El camino

[Rosa Marzal]

Era azul el iris de tu mano,
lo recuerdo,
era azul y proyectaba en la mía
su pupila más pura.
El verde de la higuera mencionaba mi nombre
cuando el viento le hablaba.
Era blanco el silencio cuando la tarde
se tendía a mirarnos;
a veces
(raras veces)
veía a lo lejos dibujarse la silueta
de la negrura
(aún la siento)
tan joven...
Poco sabíamos entonces de los pozos
que manan sombras lentas
de sus múltiplos ácidos.
Ignorábamos
que el camino alargaba su espinazo de bestia
sobre las amapolas del destino,
que nos crecía un desierto de sal
sobre los huesos.

"Mañana será nunca"
susurraba la noche más profunda en mis venas.
"Pronto sabréis
a qué sabe
el beso de la adelfa sobre un labio de infancia"

[María José Honguero Lucas]

Bellísimas imágenes Rosa, la primera estrofa me ha parecido inmensa, preludio de un poema grande en su totalidad.
Un abrazo

[Manuel Alonso]

Hermoso poema Rosa, plagado de imágenes bellísimas y con un final magnífico, me ha gustado mucho, un placer, amiga y un abrazo.

[curra anguiano]

El verde de la higuera mencionaba mi nombre
cuando el viento le hablaba.
Era blanco el silencio cuando la tarde
se tendía a mirarnos;
a veces


Rosa en precioso, Un millón de gracias

[M. Sánchez]

"Mañana será nunca"
susurraba la noche más profunda en mis venas.
"Pronto sabréis
a qué sabe
el beso de la adelfa sobre un labio de infancia"


Me han gustado muchísimo estos versos, Rosa. Te felicito.
Un fuerte abrazo.

[Óscar Bartolomé Poy]

Me gusta cómo juegas con los colores y con las sensaciones, como si todo el poema fuera una sinestesia. También me han gustado las acotaciones entre paréntesis, muy apropiadas. Cada verso destila una profunda sensibilidad.

Un abrazo, Rosa.

[Marisa Peral]

Era azul el iris de tu mano,
lo recuerdo,
era azul y proyectaba en la mía
su pupila más pura.
El verde de la higuera mencionaba mi nombre
cuando el viento le hablaba.
Era blanco el silencio cuando la tarde
se tendía a mirarnos;
a veces
(raras veces)
veía a lo lejos dibujarse la silueta
de la negrura
(aún la siento)
tan joven...
Poco sabíamos entonces de los pozos
que manan sombras lentas
de sus múltiplos ácidos.
Ignorábamos
que el camino alargaba su espinazo de bestia
sobre las amapolas del destino,
que nos crecía un desierto de sal
sobre los huesos.

"Mañana será nunca"
susurraba la noche más profunda en mis venas.
"Pronto sabréis
a qué sabe
el beso de la adelfa sobre un labio de infancia"

Una maravilla leerte Rosa, todo el poema destila lirismo y sensibilidad.
Sinestesias bellas
Felicidades y un abrazo.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Ignorábamos
que el camino alargaba su espinazo de bestia
sobre las amapolas del destino,
que nos crecía un desierto de sal
sobre los huesos.

Exquisitos versos llenos de sensibilidad y belleza.
Un placer disfrutar de ellos, Rosa.
Enhorabuena y un fuerte abrazo.

[Pilar Morte]

La belleza y la sensibilidad salpican tus versos hermosísimos. Me gustó mucho. Felicidades
Besos
Pilar

[Bruno Laja]

El inicio del poema ya introduce una bilocación de los sentidos, y por tanto, el concepto de una distancia etérea; también el aviso de una certeza: el dolor del momento de la separación, no de la consecuencia de la separación, haciendo eternamente compañía. Siempre un placer.Abrazos, Rosa.

[Carlos Justino Caballero]

Rosa Marzal, Una belleza de principio a fin. Deleite de lectura que agradezco, poeta!

[Luis M]

La calidad y la belleza de tu poesía es algo verdaderamente digno de admiración, Rosa. Me ha encantado este poema. Mi sincera felicitación, querida amiga. Un abrazo.

[J. Paz]

Ay, Rosa, qué hermosura. Cómo lo he disfrutado. Con aires de cuento en tu bello decir. Precioso.

Un abrazo,

Judit

[Pablo Ibáñez]

Me gusta Rosa,

me gusta la manera como encadenas verso corto-largo, me gusta el discurrir del poema, entre el diálogo y la rememoración, me gusta el cuidado lenguaje.

Un abrazo.

[Marius Gabureanu]

Un silencio blanco es aquel que permite el retorno. La belleza de tu voz poética, hace que las palabras permanezcan intactas, y hablo de mucho ruido, sé que detrás de la ventana hay camiones y las frutas de la pobreza cayendo en el centro del alma, y todo lo que me pueda distraer se esfuma cuando te leo. El espinazo de bestia y el desierto de sal son dos fronteras de la nostalgia. Mis abrazos sinceros, querida amiga.