Soldados en vigilia

[Alejandro García]

Volvemos a las vorágines de pensamientos nocturnos, de los delirios de sueños despiertos. Cómo nos gusta retratar el pensamiento. Pues no somos más que pintores del verbo: nuestro lienzo el papel, nuestro instrumento el bolígrafo, nuestros colores las palabras y nuestro órgano sensible favorito… el corazón.

Qué seríamos sin nuestras letras, sin nuestros soportes vitales para la mentira, para la fantasía o, simplemente, como el cristal del espejo que refleja el alma y nuestras debilidades.

Cuando todos duermen, nosotros somos las lechuzas que salen a la caza de sí mismos, en su carácter nocturno, o simplemente en el sosiego del silencio apagado que trae consigo el oscuro color.

Somos los poetas y prosaicos los cuales no creen de manera inverosímil las leyendas de sí mismos, de sus épicas batallas interiores, de la plasmación de algo abstracto sobre las letras, aún más abstractas, con un sentido metarreal.

Somos, por tanto, los elegidos de Morfeo para su disfrute por su insaciable sed de cafeína. Si él no duerme, nosotros tampoco (con alguien se tendrá que entretener mientras ofrece las experiencias oníricas a los demás). Somos parias a nocturna jornada completa, con un salario mínimo, de unas “cincuenta líneas de conocerse uno mismo”, algunas con pagas extra y con vacaciones de vez en cuando, eso sí, pagadas con felicidad. Desde el ocaso hasta la alarma del gallo, hasta que la de los Dedos Rosados nos los chasquea.

Nuestras vigilias son las quimeras que visualizamos como espejismos de lo que fue o sería.
Nuestros desvelos son, en el silencio de la noche, los ruidos ahogados de nuestras cabezas.
Nuestros insomnios son los sueños de un dichoso dormido, de un ciego en la mañana, de la fe fanática y de la esperanza ferviente.
Somos poetas de la Luna y nuestro amor platónico es el Sol.
Somos las estrellas que no brillan en la bóveda nocturna. Somos los olvidados en la noche por luces de bohemia y en el día por la luz de esmero.
Somos, por tanto, los soldados en vigilia, los exploradores del ser, los vástagos de la Luna.

[Hallie Hernández Alfaro]

Buenos días, Alejandro. Me ha gustado mucho esta vigilia hermosa y sus posibilidades infinitas. Aplaudo la idea de Morfeo y la cafeína.

Bienvenido seas al foro de prosa; hasta hace poco era un lugar poco visitado.
Por suerte, ahora contamos con mucha participación e intercambio y más publicaciones.

Saludos cordiales y gracias por compartir.