Soñando sortilegios

[Ana Muela Sopeña]

Las calles me recuerdan nuestras horas
con la llovizna suave y el sonido
de los coches que pasan sobre charcos
y transeúntes solos
marchando a alguna parte...

La humedad en aceras me hace ver
tu rostro reflejado
y tu mirada triste
en las nubes nocturnas...

Respira la ciudad en las esquinas
más allá de la luz y de la sombra
con nuestros cuerpos lúdicos ocultos
en callejones ebrios...

La urbe es escenario de la niebla
de los besos que alguna vez nos dimos
en lugares amados sin un norte...

Las plazas van soñando sortilegios
donde nuestro conjuro sigue vivo...


Ana Muela Sopeña

[Josefa A. Sánchez]

Versos evocadores y cargados de ternura y nostalgia, sobre el fondo de niebla de la urbe. Me ha gustado leerte.
Un abrazo.
Pepa

[Pilar Morte]

Hay mucha nostalgia y amor en estos hermosos versos . Un disfrute deslizarme por el poema.
Besos
Pilar

[Guillermo Cumar.]

La ciudad que bien te entiende convierte en nostalgia vivencias y recuerdos.
Buen poema, amiga con ritmo y profundidad.

Un abrazo

[Ricardo José Lascano]

Una preciosura de obra muy bonita querida Ana, dejo abrazo de luz. RJL

[Arturo Rodríguez Milliet]

Extraordinaria utilización de elementos del paisaje urbano como referentes afectivos. Llueve en la ciudad tanto como en el alma, eso me cuenta tu hermoso poema. Gracias por lloviznarnos.
Un abrazo

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Pepa, por venir.

Me alegra que el poema te haya gustado.

Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Pilar, me alegra verte en mi espacio.

Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Guillermo. Agradecida por tus palabras.

Un abrazo
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Es una alegría, Ricardo, saber que este poema te ha gustado.

Un abrazo grande
Ana

[Víctor F. Mallada]

Muy bonito, Ana. Nos dejas aquí un hermoso poema muy bien cortado y muy rítmico. Me recuerda a la técnica rítmica usada por el gran García Lorca.

Un abrazo, amiga.


Víctor

[E. R. Aristy]

Las calles me recuerdan nuestras horas
con la llovizna suave y el sonido
de los coches que pasan sobre charcos
y transeúntes solos
marchando a alguna parte...

La humedad en aceras me hace ver
tu rostro reflejado
y tu mirada triste
en las nubes nocturnas...

Respira la ciudad en las esquinas
más allá de la luz y de la sombra
con nuestros cuerpos lúdicos ocultos
en callejones ebrios...

La urbe es escenario de la niebla
de los besos que alguna vez nos dimos
en lugares amados sin un norte...

Las plazas van soñando sortilegios
donde nuestro conjuro sigue vivo...


Ana Muela Sopeña

Ana, nos recuerdas esa peculiaridad de las cosas comunes; en ellas es que ocurre lo extraordinario, inmenso y bello poema. Te felicito y abrazo, ERA