Editorial Alaire

Poco más que huesos
la voluntad de seguir.

Sus ojos por fin lúcidos hacia la vida núbil.
¿Qué edad de sombra puede encender la llama
que inunda el futuro?

Ahora es fermento de agua clara,
átomo del río que fluye, risa y esperanza
en la gárgola del misterio.

Se deja acariciar por el florido esmalte de la juventud,
sabe que nadie podrá matar su nube de color,
sus horas de juego o su raíz de alas.

Y se ilusiona cuando descubre un rostro
o un perfil de hembra aniñada (porque
es como él -se dice- un tallo aún virgen
entre las piedras y la noche)

A veces se sorprende con esa mirada que la idea forma,
difusa, brillante, cósmica, en su pensamiento
de óxido.

Vive en el territorio de la falsedad
como un cachorro que apenas levanta su testuz
contra un horizonte de hábitos.

Un día dirá que no, que quiere ser luz
o piel o lluvia de mercurio.

Entonces crecerá en su humana condición
de ser aire que sufre,
calor que arrulla un seno.

Me gusta mucho el equilibrio logrado en tus versos (ya te lo he dicho). Éste es un precioso
poema, que expresa con mucha belleza esos dieciséis años. Felicidades
Besos
Pilar

Ramón Carballal escribió:Poco más que huesos
la voluntad de seguir.

Sus ojos por fin lúcidos hacia la vida núbil.
¿Qué edad de sombra puede encender la llama
que inunda el futuro?

Ahora es fermento de agua clara,
átomo del río que fluye, risa y esperanza
en la gárgola del misterio.

Se deja acariciar por el florido esmalte de la juventud,
sabe que nadie podrá matar su nube de color,
sus horas de juego o su raíz de alas.

Y se ilusiona cuando descubre un rostro
o un perfil de hembra aniñada (porque
es como él -se dice- un tallo aún virgen
entre las piedras y la noche)

A veces se sorprende con esa mirada que la idea forma,
difusa, brillante, cósmica, en su pensamiento
de óxido.

Vive en el territorio de la falsedad
como un cachorro que apenas levanta su testuz
contra un horizonte de hábitos.

Un día dirá que no, que quiere ser luz
o piel o lluvia de mercurio.

Entonces crecerá en su humana condición
de ser aire que sufre,
calor que arrulla un seno.

Tanta emoción y belleza en cada verso, Ramón.

Se agradece mucho y siempre tu aporte a la poesía universal.

Abrazos.

Se reconocen esos sentimientos en la memoria de lo que éramos y también en la proyección hacia los hijos. Me ha gustado este poema hermoso.
Un abrazo.
Pepa

Hola amigo, bonito poema, bellos versos y un final excelente, gracias, un abrazo.

Qué bonito. Me encantan los versos finales. Feliz día,

Judit

Magnífica manera de expresar lo que simbolizan esos dieciséis años, ya algo lejanos en la memoria. Como siempre, excelentes tus versos, Ramón. Mis aplausos y un abrazo para ti.

Pilar Morte escribió:Me gusta mucho el equilibrio logrado en tus versos (ya te lo he dicho). Éste es un precioso
poema, que expresa con mucha belleza esos dieciséis años. Felicidades
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, por tus amables palabras. Un beso.

En tu línea el poema Ramón Siempre con notoria calidad y estética literaria. Un placer pasarme por tus versos

saludos

rafael

Ramón Carballal escribió:Poco más que huesos
la voluntad de seguir.

Sus ojos por fin lúcidos hacia la vida núbil.
¿Qué edad de sombra puede encender la llama
que inunda el futuro?

Ahora es fermento de agua clara,
átomo del río que fluye, risa y esperanza
en la gárgola del misterio.

Se deja acariciar por el florido esmalte de la juventud,
sabe que nadie podrá matar su nube de color,
sus horas de juego o su raíz de alas.

Y se ilusiona cuando descubre un rostro
o un perfil de hembra aniñada (porque
es como él -se dice- un tallo aún virgen
entre las piedras y la noche)

A veces se sorprende con esa mirada que la idea forma,
difusa, brillante, cósmica, en su pensamiento
de óxido.

Vive en el territorio de la falsedad
como un cachorro que apenas levanta su testuz
contra un horizonte de hábitos.

Un día dirá que no, que quiere ser luz
o piel o lluvia de mercurio.

Entonces crecerá en su humana condición
de ser aire que sufre,
calor que arrulla un seno.

Yo tengo una hija adolescente, es su vivo retrato este poema. Un abrazo.

A esa edad se llena la esperanza de sugerentes y sugestivos sueños.
Lo has descrito con precisión y fuerza poética, apoyado en el simbólico
condimento de la metáfora-

Un abrazo

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Ramón Carballal escribió:Poco más que huesos
la voluntad de seguir.

Sus ojos por fin lúcidos hacia la vida núbil.
¿Qué edad de sombra puede encender la llama
que inunda el futuro?

Ahora es fermento de agua clara,
átomo del río que fluye, risa y esperanza
en la gárgola del misterio.

Se deja acariciar por el florido esmalte de la juventud,
sabe que nadie podrá matar su nube de color,
sus horas de juego o su raíz de alas.

Y se ilusiona cuando descubre un rostro
o un perfil de hembra aniñada (porque
es como él -se dice- un tallo aún virgen
entre las piedras y la noche)

A veces se sorprende con esa mirada que la idea forma,
difusa, brillante, cósmica, en su pensamiento
de óxido.

Vive en el territorio de la falsedad
como un cachorro que apenas levanta su testuz
contra un horizonte de hábitos.

Un día dirá que no, que quiere ser luz
o piel o lluvia de mercurio.

Entonces crecerá en su humana condición
de ser aire que sufre,
calor que arrulla un seno.

Tanta emoción y belleza en cada verso, Ramón.

Se agradece mucho y siempre tu aporte a la poesía universal.

Abrazos.

Gracias a ti, Hallie, por leerme y comentar. Un abrazo.

Josefa A. Sánchez escribió:Se reconocen esos sentimientos en la memoria de lo que éramos y también en la proyección hacia los hijos. Me ha gustado este poema hermoso.
Un abrazo.
Pepa

Gracias, Pepa, me alegra que te haya gustado el poema. Un abrazo.