Mis manos se convierten en dos ataúdes de silencio (EB)

[J. J. Martínez Ferreiro]

Su vestido quedó tirado en la ribera, pero su cuerpo, disuelto rápidamente,
se perdió entre piedras y lodo.
Se reintegró en su estrato correspondiente, como un detrito más
del sueño geológico del planeta.

Mucho tiempo después, cuando el agua se evaporó,
la divisé de nuevo, en esas formas caprichosas que las nubes moldean.

Sí, todo en ella fue apariencia.
Aparentaba un cuerpo que al moverse
parecía seducir otros cuerpos
imaginarios.

Creo que aquella escena
imborrable ocurrió en la Sierra de Lobos.
La noche estaba enferma y las parejas del amor yacían pudriéndose
en las hamacas.
Muy adentro del bosque, mirando fijamente las hojas caídas
pero sin asumir la nieve muerta,
escrutábamos nuestra perversidad.

Desde su desaparición, yo fabrico mis propios días o vivo los que están ya hechos,
que son los más inesperados.

Éramos muy felices,
porque cuando nos besábamos poníamos alfileres en los labios.
Al recordarla,
mis lágrimas se precipitan con un ruido ensordecedor
y mis manos se convierten en dos ataúdes de silencio.

A la tarde, en las playas, sus caderas siempre ciegas y balbucientes,
aun quedan dibujadas en la arena cuando descansa el viento al mediodía.
La imagen de sus chanclas vacías y las gafas de sol tiradas en el suelo
abren en mí una sensación de abandono quieto e irrecuperable.
Son objetos vivaces con un alma extraplana,
indiferentes a la salvación eterna.

Vengas con las grandes hojas de la sed.
Vengas con la muerte
mar adentro,
con una nube de frío,
con las orillas de sombra
o de lluvia,
jamás la seda parda de la tierra
aliviará la herida de tu tiempo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Su vestido quedó tirado en la ribera, pero su cuerpo, disuelto rápidamente,
se perdió entre piedras y lodo,
íntimamente unido a las moléculas de agua.
Se reintegró en su estrato correspondiente, como un detrito más
del sueño geológico del planeta.

Mucho tiempo después, cuando su agua se evaporó,
la divisé de nuevo, en esas formas caprichosas que las nubes moldean.

Sí, todo en ella fue apariencia.
Aparentaba un cuerpo que al moverse parecía seducir otros cuerpos
imaginarios.

Creo que aquella escena
imborrable ocurrió en la Sierra de Lobos.
La noche estaba enferma y las parejas del amor yacían pudriéndose
en las hamacas.
Muy adentro del bosque, mirando fijamente las hojas caídas
pero sin asumir la nieve muerta,
escrutábamos nuestra perversidad.

Desde su desaparición, yo fabrico mis propios días o vivo los que están ya hechos,
que son los más inesperados.

Éramos muy felices, porque siempre
que nos besábamos poníamos alfileres en los labios.

Cuando la recuerdo, mis lágrimas
se precipitan desde un ruido ensordecedor
y mis manos se convierten en dos ataúdes de silencio.

A la tarde, en las playas, sus caderas siempre ciegas y balbucientes,
aun quedan dibujadas en la arena cuando descansa el viento al mediodía.
La imagen de sus chanclas vacías y sus gafas de sol tiradas en el suelo
abren en mí una sensación de abandono quieto e irrecuperable.
Son objetos vivaces con un alma extraplana,
indiferentes a la salvación eterna.

Vengas con las grandes hojas de la sed.
Vengas con la muerte
agua adentro,
con una nube de frío,
con las orillas de sombra
o de lluvia,
jamás la seda parda de la tierra curará la herida de tu tiempo.

La herida del tiempo siempre será parda y el amor sublime por encima de esta ciclogénesis explosiva de versos. Abrazos y salud, compañero.

[Pilar Morte]

Brillan tus versos y seducen. Un poema con mucha fuerza que atrapa. Un placer
Besos
Pilar

[Rafel Calle]

A ver si puedo entrar con más tiempo para comentarte este muy hermoso trabajo, amigo Ferreiro. De momento, felicitarte por tan lograda aportación a nuestro libro.
Abrazos.

[Rosa Marzal]

Amor que pervive más allá del tiempo, disuelto en cada paisaje de la memoria; un poema de dolorosa belleza. Me ha gustado mucho. Mis aplausos, una vez más, amigo Ferreiro. Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Hay muchísimo de belleza, emoción pura, apertura filosófica, canto íntimo que diluye lo universal en la propia copa. Vuelta a lo primario en los órdenes fundamentales.

Una pieza de oro, Ferreiro poeta.

Abrazos y felicidad.

[Manuel Alonso]

Hola amigo, un gran poema de amor, rememorando escenas cotidianas, versos bellísimos, un placer leerte, un abrazo.

[José Manuel F. Febles]

Un gran alarde de calidad poética reviste hoy, como siempre, este poema. A pesar de sus largos versos, conserva una fluidez en su lectura, verdaderamente magnífica. Mis felicitaciones, amigo Ferreiro. Un expresivo poema.

Un abrazo desde México de un Canario a un Gallego.

José Manuel F. Febles

[Guillermo Cumar.]

Un bello y rítmico poema fraguado entre el lirico sentimiento y las sensaciones amorosas de la imaginación y del deseo, aunque bajo la realidad suave del
espacio en derredor todo parece sensible al tacto y al contacto.

Disfruté con tu poema, amigo poeta.
Mi abrazo y mi felicitación.

[Luis Oroz]

Qué bien imprimes las sensaciones, Jota, cómo cabalgas sobre esa imaginación creadora, superponiendo planos de existencia.

Decía Benjamín Prado en un Poema, "Qué es más real, ¿lo que alguien imagina, o lo que ocurre pero nadie ve?
Así nuestra imaginación nos complementa, y como en tu Poema, va formando nuestro pensamiento futuro, y por qué no, nuestra sensibilidad.

(Cuando la recuerdo, mis lágrimas
se precipitan desde un ruido ensordecedor
y mis manos se convierten en dos ataúdes de silencio.)

Versos que exprimen el contraste de la propia vida, muchas veces desdoblada.

Un abrazo, Profe.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Amigo Odiseo, tú si que eres experto en ciclogénesis explosivas, de versos, y de los viajes de toda una vida, y que a mí no me queda más remedio que imaginarlos.
Gracias, querido amigo, por abrir este tema.

Un abrazo

[Óscar Distéfano]

Me he visto atrapado en la atmósfera de este excelente trabajo. Desde aquellos poemas de fascinante suprarrealidad de Edgar Allan Poe y de William Blake, no he vuelto a leer un poema tan bien hilvanado como éste. Aplaudo el tema, el tratamiento, la convicción veraz que trasmite, las evocaciones a nuestra propia experiencia humana, las verdades filosóficas entre líneas, las metáforas exquisitas, y esa voluntad de "mantener a la vista el caza de la creación".

Ritmo alucinante creado con los difíciles versos largos.

Un gran abrazo, amigo.
Óscar

[Gerardo Mont]

Bellísimo poema, donde te luces con el arte creativo de tu pluma y haces derroche de tu talento poético, rico, dicente...inigualable. Un gran abrazo, poeta.

[Silvia Savall]

Hermoso poema compañero, un gusto estar en estos versos.

Gracias por compartirlos.

Abrazos.

[Josefa A. Sánchez]

La marea de los versos trae y mueve la memoria y la arroja a las orillas del tiempo para mostrarla con toda la belleza de la poesía. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Pepa