Habitación de hotel frente al mar

[Ramón Carballal]

He confundido los elevadores con las venas del tiempo.

Un rostro, dos, los ventanales que engullen el mar,
el quién y el aquel en la pregunta de un teléfono móvil.

Son opacos los sentimientos, pero la sincronía escribe
flores negras en el devenir que sucumbe como la ola
naufraga.

El día mira el azul y las góndolas prohibidas.

El reloj late horizontal como un murmullo de ciempiés.

Son las horas el infantil quejido de esa luz
que vaticina su ocaso de inmemoriales espejos,
su voz de nauta.

[Hallie Hernández Alfaro]

He confundido los elevadores con las venas del tiempo.

Un rostro, dos, los ventanales que engullen el mar,
el quién y el aquel en la pregunta de un teléfono móvil.

Son opacos los sentimientos, pero la sincronía escribe
flores negras en el devenir que sucumbe como la ola
naufraga.

El día mira el azul y las góndolas prohibidas.

El reloj late horizontal como un murmullo de ciempiés.

Son las horas el infantil quejido de esa luz
que vaticina su ocaso de inmemoriales espejos,
su voz de nauta.

Sublime, Ramón! Un poema para beber fondo blanco y deleitarse en sus efectos.

De pie, este primer domingo de agosto, para los aplausos.

Abrazo y felicidad.

[Roberto López]

[quote="Ramón Carballal"]

Me gusta el viaje interior y fantástico de tus poemas, donde logras asimilar el entorno y la propia reflexión interior en híbridas imágenes que tratan de reflejar un mundo plural y bastardo. Saludos.

[Guillermo Cumar.]

Esta vez ttus sentimientos sincronizan las aguas de la mar, pero
tu verso escapaz de ponerse azul y respirar en lo profundo.

Un lacer de lectura, amigo.

un abrazo

[Pilar Morte]

Me dejo llevar por tus versos en ese vaivén de olas y disfruto...disfruto
Besos
Pilar

[Daniela Miño]

He confundido los elevadores con las venas del tiempo.

Un rostro, dos, los ventanales que engullen el mar,
el quién y el aquel en la pregunta de un teléfono móvil.

Son opacos los sentimientos, pero la sincronía escribe
flores negras en el devenir que sucumbe como la ola
naufraga.

El día mira el azul y las góndolas prohibidas.

El reloj late horizontal como un murmullo de ciempiés.

Son las horas el infantil quejido de esa luz
que vaticina su ocaso de inmemoriales espejos,
su voz de nauta.

Inconfundible estilo, Ramón.

La apertura, atrapante y el verso final, conmovedor.

Gracias por compartir.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

He confundido los elevadores con las venas del tiempo.

Un rostro, dos, los ventanales que engullen el mar,
el quién y el aquel en la pregunta de un teléfono móvil.

Son opacos los sentimientos, pero la sincronía escribe
flores negras en el devenir que sucumbe como la ola
naufraga.

El día mira el azul y las góndolas prohibidas.

El reloj late horizontal como un murmullo de ciempiés.

Son las horas el infantil quejido de esa luz
que vaticina su ocaso de inmemoriales espejos,
su voz de nauta.

Sublime, Ramón! Un poema para beber fondo blanco y deleitarse en sus efectos.

De pie, este primer domingo de agosto, para los aplausos.

Abrazo y felicidad.

Gracias, Hallie, por la generosidad de tus palabras. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Me gusta el viaje interior y fantástico de tus poemas, donde logras asimilar el entorno y la propia reflexión interior en híbridas imágenes que tratan de reflejar un mundo plural y bastardo. Saludos.

Muchas gracias, Roberto, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

[Felipe Fuentes García]

He confundido los elevadores con las venas del tiempo.

Un rostro, dos, los ventanales que engullen el mar,
el quién y el aquel en la pregunta de un teléfono móvil.

Son opacos los sentimientos, pero la sincronía escribe
flores negras en el devenir que sucumbe como la ola
naufraga.

El día mira el azul y las góndolas prohibidas.

El reloj late horizontal como un murmullo de ciempiés.

Son las horas el infantil quejido de esa luz
que vaticina su ocaso de inmemoriales espejos,
su voz de nauta.

Espléndido poema, Ramón. Con tus versos has edificado una realidad, un paisaje marino casi tangible como punto de partida para la introspección. Me ha encantado leerte, amigo.

Recibe un abrazo.
Felipe.

[E. R. Aristy]

He confundido los elevadores con las venas del tiempo.

Un rostro, dos, los ventanales que engullen el mar,
el quién y el aquel en la pregunta de un teléfono móvil.

Son opacos los sentimientos, pero la sincronía escribe
flores negras en el devenir que sucumbe como la ola
naufraga.

El día mira el azul y las góndolas prohibidas.

El reloj late horizontal como un murmullo de ciempiés.

Son las horas el infantil quejido de esa luz
que vaticina su ocaso de inmemoriales espejos,
su voz de nauta.

Podria morir escuchando este canto sublime. Cada palabra abre un universo de reminiscencias, de nostalgias adormecidas que despiertan a una realidad alterna. Te dije, si, y tengo que repetirlo tu poesia me fascina. Un abrazo, ERA

[Ignacio Mincholed]

Saludos Ramón, de nuevo por aquí entre versos.

Felicidades y un abrazo,

Ignacio

[Carmen López]

De principio a fin entra dulce, abre puertas a un yo interior que recuerda y ensueña.

Me gustó especialmente ..."el devenir sucumbe como la ola que naufraga", me parece maravilloso hacer naufragar a las olas, una genialidad de colección.

Bicos, amigo.

Carmen

[Liz Barrio.]

Una travesía inolvidable todos y cada uno de estos profundos y elocuentes versos.
Siempre es un placer y un aprendizaje leerte, poeta.
Aplausos de pie con un beso y un fuerte abrazo

[José Manuel F. Febles]

Excelente, magnífico, Rey de la metáforas. Un gran poema.

Un cordial abrazo con mis felicitaciones.

José Manuel F. Febles

[Ramón Carballal]

Esta vez ttus sentimientos sincronizan las aguas de la mar, pero
tu verso escapaz de ponerse azul y respirar en lo profundo.

Un lacer de lectura, amigo.

un abrazo

Gracias, Guillermo, por acercarte a mi poema y comentarlo. Un abrazo.