Dia de otoño

[Ramón Carballal]

La canción del agua regresa
con su torpe vaticinio.

Soy un ser sin memoria
que escribe en los pétalos de la luna
una derrota deshojada,
que vuelca su instinto lejos del azul,
en el sonoro maldecir de la tarde.

Bajo el cielo gris
la esperanza habita sus branquias de luz,
su desértico desdén de hembra enajenada,
sus rizos de cal en la neblina de las acequias.

Sé que los años golpearán mi sombra
como un artilugio que inventara el futuro
con pisadas de temblor.

Sé que la oportunidad de una vida
se mide en verbos azules
que descubrirán la aventura o no
del latir unísono,
la risa en los parajes de unas manos cercanas,
el rostro que comparte la primavera de los sueños.

Mi apuesta es un fragmento de perdición,
su eco resplandece en la cornisas que huyen,
en los claustros donde reposa
el yo ido de la espera.

Fue la ciudad un magma hospitalario,
y hoy que en mi andar sin patria
reconozco las inquietudes vencidas
solo quiero la verdad de un instante
que pudo haber sido mar de plenitud
en mi piel entregada.

[Hallie Hernández Alfaro]

Sentimientos, belleza y melancolía que hace de tu poesía una torre, una visionaria torre donde reconocer las propias vidas.

Enhorabuena Ramón y un gran abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Arriba este magnífico poema.

[Ramón Carballal]

Gracias, Hallie, por el comentario y por el impulso. Eres un auténtico lujo, amiga. Abrazos fuertes.

[Pilar Morte]

Un poema para detenerse y disfrutar lentamente si se quiere degustar en plenitud. Una maravilla tu palabra.
Besos
Pilar

[E. R. Aristy]

La canción del agua regresa
con su torpe vaticinio.

Soy un ser sin memoria
que escribe en los pétalos de la luna
una derrota deshojada,
que vuelca su instinto lejos del azul,
en el sonoro maldecir de la tarde.

Bajo el cielo gris
la esperanza habita sus branquias de luz,
su desértico desdén de hembra enajenada,
sus rizos de cal en la neblina de las acequias.

Sé que los años golpearán mi sombra
como un artilugio que inventara el futuro
con pisadas de temblor.

Sé que la oportunidad de una vida
se mide en verbos azules
que descubrirán la aventura o no
del latir unísono,
la risa en los parajes de unas manos cercanas,
el rostro que comparte la primavera de los sueños.

Mi apuesta es un fragmento de perdición,
su eco resplandece en la cornisas que huyen,
en los claustros donde reposa
el yo ido de la espera.

Fue la ciudad un magma hospitalario,
y hoy que en mi andar sin patria
reconozco las inquietudes vencidas
solo quiero la verdad de un instante
que pudo haber sido mar de plenitud
en mi piel entregada.

'El yo ido de la espera', muy bueno, Ramón, y desolador. Abrazos, ERA

[Ricardo José Lascano]

Magistral entrega de arte. Felicitaciones. RJL