Muralla de agua negra

[Marius Gabureanu]

Yo intentaba curar una epilepsia marina
como los niños que pisan a pie descalzo
el pecho de la muerte.
Comenzaban a nombrar las gaviotas el atardecer sangriento,
la atrocidad de las pescaderías.
Las cabezas de merluza eran el apéndice de la sofocación.
Ahora que lo recuerdo, amor mío, tenias puesto el maquillaje de ausencia
y andabas
con tacones de permanente miedo a las alas de noche.
Yo te mostraba vidrios podridos, capullos de arena
inertes y luminosos.
Y hablábamos de asuntos inventados por los mendigos:
cómo dormir sobre piedras que acosan el sueño,
qué iglesia se cura de olvido, qué dios no es el clon de la multiplicación inútil
de ratas y rascacielos.
Abrimos una botella, entonces, con los dientes.
Desde adentro volaron el alma de las uvas y el precio de los otoños pasados.
Algunos insectos se posaron sobre tu cabello florecido,
tu cabello en el zumbido de lo efímero
como una muralla de agua negra.

[Hallie Hernández Alfaro]

Redondo, infinito, impactante, querido Marius.
En estos casos sólo queda aplaudir hasta que duelan las manos.

Abrazo enorme y mil gracias por compartir tu gran Poética.

[Marius Gabureanu]

Muchos abrazos, querida amiga. Siempre estás, se vuelve adictiva tu presencia, me has malacostumbrado. Feliz Navidad, Hallie.

[Pilar Morte]

Envuelves tu verdad sobre imágenes impactantes. Siempre versos de altura
Besos
Pilar

[Antonio Urdiales]

Un trabajo lleno de imágenes tan evocadoramente hermosas que transportas al lector hasta tu mundo, lo que sin duda es de agradecer. Felicidades por ello y mis mejores deseos para ti en estas fiestas.

Un abrazo

[Guillermo Cumar.]

Imágenes impactantes, amigo. El lector recrea tu sentir y el
ardor de cada palabra tuya.

un abrazo

[Roberto López]

[quote="Marius Gabureanu"]


De salto en salto (figurativo), el poema se construye con los desmesurados gritos de la noche interior, y abarca un escenario de personajes deconstruidos que se diluyen en el agua oscura de los sueños.
Saludos.

[Jerónimo Muñoz]

Tanto como hemos hablado de irracionalidad, simbolismo y surrealismo y he aquí que apareces con este poema cargado, si no de surrealismo, sí de bellísimos símbolos o irracionalidades que conforman todo un paradigma de la poesía actual.
Es muy agradable compartir el foro con poetas como tú.
Abrazos.
Jerónimo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Creo que siempre que un poema nos diga algo, en cualquier estilo que sea, necesita una o varias relecturas, y mucha más en poemas de gran potencia imaginativa, como es éste que aquí nos ocupa. Deberíamos leerlo sin buscar un mensaje directo o claro sobre alguna cuestión concreta, amor, soledad, pena, paso del tiempo, reflexión existencialista… etc.. , en este tipo de poemas es necesario dejarse ir y sentir la explosión sensible de sus magnífica imágenes.

Un abrazo, amigo Marius, que tengas un "feliciano" lo más comestible y bebible posible (joer, que lío de rimas me ha salido)

[Rosa Marzal]

Es increíble cómo anudas las sensaciones a través de imágenes imposibles, cómo echa a volar a través de los versos la médula espinal de tus emociones y cómo llega íntegra hasta nosotros, tus lectores. Un poema genial. Mi admiración total, querido amigo. Un abrazo y toda la felicidad posible para este próximo año 2014.

[Luis M]

Un despliegue de metáforas absolutamente fantástico para un poema de mucha magnitud. Mis aplausos, querido Marius.

Un fuerte abrazo.

[Carmen López]

Marius, este poema no me sugiere algo onírico, su emoción nos hace ver esa muralla que pudre los sueños y estanca el agua hasta volverla oscura, he sentido su desolación, no en forma de grito o de protesta si no de desesperanza.
Un placer acercarme a tu obra.

Un abrazo (muy grande).

Carmen

[Carlos Justino Caballero]

Marius Gabureanu, Voy dejando el año con un espléndido poema de tu autoría! Felicidades, poeta!

[Ana Muela Sopeña]

Originalidad al poder, Marius. Tus mundos surrealistas siempre me impactan.

Eres un tremendo poeta.

Felicitaciones y aplausos
Besos a montones, amigo poeta
Ana

[Macedonio Tracel]

Yo intentaba curar una epilepsia marina
como los niños que pisan a pie descalzo
el pecho de la muerte.
Comenzaban a nombrar las gaviotas el atardecer sangriento,
la atrocidad de las pescaderías.
Las cabezas de merluza eran el apéndice de la sofocación.
Ahora que lo recuerdo, amor mío, tenias puesto el maquillaje de ausencia
y andabas
con tacones de permanente miedo a las alas de noche.
Yo te mostraba vidrios podridos, capullos de arena
inertes y luminosos.
Y hablábamos de asuntos inventados por los mendigos:
cómo dormir sobre piedras que acosan el sueño,
qué iglesia se cura de olvido, qué dios no es el clon de la multiplicación inútil
de ratas y rascacielos.
Abrimos una botella, entonces, con los dientes.
Desde adentro volaron el alma de las uvas y el precio de los otoños pasados.
Algunos insectos se posaron sobre tu cabello florecido,
tu cabello en el zumbido de lo efímero
como una muralla de agua negra.

yo llego al terminar de leer estos poemas tuyos que vamos quedándonos sin palabras, como si por hermanos me quede la labor de revisar el dolor en los ojos, sentir que te estás vaciando y que yo siento algo parecido. siempre espero que la luz atraviese lo que ahora nos ahoga.
abrazo