I
Verano de los ochenta
y una España haciendo aguas,
el crímen de Somosaguas
le pone morbo a la afrenta
y mil versiones inventa
que a la nobleza mancilla.
Sembró el marqués la semilla
por ejercer de tacaño
y no tragarse el engaño
que venía de hurtadillas.
II
El banco de los Urquijo
enseguida se fue a pique
sin que nadie se lo explique
después de tanto amasijo.
¿Qué quedará para el hijo?,
era la eterna pregunta
que la carroña barrunta
en su vida disoluta
porque aquí nadie se inmuta
con una muerte presunta.
III
Tenía el crímen de todo
y no tuvo desperdicio.
Desde un insólito juicio
hasta un marido beodo,
empresarios en el lodo
y un galán americano
con aires de cortesano,
halcones de buena planta
con el nudo en la garganta
y winchester rifle en mano.
IV
El plan estaba en camino
aquella noche de agosto.
Tras la cena algo de costo
unas copas y buen vino.
Escrito estaba el destino
de aquellos dos criminales
que rompieron los cristales
valiéndose de un martillo
y apretaron el gatillo
con daños colaterales.
V
Entraron por la piscina
por la zona acristalada,
dos sombras de madrugada.
Y con astucia felina
urdieron la escabechina.
Una vez rota la puerta
la siguiente estaba abierta.
Tras subir por la escalera
la habitación les espera
por una estancia desierta.
VI
Tras preparar el disparo
con tubo silenciador
y evitar el resplandor
mató al marqués sin reparo
y luego con odio claro
le agarró fuerte del cuello
cual si dejara su sello
con tan miserable gesto.
Luego, el cómplice molesto
le hizo desistir de ello.
VII
Tras rápido contencioso
y del todo innecesario
se fue una bala al armario
como un pájaro ruidoso.
La mujer llama al esposo
con pánico al despertar
y sin que diese lugar,
el criminal se desboca
y encuentra un tiro en la boca
y el otro en la yugular.
VIII
Sin detenerse un minuto
y dejarlo todo intacto
dejan la casa en el acto
con escenario de luto.
El plan ha dado su fruto
y se marchan en un coche
al amparo de la noche
que los devuelve a su nido
tal como habían venido
y sin hacerse un reproche.
IX
Casi tres años después
se reúne la comparsa
y se celebra la farsa
en un juicio de interés
por el crímen del marqués.
El dictamen pericial,
un montaje policial
no resulta concluyente
aunque parece evidente
que rafi fue el principal.
X
Rafi pronto paga el pato
aunque se piensa eran cinco
y los buscan con ahínco.
No les cuadra el alegato
hecho del asesinato.
Su móvil no se sostiene
y la poli lo detiene.
Anastasio en el redil
huye de pronto al brasil
y un tercero se previene.
XI
Desde la prisión de El Dueso
para salir del enredo
quiere cantar escobedo
y el cerebro quede preso.
Aunque del crímen confeso,
no apretó solo el gatillo
por delatarle el casquillo
y su papel de insensato.
Fue pieza de asesinato
y madeja del ovillo.
XII
Convertido en una ruina
desde su celda cautivo
anuncia su muerte en vivo
al loco de la colina.
Aunque fue una papelina
de mortífero cianuro
la que selló aquel conjuro
hizo el papel del ahorcado
y a la vida dio de lado
cual ángel mortal y puro.
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Exp. SE-426-14
