Bastión

[Bruno Laja]

Dime ahora, mudo, qué significo para ti,
no te disfraces de tus labios y muestra
el frío lacerante de un cordón de plata
alrededor del vacío, los dedos
incrustados dentro de la inscripción profanadora,
sus yemas quemadas por una égloga lunar,
toda la luna es una égloga,
los dedos, mudo, los dedos,
resoplando más que la boca, más incandescentes
que toda la materia cuando piensa
en la resurrección y se apoya para subir
en la pira de un recuerdo sin aliento.
Qué otras cosas sabes hacer
además de no hablar,
sabes querer pronunciar la dicha,
ser lo último y lo secundario,
lo adyacente, lo subyacente, el meconio
mecónico se infiltra como un abecedario en tu figura,
esparce y desvanece mi presencia en tu mudez,
despertábamos el paisaje como ruedas desamoldadas,
asesinos del sol lo queríamos mecer
sin despertarlo, mudo, queríamos nacerlo
sin radios, a ti en el pecho se me caía el pulmón
que baja al fuego del infierno como una bolsa de té
a medias empapada y eso es el infierno pero dilo, mudo,
a medias solitaria como un párpado descoordinado,
una lágrima cíclica, un bastión con una puerta grande para las bestias
y una gatera para las transfusiones de ojo a ojo
hasta que el ojo sea una pérdida de ser
con su lágrima y su agujero.

Pero dime ahora, mudo, si froto
este vientre contra tu costra, qué frases de las que el viento dice
son las que tú dirías, qué palabra de nadie podría descomponerse hasta señalarte
y separar tu carne única de mi carne catalizadora.
Dime mientras ardo, mudo, dime, dime, dime,
desenumera, recupérate, lame mi sombra dentro de tu lengua,
regurgita en mi lengua las mareas de la desnudez.

[Manuel Alonso]

Un poema interesante y hermoso, amigo, me ha gustado mucho, ese diálogo permanente con el mudo, invocando amaneceres. Un placer y un abrazo.

[M. Sánchez]

Retumba en el oído esta bella catarsis llevada casi al limite. Me ha gustado mucho tu poema.
Un fuerte abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Francamente, impresionante, Bruno. La rotundidad de tus versos en un fraseo rico y consistente se percibe casi con agresividad, ira contenida, demoledores argumentos. Enhorabuena.
Salud.

[Macedonio Tracel]

este recurso de meter en los primeros versos al lector de un tirón dentro del poema como si fuera en un cuerpo laberinto flor creciendo del pensamiento. Arrinconarlo a no tener palabras y sí frío, señales, formas. Has encontrado el camino a la virtud. En general, no solo en las letras. has soltado la exuberancia a que diga égloga transfusión meconio párpado para inventar nuevas vocales sonando tambores pintados de óleo y sangre, para medir la piel, palmo a palmo medir la piel siendo en ese silencio que es latido.
me los sigo guardando

[Hallie Hernández Alfaro]

Lo leí anoche, Bruno. Y hoy a la luz del día sigue siendo extraordinario. Afásico yo que no muta sus voces renegadas, que no afloja, que cerca las notas del mejor canto.

Aplausos y felicidad, querido poeta.

[Pilar Morte]

Entrar en tu mundo es hallar un laberinto de bosques. Me dejo seducir por tus imágenes y me
deleito.
Besos
Pilar

[Rosa Marzal]

Un diálogo interior con la sombra, un quiebre imprescindible para la regeneración. Es como un ciclón este poema, Bruno. Inmenso. Felicidades. Un fuerte abrazo.

[Ventura Morón]

Un andar sobre cristales, dejar la lengua arrastrada tras los pasos, y sentir en su falta un hueco de voz, que empuja hacia dentro como un torbellino que ocupara un cosmos, infinito y leve como un soplido agudo, que se clavara dejando un surco. Quedan en mi sentido esas huellas al recorrer estos versos. Un placer, Bruno, esta aventura de leerte.
Un fuerte abrazo

[Raul Muñoz]

Un poema muy rico en contenidos, sin duda para volver a leer. La primera impresión que me llevo es la de querer hablar desde el límite del lenguaje, en el umbral donde aparece la palabra ( que se invoca en este caso ) para nombrar, quizás lo que resulta innombrable. La realidad material de las cosas (incluido el propio cuerpo) que finalmente atrapa, envuelve y se impone.

Una lectura muy sugerente, me encantó. Mi enhorabuena.


Un abrazo.

[Virginia Nas]

La fuerza que imprimes en los dedos como comunicación mientras reiteras una y otra vez la ausencia de voz... como si la impresión en las letras resultara la forma de expresar lo que muchas veces no se es capaz de decir... al mismo tiempo como un reproche por no hallar ese ¡Dímelo a la cara!... la pincela de desprecio conseguida en ese meconio de ¡Eres una puta mierda!... la brillantez de las figuras en la remembranza de lo que se ha compartido y la complicidad de las miradas... que queda a la postre en un ¡A ver que eres capaz de decir que te justifique! ¡Mudo!
En fin se podría ir desmembrando cada término y cada forma.
Un placer. Nos leemos

[Bruno Laja]

Manuel, te agradezco mucho tu consideración y sensibilidad. Recibe un fuerte abrazo.

Manuel, sí, es una catarsis, no se disfruta mucho haciendo, escribiendo así, pero a veces es necesario. Abrazo grande.

Julio, sí, así, es ira, un vehículo para dejar salir lo que no es ira, o no debería mezclarse a la ira. Un placer tu presencia. Abrazos, y salud para ti.

Hallie, pero fui rápido que esta vez lo corregí muy pronto por si le pasabas revista. Abrazo grande, y siempre gracias por tu hermosa calidez.

Pilar, a mí me alegra mucho cuando entras. Recibe un fuerte abrazo y toda mi gratitud.

Rosa, gracias siempre. Sí, es imprescindible. Un fuerte abrazo para ti.

Ventura, te agradezco mucho, es tan hermoso el itinerario que describes; como hacer equilibrio dentro de la transparencia. Abrazo grande.

Raúl, me ha gustado mucho tu percepción, hablar desde el límite del lenguaje. Pienso que ese es el lugar desde el que es posible estar cerca de todo lo que existe. Abrazo grande.

Virginia, ése era el tono, el desprecio y el desafío. Pero me doy cuenta de la falla bien visible del poema. Quise dejar hablar a la mujer que llevo dentro, yo pienso que todos llevamos una. La mujer que llama mudo al que no toca, al que no arriesga sus dedos; la mujer que le reprocha al hombre el uso pastoral de los símbolos; la mujer que es uno y de uno, la que sostiene la propiedad del yo; la mujer que conoce a fondo el espejo, la que transforma el meconio en opio, y se sacrifica, y se despide, amando, y saluda amando, y golpea amando. Abrazo grande.

[Virginia Nas]

No, no es un fallo, es un acierto. Digamos que es un poema bipolar y queda patente desde el principio. Te aseguro que esa personalidad femenina se palpa desde la primera a la última letra. Tal vez resulte más evidente para la lectura femenina que para la generalizada... pero ten muy claro que lo has conseguido que está ahí en tono, forma e intención... empatizo totalmente con ella

[Ramón Carballal]

Me uno a la felicitación. Un monólogo interior de lo más brillante. Un abrazo.

[Bruno Laja]

Virginia, abrazo grande.

Ramón, te agradezco mucho.Recibe un fuerte abrazo.