la niña,
bordaba con yedra y agujas de pino el beso de agua,
escorzo de amores el gozne escondido.
Y entre padrenuestros
y algunos bostezos del cuco en el nido,
tropezó el acaso con el tierno junco
y un mimo de aire
y un silbo de mirlo consumó el topacio.
A hora de laudes,
cuando los cerezos sacuden rocíos,
besaron las olas dos cuerpos dormidos
- allí -
al fin de las rocas,
donde la marea de arena desviste de nona
la hora.
( Los jueves tienen eso, magia , luz , jovis dies, Júpiter, pater deorum et hominum, dia por tanto de mercedes y partos de poemas encadenados, sorpresas y amores sin sentido y consentidos. Buen poso. Alicante y retomo este poema de tanto tiempo ya)