Redención
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
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Redención
Que en algún momento de la oscuridad,
cierre mi mano con un puñado de tu carne
y me aleje
para abrirla a solas en un lugar seguro;
acercarla a mi oído,
a mi olfato,
mientras miro al cielo en busca de una asociación humana.
Y que mis huellas ardan rodeándote
con un círculo que tiene una imperceptible melladura en su fuego.
O puede ser
que al cerrar los dedos en algún lugar de ti,
en algún aislamiento mío, no pueda arrancar nada
y me concentre en la masa
de una llaga huyendo de su forma prensil;
como la sombra de un pez fugaz bajo las aguas quietas.
Que amase con tu cuerpo el dolor del mundo
y que el gesto con que obligas a mi mano a quedarse ahí
sea el modo de llamarme peregrino, vicario.
Sin devoción, sin peso, sin profundidad.
Como un insulto redentor.
- Felipe Fuentes García
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Re: Redención
"Puede ser o puede...", las dos caras de la moneda que nos ofrece la vida: las del amor-desamor, las del borde de una realidad y, a su vez, la posibilidad intrínseca de su no ser. Un poema magnífico, amigo Bruno, con una herramienta versal libérrima, no desprovista, sin embargo, de acertados recursos como la anáfora, la comparación, el paralelismo etc. con la que logras una gran eficiencia comunicativa. Me ha gustado su lectura.Bruno Laja escribió:Puede ser así.
Que en algún momento de la oscuridad,
cierre mi mano con un puñado de tu carne
y me aleje
para abrirla a solas en un lugar seguro;
acercarla a mi oído,
a mi olfato,
mientras miro al cielo en busca de una asociación humana.
Y que mis huellas ardan rodeándote
con un círculo que tiene una imperceptible melladura en su fuego.
O puede ser
que al cerrar los dedos en algún lugar de ti,
en algún aislamiento mío, no pueda arrancar nada
y me concentre en la masa
de una llaga huyendo de su forma prensil;
como la sombra de un pez fugaz bajo las aguas quietas.
Que amase con tu cuerpo el dolor del mundo
y que el gesto con que obligas a mi mano a quedarse ahí
sea el modo de llamarme peregrino, vicario.
Sin devoción, sin peso, sin profundidad.
Como un insulto redentor.
Recibe un abrazo.
Felipe.
- Macedonio Tracel
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sin el poema que rejunte una a una las migajas"
Alberto Szpunberg
- Luna de Nos
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Re: Redención
Bruno Laja escribió:Puede ser así.
Que en algún momento de la oscuridad,
cierre mi mano con un puñado de tu carne
y me aleje
para abrirla a solas en un lugar seguro;
acercarla a mi oído,
a mi olfato,
mientras miro al cielo en busca de una asociación humana.
Y que mis huellas ardan rodeándote
con un círculo que tiene una imperceptible melladura en su fuego.
O puede ser
que al cerrar los dedos en algún lugar de ti,
en algún aislamiento mío, no pueda arrancar nada
y me concentre en la masa
de una llaga huyendo de su forma prensil;
como la sombra de un pez fugaz bajo las aguas quietas.
Que amase con tu cuerpo el dolor del mundo
y que el gesto con que obligas a mi mano a quedarse ahí
sea el modo de llamarme peregrino, vicario.
Sin devoción, sin peso, sin profundidad.
Como un insulto redentor.
Sí.
Creo Bruno, que luego de leer este poema uno queda preso en una especie de limbo del cual precisamente no quiere irse.
Se da en varios planos físico, racional, emocional, y todo se une para conformar una especie de 'cepo' inmovilizador.
Un abrazo, Luna.-
José Chapa
http://www.karikanfibolia.blogspot.com
http://www.elsolyanoeselsol.blogspot.com
- Carmen López
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Un abrazo
Carmen
Gastón Bachelar.
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Re: Redención
Bruno Laja escribió:Puede ser así.
Que en algún momento de la oscuridad,
cierre mi mano con un puñado de tu carne
y me aleje
para abrirla a solas en un lugar seguro;
acercarla a mi oído,
a mi olfato,
mientras miro al cielo en busca de una asociación humana.
Y que mis huellas ardan rodeándote
con un círculo que tiene una imperceptible melladura en su fuego.
O puede ser
que al cerrar los dedos en algún lugar de ti,
en algún aislamiento mío, no pueda arrancar nada
y me concentre en la masa
de una llaga huyendo de su forma prensil;
como la sombra de un pez fugaz bajo las aguas quietas.
Que amase con tu cuerpo el dolor del mundo
y que el gesto con que obligas a mi mano a quedarse ahí
sea el modo de llamarme peregrino, vicario.
Sin devoción, sin peso, sin profundidad.
Como un insulto redentor.
Sálvame, carne salvada, sálvame iniciando la cosecha del átomo creado.
Belleza en dosis muy altas, Bruno.
Gracias por tanta Poesía.
No fueron, los ojos, hechos para durar, los corazones explotan si se les demanda en exceso, se forman andenes translúcidos en el borde de cuanto ama por ese océano con que Amor nos lleva en su inagotable exhaución....
Raum und zeit, Julio Bonal
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re: Redención
Abrazos
Pilar
- Marius Gabureanu
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re: Redención
Un abrazo.
Óscar
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re: Redención
te agradezco profundamente tu consideración con el poema. Recibe un fuerte abrazo.
Macedonio,
un abrazo muy fuerte. Siempre agradecido por tu sensibilidad.
Luna,
lo que dices es algo que ojalá pudiera cumplirse en lo que escribo. Alcanzar esos planos desde un mismo tronco es lo que intento. Tu sensibilidad es más que generosa. Te agradezco mucho. Un abrazo muy grande y fuerte.
Carmen,
gracias por tan bellas palabras, son un aliento y un estímulo. Te agradezco. Recibe un abrazo.
Hallie,
sí, salvación, una esperando a la otra cuando se queda atrás. Han de llegar al mismo tiempo. Abrazos muchos.
Pilar,
siempre un placer tu presencia. Recibe un fuerte abrazo.
Marius,
es un intento de alcanzar una complexión definitiva, de respiración reconstituyente. Un abrazo, lleno de gratitud por tu fecunda generosidad.
Óscar,
siempre me hace muy feliz tu presencia. Recibe un gran abrazo y mi agradecimiento.
- Josefa A. Sánchez
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Re: Redención
Se ha rebajado ab nauseum el sacrificio de Jesucristo. Nos compartes un poema grave y de una belleza profunda. Me identifico con tu examen espiritual. Mis respetos, Bruno.Bruno Laja escribió:Puede ser así.
Que en algún momento de la oscuridad,
cierre mi mano con un puñado de tu carne
y me aleje
para abrirla a solas en un lugar seguro;
acercarla a mi oído,
a mi olfato,
mientras miro al cielo en busca de una asociación humana.
Y que mis huellas ardan rodeándote
con un círculo que tiene una imperceptible melladura en su fuego.
O puede ser
que al cerrar los dedos en algún lugar de ti,
en algún aislamiento mío, no pueda arrancar nada
y me concentre en la masa
de una llaga huyendo de su forma prensil;
como la sombra de un pez fugaz bajo las aguas quietas.
Que amase con tu cuerpo el dolor del mundo
y que el gesto con que obligas a mi mano a quedarse ahí
sea el modo de llamarme peregrino, vicario.
Sin devoción, sin peso, sin profundidad.
Como un insulto redentor.
Abrazos, ERA
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- Begoña Egüen
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Re: Redención
He quedado complacida, con la belleza de este hermoso poema. Felicidades.Bruno Laja escribió:Puede ser así.
Que en algún momento de la oscuridad,
cierre mi mano con un puñado de tu carne
y me aleje
para abrirla a solas en un lugar seguro;
acercarla a mi oído,
a mi olfato,
mientras miro al cielo en busca de una asociación humana.
Y que mis huellas ardan rodeándote
con un círculo que tiene una imperceptible melladura en su fuego.
O puede ser
que al cerrar los dedos en algún lugar de ti,
en algún aislamiento mío, no pueda arrancar nada
y me concentre en la masa
de una llaga huyendo de su forma prensil;
como la sombra de un pez fugaz bajo las aguas quietas.
Que amase con tu cuerpo el dolor del mundo
y que el gesto con que obligas a mi mano a quedarse ahí
sea el modo de llamarme peregrino, vicario.
Sin devoción, sin peso, sin profundidad.
Como un insulto redentor.
Un abrazo.
BEGOÑA.