Cosas de viejo

[Víctor F. Mallada]

Cosas de viejo



Esto de hacerse viejo tiene sus pegas…

Hay que ponerse gafas para leer,
las teclas del portátil son tan pequeñas
que a veces te las saltas a la comba.
Te cansas por no hacer casi nada,
tienes la mala leche a flor de piel,
(de la buena mejor ni hablamos).

Atrás quedaron tantas habilidades…

Jugar a las canicas con amigos
sin que te duela nada, sólo el orgullo a veces.
Poder memorizar cosas inútiles,
derrapar en bicicleta,
cruzar la cordillera a pie
armado con bocata
y una bota de vino compartido.

Intentar ligarte al amor de tu vida
cualquier fin de semana,
bailar un twist salvaje sin romperte,
quedarte hasta las tantas arreglando el futuro
apasionadamente, de boquilla.

Aunque también tiene sus cosas buenas
esto de ser mayor…

Los lunes, martes, miércoles... son como los domingos,
cuando la madrugada se alarga sin prisas ni congojas.
Los amigos son pocos, muy pocos, pero buenos, muy buenos
y los recuerdos muchos, a veces demasiados…

También podemos reírnos los unos de los otros
sin rencores, con retranca.
Un amigo me dice que vive sin lujuria,
como un monje
y otro le responde que no es mérito suyo,
que la lujuria se ha ido a otros barrios, a otros cuerpos.

Se puede convivir con los achaques,
mientras funcione el coco y las neuronas
todavía quieran jugar al escondite
o a construir castillos impensables.

Se gana libertad de miras cuando contemplas
un parque lleno de críos y alborotos,
mientras esperas que el tren que tantas veces intuiste
vuelva a pasar de largo cada día.

En fin, cosas de viejo.




Víctor F. Mallada

[Hallie Hernández Alfaro]

Los cambios en la vida, sus épocas doradas, la ilusión intacta, los recuerdos. Todo ese mundo de ideas llevadas a un poema hermoso y llegador.
Me ha encantado la imagen final del tren intuído tantas veces que vuelve a pasar de largo. Mientras estemos vivos miraremos con emoción el horizonte.

Enhorabuena y un gran abrazo, Víctor.

[Liz Barrio.]

Cosas de viejo



Esto de hacerse viejo tiene sus pegas…

Hay que ponerse gafas para leer,
las teclas del portátil son tan pequeñas
que a veces te las saltas a la comba.
Te cansas por no hacer casi nada,
tienes la mala leche a flor de piel,
(de la buena mejor ni hablamos).

Atrás quedaron tantas habilidades…

Jugar a las canicas con amigos
sin que te duela nada, sólo el orgullo a veces.
Poder memorizar cosas inútiles,
derrapar en bicicleta,
cruzar la cordillera a pie
armado con bocata
y una bota de vino compartido.

Intentar ligarte al amor de tu vida
cualquier fin de semana,
bailar un twist salvaje sin romperte,
quedarte hasta las tantas arreglando el futuro
apasionadamente, de boquilla.

Aunque también tiene sus cosas buenas
esto de ser mayor…

Los lunes, martes, miércoles... son como los domingos,
cuando la madrugada se alarga sin prisas ni congojas.
Los amigos son pocos, muy pocos, pero buenos, muy buenos
y los recuerdos muchos, a veces demasiados…

También podemos reírnos los unos de los otros
sin rencores, con retranca.
Un amigo me dice que vive sin lujuria,
como un monje
y otro le responde que no es mérito suyo,
que la lujuria se ha ido a otros barrios, a otros cuerpos.

Se puede convivir con los achaques,
mientras funcione el coco y las neuronas
todavía quieran jugar al escondite
o a construir castillos impensables.

Se gana libertad de miras cuando contemplas
un parque lleno de críos y alborotos,
mientras esperas que el tren que tantas veces intuiste
vuelva a pasar de largo cada día.

En fin, cosas de viejo.




Víctor F. Mallada

Poemas como éste, se agradecen de corazón y se aplauden con -bravos- intercalados.
Un abrazo muy fuerte, Víctor

[Pilar Morte]

Qué bien describes esa etapa de la vida, el reflejo de los días que buscan refugio y sentido.
Un placer leerte
Besos
Pilar

[Antonio Urdiales]

Víctor, son cosas de viejo, sí, pero qué bien enumeradas y con qué elegancia, ternura y belleza están expuestas. Un poema que me ha sido gratísimo leer.

Un abrazo.

[Óscar Distéfano]

Excelente disposición del ánimo para escribir un magnífico poema explícito que llega con toda su carga de nostalgia, y de un fino sentido del humor. Me ha encantado.

Un abrazo, amigo.
Óscar

[Concha Vidal]

Victor, es pura delicia leerte ¿sabías?

Pues eso.

[Carmen López]

Víctor, yo estoy de acuerdo con Concha, este poema es una delicia de las grandes. De acuerdo también en que hay ironía, pero, es sumamente hermoso, la ternura amigo es mucho más grande.

Un fuerte abrazo.

Carmen

[Rafael Llamas Jiménez]

Víctor, has ido un placer la lectura de su bello y tierno poema. Me ha gustado mucho.

Un abrazo

[Guillermo Cumar.]

Este poema demuestra que tú estás aun lejos del achaque y
que las neuronas te funcionan para que la poesía hable desde
los años transcurridos como recuerdos sanos y apasionados.
Qúe tiempos aquellos que ya no volverán...aunque siguen
vivificando la nostalgia.
un placer ver como te expansionas desde la poesía.

Un abrazo

[Víctor F. Mallada]

Los cambios en la vida, sus épocas doradas, la ilusión intacta, los recuerdos. Todo ese mundo de ideas llevadas a un poema hermoso y llegador.
Me ha encantado la imagen final del tren intuído tantas veces que vuelve a pasar de largo. Mientras estemos vivos miraremos con emoción el horizonte.

Enhorabuena y un gran abrazo, Víctor.

Gracias, Hallie, por el saludo temprano, por las palabras de cariño y por ese mensaje de esperanza con el que cierras el comentario.

Un abrazo, poeta.

Víctor

[Víctor F. Mallada]

Poemas como éste, se agradecen de corazón y se aplauden con -bravos- intercalados.
Un abrazo muy fuerte, Víctor

Gracias, Liz, por estos ánimos para seguir intentándolo.

Un abrazo,

Víctor

[Quinteño de Greda]

Amigo Victor, lo mejor para llegar a viejo es la gimnasia mental que nos da la escritura...

El cuepo puede mermar, pero nunca la mente...
Un placer pasar por tu filosofar.
Un abrazote grande.

[José Manuel Sáiz]

Un poema de los que me gustan a mi: increíblemente entrañable. Además tu estilo y tu dominio del ritmo de da ese toque de buena poesía. Eres un maestro, amigo.
Un abrazo
J. Manuel

[Isabel Moncayo]

Sí, entrañable, como todo lo que escribes, pero es que escribes como eres, cercano, cálido, sencillo, y el reflejo son tus letras. A todo hay que llegar en esta vida y si no se llega malo, así pues a disfrutar de todas las etapas que si son con salud son todas bienvenidas..


Un fuerte abrazo.