Retrato de una campesina

[Marius Gabureanu]

Tu rostro es el espejo de una melancolía inadvertida,
la misma que siembran los escarabajos en la madera, renovada por la erosión
como si un péndulo de ocasos estuviera golpeando lentamente tu reloj de sonrisas.
Hundida en la nieve, tu ofrenda de desnudez excita la inexistencia,
proclamando el deshielo de las luces.
Un gato, que te mira, se lame los testículos como un dios deprimido.
Tejes pelucas para la calvicie del viento, mientras la cruz y yo
esperamos el coro de culebras, la sinfonía del veneno.
Intuyo una casa con rejas, donde reposa el cuarzo fragmentado
en el osario de lágrimas de su desventura
y cinceles que duermen bajo un manto de parafina.
¿Sobre qué pecho moribundo se enervan las velas apagadas de tus dedos?

[Ramón Carballal]

Brillantes y originales las imágenes de este poema. Me gustó leerlo. Mi felicitación y un abrazo.

[Roberto López]

[quote="Marius Gabureanu"]

Me parecen tus versos preñados de una fuerza brutal. Y cómo convergen en la pregunta final, desoladora, acuciante. Un placer adentrarse en tus paisajes. Abrazos.

[Rafael Valdemar]

Sugerentes y originales tus versos Marius. Me gustaron

saludos

rafael

[Guillermo Cumar.]

Retrato de una campesina desde el objetivo abierto de la metáfora.
La descripción rozando la vivencia y la vivencia un poco negativa, es decir
sin acuerdo entre el ser que pintas y la natura que no sale de
su estatus, aunque la imagen sea risueña.

Un abrazo

[Blanca N. García González]

Un retrato que obsequia la mirada de ese ser
en versos regios amigo, saludos llenos de mis
bendiciones.

[Hallie Hernández Alfaro]

Tu rostro es el espejo de una melancolía inadvertida,
la misma que siembran los escarabajos en la madera, renovada por la erosión
como si un péndulo de ocasos estuviera golpeando lentamente tu reloj de sonrisas.
Hundida en la nieve, tu ofrenda de desnudez excita la inexistencia,
proclamando el deshielo de las luces.
Un gato, que te mira, se lame los testículos como un dios deprimido.
Tejes pelucas para la calvicie del viento, mientras la cruz y yo
esperamos el coro de culebras, la sinfonía del veneno.
Intuyo una casa con rejas, donde reposa el cuarzo fragmentado
en el osario de lágrimas de su desventura
y cinceles que duermen bajo un manto de parafina.
¿Sobre qué pecho moribundo se enervan las velas apagadas de tus dedos?

Qué talento tienes para hacer estallar imágenes enredadas en belleza, arropadas por la cuantiosa noche del primer destierro. Pólvora y furia incendiando la humanidad lírica.

Avanti siempre, querido amigo.

Abrazos.

[Pilar Morte]

Un retrato un poco oscuro pero hermoso. Un placer pasar por tus letras
Abrazos
Pilar

[Bruno Laja]

Hola, Marius
es un auténtico tropel de sinestesias este poema, una covención de pulsos. Siempre es un placer.
Un abrazo.

[Maria Pilar Gonzalo]

Tu rostro es el espejo de una melancolía inadvertida,
la misma que siembran los escarabajos en la madera, renovada por la erosión
como si un péndulo de ocasos estuviera golpeando lentamente tu reloj de sonrisas.
Hundida en la nieve, tu ofrenda de desnudez excita la inexistencia,
proclamando el deshielo de las luces.
Un gato, que te mira, se lame los testículos como un dios deprimido.
Tejes pelucas para la calvicie del viento, mientras la cruz y yo
esperamos el coro de culebras, la sinfonía del veneno.
Intuyo una casa con rejas, donde reposa el cuarzo fragmentado
en el osario de lágrimas de su desventura
y cinceles que duermen bajo un manto de parafina.
¿Sobre qué pecho moribundo se enervan las velas apagadas de tus dedos?

Inquietante poema, Marius pero no puedo ni debo dejar pasar el talento que derramas, como puñados de sal que escuecen en el corazón.

Me ha encantado.

Abrazos.

[Ricardo José Lascano]

Tu rostro es el espejo de una melancolía inadvertida,
la misma que siembran los escarabajos en la madera, renovada por la erosión
como si un péndulo de ocasos estuviera golpeando lentamente tu reloj de sonrisas.
Hundida en la nieve, tu ofrenda de desnudez excita la inexistencia,
proclamando el deshielo de las luces.
Un gato, que te mira, se lame los testículos como un dios deprimido.
Tejes pelucas para la calvicie del viento, mientras la cruz y yo
esperamos el coro de culebras, la sinfonía del veneno.
Intuyo una casa con rejas, donde reposa el cuarzo fragmentado
en el osario de lágrimas de su desventura
y cinceles que duermen bajo un manto de parafina.
¿Sobre qué pecho moribundo se enervan las velas apagadas de tus dedos?

Una maravilla. Gran entrega de poesia, riqueza, calidad y talento. Felicitaciones querido poeta.


Un abrazo fuerte.

Ricardo.

[F. Enrique]

Reconozco, Marius, que la forma que has elegido para expresar tu poesía, no es, desde luego la más fácil, y que, como lector, me cuesta, a veces, saber que decirte, a pesar de ser consciente de la brillantez de tu propuesta. Creo que, de todas formas es más importante dejarse llevar por las sensaciones, y felicitarte por tu búsqueda, cada una de ellas puede parecer más o menos apropiada desde el punto de vista de otra persona , pero es imprescindible que cuente con el convencimiento de quien la experimenta y la siente. Muy buen poema que transmite un cuadro de dureza y de falta de horizontes.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

proclamando el deshielo de las luces.
Un gato, que te mira, se lame los testículos como un dios deprimido.
Tejes pelucas para la calvicie del viento,

.... cinceles que duermen bajo un manto de parafina.

....... las velas apagadas de tus dedos?





Un poema que muestra la originalidad creativa del poeta, su personalísimo sello en la imágenes, en la que uno degusta sabores nuevos y novedadas texturas.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Belleza y brillantez en tu poesía magnífica.

Aplausos a montones, Marius
Un beso
Ana

[Antonio Justel]

Tu rostro es el espejo de una melancolía inadvertida,
la misma que siembran los escarabajos en la madera, renovada por la erosión
como si un péndulo de ocasos estuviera golpeando lentamente tu reloj de sonrisas.
Hundida en la nieve, tu ofrenda de desnudez excita la inexistencia,
proclamando el deshielo de las luces.
Un gato, que te mira, se lame los testículos como un dios deprimido.
Tejes pelucas para la calvicie del viento, mientras la cruz y yo
esperamos el coro de culebras, la sinfonía del veneno.
Intuyo una casa con rejas, donde reposa el cuarzo fragmentado
en el osario de lágrimas de su desventura
y cinceles que duermen bajo un manto de parafina.
¿Sobre qué pecho moribundo se enervan las velas apagadas de tus dedos?

... Marius, creo que estarás de acuerdo - o no - de que, cada cual, viste el objeto de su atención, observación o percepción poética, con aquellos recursos que él mismo tenga al alcance a través de su prisma, es lógico, me parece a mí; es como una persona y su vestido con su correspondiente poema dedicado u orientado al todo, no a sus partes separadas; nos has traído un tema difícil e innovador desde ese prisma personal, y con él, y desde él, has construido metáforas absolutas, o extremas, o futuras, en el contesto de un poema coherente, muy coherente, amigo, detenta un gran hilván; te saludo a ti y saludo tu obra; un abrazo; Orión