz de tu tristeza, creer en el futuro.
Desvarío en mi rumbo, mi vieja dirección
donde aún vagan los patos salvajes de la noche,
insisto en mi elegía;
nadie quiere leer
los poemas que escribo
en el viento sin rumbo de tu amor que gemía,
nadie quiere llegar al puerto de mi duda,
con la luz ahogada de farolas inquietas
oscurece el enigma de tu alma cambiante
sobre los adoquines donde suenan los saxos.