Tengo este par de manos
como hojas mustias tras la lluvia.
Cómo se pegan al suelo!
Les he dado su alimento diario,
pero siguen enfermas de apoplejía.
Y yo las miro,
-con cariño-
les disfrazo otro par de manos para que jueguen,
con dos calcetines les hago piruetas,
les coso dos botones de brillante carey,
y espero
a que abran los ojos;
pero no salen a jugar... se quedan en el cuarto.
Quién las ha castigado con esta porfía de soledad,
quién permutó las palomas por garfios,
y desvencijó los guantes de piel que me habitaban...
Me parece escuchar del papel un gemido. No...
Era solo más lluvia.
![Imagen](http://i188.photobucket.com/albums/z33/normaduch/silenciorendido.jpg)