Culpables de inocencia
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Rafel Calle
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Culpables de inocencia
porque en vez de amor tuvieron sucedáneos
de escasas dimensiones
e incomprensibles apaños
como desdichadas soluciones
en las cosas sensoriales.
Y ahora no saben cómo desgranar el suceso que les une,
no saben si se trata de simiente de cariño o cariño primordial
o si vuelven del futuro para engendrar un delirio
de carácter pedigüeño,
en ellos tan casual como la descomposición de los sentidos
cuando todo parece levedad en la memoria
de lo vivido en su fase marital.
Ella es un diseño emocional a cartabón y escuadra,
que propone la estética de los dones marinos,
a la vez que dibuja maneras revoltosas,
quizá como energía de los impulsos cansados
o, sencillamente, desconocidos.
En el sol de su cara las arrugas son mimos
cálidos, retadores; son tatuajes y odiseas
de Ulises y Penélope al límite de todos lo sentidos.
Él toma la feminidad y la medición de su cintura
con un largo deseo, por tentar la sentina
de su faz marinera,
y quisiera hablarle de ciertas incursiones
en los dominios de la edad urgente,
todo al margen, claro está, de los malentendidos
que surgen de mezclar lo sugerente
de la ternura y los recuerdos del amor
en estado vegetativo.
Y ella es un pecho de luz y evocación de retos,
que amamanta los rumbos de una vela que gime
en un mar de pezones instintivos.
Mástil en la pasión de las mareas,
brújula en el temblor de los velámenes
y, al final, un tránsito de inocencia
si hubiese una pareja convertida en un río.
Y él, se quiere referir a conclusiones de la voluntad
opuesta al escalofrío, de rarezas
inhóspitas y constantes temblores
en los cuerpos hallados sin abrigo,
inesperadamente, pecados
sin rubores,
algo así como el alba de los mitos
sensuales que siempre fueron fugitivos
de sí mismos.
Los dos: de inocentes se trata, cuando hablamos de velas henchidas,
la decoración del alma, el gusto por los aromas audaces,
intensamente mediterráneos, o vientres preñados
de palabras que son entrañables silbidos
en los almanaques de invierno
que fechan la fusión del afecto y la libido.
- Julio Gonzalez Alonso
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re: Culpables de inocencia
Salud.
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re: Culpables de inocencia
Un abrazo grande
Pilar
En cualquier caso, me gustó mucho este trabajo, amigo.
Mi sincera felicitación y un fuerte abrazo.
- Macedonio Tracel
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sin el poema que rejunte una a una las migajas"
Alberto Szpunberg
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- Raul Muñoz
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Mi enhorabuena, y gracias por compartirlo.
Un abrazo, amigo.
-Mañana hablarán los mudos:
el corazón y la piedra.
-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.
Antonio Machado ( Proverbios y cantares ).
https://transitando-la-palabra.webnode.es/
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opuesta al escalofrío, de rarezas
inhóspitas y constantes temblores
en los cuerpos hallados sin abrigo,
inesperadamente, pecados
sin rubores,
Me encanta ... no podrías imaginar, cuanto se de esos amores, que la vida inventa, porque mas que un rey, tienes un amigo ... y tienes que acudir al mundo para darte cuenta de que dios te dio un cuerpo !!!
gracias
- Óscar Distéfano
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Re: Culpables de inocencia
Rafel Calle escribió:El derecho de amar aún les pertenece,
porque en vez de amor tuvieron sucedáneos
de escasas dimensiones
e incomprensibles apaños
como desdichadas soluciones
en las cosas sensoriales.
Y ahora no saben cómo desgranar el suceso que les une,
no saben si se trata de simiente de cariño o cariño primordial
o si vuelven del futuro para engendrar un delirio
de carácter pedigüeño,
en ellos tan casual como la descomposición de los sentidos
cuando todo parece levedad en la memoria
de lo vivido en su fase marital.
Ella es un diseño emocional a cartabón y escuadra,
que propone la estética de los dones marinos,
a la vez que dibuja maneras revoltosas,
quizá como energía de los impulsos cansados
o, sencillamente, desconocidos.
En el sol de su cara las arrugas son mimos
cálidos, retadores; son tatuajes y odiseas
de Ulises y Penélope al límite de todos lo sentidos.
Él toma la feminidad y la medición de su cintura
con un largo deseo, por tentar la sentina
de su faz marinera,
y quisiera hablarle de ciertas incursiones
en los dominios de la edad urgente,
todo al margen, claro está, de los malentendidos
que surgen de mezclar lo sugerente
de la ternura y los recuerdos del amor
en estado vegetativo.
Y ella es un pecho de luz y evocación de retos,
que amamanta los rumbos de una vela que gime
en un mar de pezones instintivos.
Mástil en la pasión de las mareas,
brújula en el temblor de los velámenes
y, al final, un tránsito de inocencia
si hubiese una pareja convertida en un río.
Y él, se quiere referir a conclusiones de la voluntad
opuesta al escalofrío, de rarezas
inhóspitas y constantes temblores
en los cuerpos hallados sin abrigo,
inesperadamente, pecados
sin rubores,
algo así como el alba de los mitos
sensuales que siempre fueron fugitivos
de sí mismos.
Los dos: de inocentes se trata, cuando hablamos de velas henchidas,
la decoración del alma, el gusto por los aromas audaces,
intensamente mediterráneos, o vientres preñados
de palabras que son entrañables silbidos
en los almanaques de invierno
que fechan la fusión del afecto y la libido.
Bien por esta descripción poética, rica en metáforas sorprendentes e imágenes originales. El tema es universal. Nos atañe a todos los seres humanos que amamos, o hemos amado, o buscamos afanosamente amar, a todos los que experimentamos la plenitud del amor, y a todos los que resignamos nuestras esperanzas. El contenido del poema, además de profundamente humano, es un alegato contra la soledad, la necesidad del hombre de adaptarse, mal que le pese, a la vida en pareja. Muestra las grandes virtudes y los pequeños martirios que el tiempo nos impone lentamente. Tremendas y admirables verdades se desprenden de este monumental trabajo poético. Y deberíamos también decir que el poema tiene, por razón de su naturaleza simbólica, otros mensajes ocultos que nos llegan como susurros de la diosa Poesía. Esto le da al poema esa virtud de inducirnos a más lecturas.
Su formato lo veo multimétrico, según constato que no existe regularidad métrica, y sí una ausencia de premeditación silábica. Ese 'dejarse llevar' por los dictados del estro, sin preocupación por una simertría acentual o tonal, y desechando la lima canónica que buscaría un ritmo más familiar, le brinda ese aire de espontaneidad, de 'inspiración sagrada', aunque con una evidente y temeraria inclinación al aire de la prosa.
En fin, estimado colega, creo que nos traes un trabajo que reafirma las convicciones formales que se engendraron en este foro. Yo admiro esto, y buscaré ser un propiciador más de esta libérrima forma de componer.
Ha sido una sorpresa agradable saberte escribiendo así, siempre vanguardista y valiente.
Un abrazo grande.
Óscar
La compasión es la manifestación civilizada del desprecio.
http://www.elbuscadordehumos.blogspot.com/
- Rafel Calle
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- Rafel Calle
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En este poema trato de narrar algunas peculiaridades de una pareja en ciernes, cuyos anteriores emparejamientos no fueron muy afortunados. Y sí, este caso es frecuente y claro que sabemos de qué hablamos, compañera.
Un fuerte abrazo.
- Rafel Calle
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.............................................................................................................LUIS MARIÑO escribió:Muy hermoso poema, Rafel. Destaco para mi gusto las estrofas 5,6 y 7 (en especial los últimos versos de la 6, y la 7 entera). Me sorprende un poco la forma de plantear el poema en cuanto al orden de las estrofas. Quizás ganara en atractivo para el lector haber alternado las estrofas que se refieren a él y las de a ella (al haber dos de cada uno) aunque por supuesto es solo una opinión personal; otra cosa que me genera dudas en el mismo sentido es que veo un poca "sola" la cuarta estrofa, que la veo más como continuación de la 3, aunque seguramente para juntarlas habría que modificar algo las rimas.
En cualquier caso, me gustó mucho este trabajo, amigo.
Mi sincera felicitación y un fuerte abrazo.
Muchas gracias, amigo Luis, te agradezco el comentario y me alegro de que te haya gustado el poema.
Como puedes ver, he considerado todas tus recomendaciones, las he visto muy apropiadas; en fin, otra vez gracias, has sido muy amable.
Abrazos.
Rafel Calle escribió: Muchas gracias, amigo Luis, te agradezco el comentario y me alegro de que te haya gustado el poema.
Como puedes ver, he considerado todas tus recomendaciones, las he visto muy apropiadas; en fin, otra vez gracias, has sido muy amable.
Abrazos.
Me alegra haber podido servirte en algo de ayuda, Rafel. En mi opinión el poema gana de esta forma. Un abrazo amigo.
-
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Re: Culpables de inocencia
Rafel Calle escribió:El derecho de amar aún les pertenece,
porque en vez de amor tuvieron sucedáneos
de escasas dimensiones
e incomprensibles apaños
como desdichadas soluciones
en las cosas sensoriales.
Y ahora no saben cómo desgranar el suceso que les une,
no saben si se trata de simiente de cariño o cariño primordial
o si vuelven del futuro para engendrar un delirio
de carácter pedigüeño,
en ellos tan casual como la descomposición de los sentidos
cuando todo parece levedad en la memoria
de lo vivido en su fase marital.
Ella es un diseño emocional a cartabón y escuadra,
que propone la estética de los dones marinos,
a la vez que dibuja maneras revoltosas,
quizá como energía de los impulsos cansados
o, sencillamente, desconocidos.
En el sol de su cara las arrugas son mimos
cálidos, retadores; son tatuajes y odiseas
de Ulises y Penélope al límite de todos lo sentidos.
Él toma la feminidad y la medición de su cintura
con un largo deseo, por tentar la sentina
de su faz marinera,
y quisiera hablarle de ciertas incursiones
en los dominios de la edad urgente,
todo al margen, claro está, de los malentendidos
que surgen de mezclar lo sugerente
de la ternura y los recuerdos del amor
en estado vegetativo.
Y ella es un pecho de luz y evocación de retos,
que amamanta los rumbos de una vela que gime
en un mar de pezones instintivos.
Mástil en la pasión de las mareas,
brújula en el temblor de los velámenes
y, al final, un tránsito de inocencia
si hubiese una pareja convertida en un río.
Y él, se quiere referir a conclusiones de la voluntad
opuesta al escalofrío, de rarezas
inhóspitas y constantes temblores
en los cuerpos hallados sin abrigo,
inesperadamente, pecados
sin rubores,
algo así como el alba de los mitos
sensuales que siempre fueron fugitivos
de sí mismos.
Los dos: de inocentes se trata, cuando hablamos de velas henchidas,
la decoración del alma, el gusto por los aromas audaces,
intensamente mediterráneos, o vientres preñados
de palabras que son entrañables silbidos
en los almanaques de invierno
que fechan la fusión del afecto y la libido.
Qué bello tema sobre el amor maduro. Lo tratas con muy buen gusto. Un placer leerte Rafel.
-
- Mensajes: 19414
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
Me gustaba mucho la primera versión, creo que de ambos había mucho que decir porque el amor tiene un lenguaje imparable; quizá por eso salían -con mucha y repetida fuerza- cosas de él y de ella (o viceversa). Me gusta también así, con esta voluntad alterna, que tan buenamente te ha señalado Luis.
El derecho de amar aún les pertenece
o si vuelven del futuro para engendrar un delirio
Ella es un diseño emocional a cartabón y escuadra,
En el sol de su cara las arrugas son mimos
cálidos, retadores; son tatuajes y odiseas
de Ulises y Penélope al límite de todos lo sentidos.
en los dominios de la edad urgente,
Y él, se quiere referir a conclusiones de la voluntad
opuesta al escalofrío, de rarezas
inhóspitas y constantes temblores
en los cuerpos hallados sin abrigo,
inesperadamente, pecados
sin rubores,
o vientres preñados
de palabras que son entrañables silbidos
en los almanaques de invierno
que fechan la fusión del afecto y la libido.
Maravillosa nervadura de la obra, el poema se mece en las sienes de un milagro exhaustivo, enlazado. Los lectores complacidos y francamente emocionados aplaudimos tus buenas letras.
Abrazo fuerte.
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
El faro, Ramón Carballal