El Censor

[Rosa Marzal]

¡Entra en mi ojo!
soy el Censor
¡Entra en mi ojo!

No temas
mis escudos de acero
son animales lentos
impasibles
esqueletos del miedo
cuya carne
florece
cuando restalla
en Nombre
la caricia o el látigo
de un verbo

¡Entra en mi ojo!

Escucha
el corazón de sus océanos

Una cítara delira sombras
las cultiva
Retuerce su lamento
en el iris del luto
Insiste
en que camines
por cuerdas espinales
hasta saciar
la sed de espejo
de sus notas
hasta que sangre
amor
el alma pura
de tu sexo
Quiere que inmoles
los cadáveres del trigo
en un nicho de orquídeas
y relámpagos

Mi ceguera es profunda
amor
profunda...
No vislumbro luz
sino a través del vientre
de tu llanto

Ven

En mi ser hay galaxias vírgenes
donde abrevan los ciervos
del Silencio

Yo soy el Silencio
Soy el Ciervo

Afila bien
tus cuchillos de luz

Degüella
de un tajo
el blues oscuro
que envenenó
la noche de mi lengua.

[Ana Muela Sopeña]

Maravilloso, Rosa:

Tiene muchísima fuerza tu poema.

Símbolos impactantes.

Felicitaciones
Ana

[Jerónimo Muñoz]

Muy bello este poema tuyo, Rosa. Pero, siendo tuyo, esto no es noticia: ya nos tienes acostumbrados a la belleza, si es que pudiera uno acostumbrarse a ella. La ausencia de puntuación y la brevedad de los versos añaden a lo bello el soplo de la viveza y la gracia de la agilidad. Añades a los nombres unos complementos nominales sorprendentes por su alto poder de evocación. El poema es algo etéreo, dotado de un espíritu inasible y sutil. Me ha encantado.
Abrazos.
Jerónimo

[Manuel Alonso]

Hola Rosa, en un poema que vibra todavía enel tiempo después de leerlo, tiene mucha fuerza y es muy bello, te felicito amiga, un saludo.

[Bruno Laja]

Hay que pararse. Es obligado. Mirar atrás, decirse: el ser humano, ¿podría serlo sin poesía?; es decir, cuando se supo un exiliado, un desterrado, ¿también supo el modo de volver?, ¿la cucharita, el pico del viaje, la pala de la muerte, su venganza, su amor, su despechada mística, su bondadoso veneno, sus propios restos a modo de escudo contra el límpido alfabeto de la creación?. Qué grandeza tu poesía, Rosa. Abrazos.Enormes.

[Guillermo Cumar.]

Todo el sentir profundo en un poema que corre y salta por los versos
que se mueven entre el silencio del lamento y la fuerza intrínseca de ser.

un abrazo

[Pilar Morte]

Tienes un estilo muy tuyo que se adivina antes de entrar, luego no defrauda, al contrario es una
fiesta de versos logrados.
Besos
Pilar

[Óscar Distéfano]

¡Entra en mi ojo!
soy el Censor
¡Entra en mi ojo!

No temas
mis escudos de acero
son animales lentos
impasibles
esqueletos del miedo
cuya carne
florece
cuando restalla
en Nombre
la caricia o el látigo
de un verbo

¡Entra en mi ojo!

Escucha
el corazón de sus océanos

Una cítara delira sombras
las cultiva
Retuerce su lamento
en el iris del luto
Insiste
en que camines
por cuerdas espinales
hasta saciar
la sed de espejo
de sus notas
hasta que sangre
amor
el alma pura
de tu sexo
Quiere que inmoles
los cadáveres del trigo
en un nicho de orquídeas
y relámpagos

Mi ceguera es profunda
amor
profunda...
No vislumbro luz
sino a través del vientre
de tu llanto

Ven

En mi ser hay galaxias vírgenes
donde abrevan los ciervos
del Silencio

Yo soy el Silencio
Soy el Ciervo

Afila bien
tus cuchillos de luz

Degüella
de un tajo
el blues oscuro
que envenenó
la noche de mi lengua.

Un poema precioso donde el amor se manifiesta desesperado y sublime, donde el lenguaje se contonea al servicio del estro. El final es una imagen bellísima, una metáfora que descarga culpa y amor ilimitado. La forma de versos cortos que le has conferido hacen que la entonación se precipite como en una cascada. Aplaudo este poema completísimo.

Un abrazo, amiga Rosa.
Óscar