No es el pájaro en la rama, mujer, ni la pleamar lo que te asusta
Es el canto diminuto, asomándose al resquicio, lo que rasga
No es el hilo tendido, tenso, a pasos de tus coordenadas
Es la alfombra llena de despertares, sobre los tejados
No es ahora que el verso es mariposa y la nostalgia trébol
Es siempre el mismo ángel, el del ala rota
siempre
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
-
Angel Valles
- Mensajes: 1408
- Registrado: Jue, 15 Ene 2009 15:55
-
Hallie Hernández Alfaro
- Mensajes: 19451
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
LLeno de magia y fuerza.
Vaya final hermoso. Es siempre, el mismo ángel, el del ala rota.
Saludos y felicidad, poeta.
Vaya final hermoso. Es siempre, el mismo ángel, el del ala rota.
Saludos y felicidad, poeta.
"En el haz áureo de tu faro están mis pasos
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
El faro, Ramón Carballal
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
El faro, Ramón Carballal
-
Angel Valles
- Mensajes: 1408
- Registrado: Jue, 15 Ene 2009 15:55
-
F. Enrique
- Mensajes: 8643
- Registrado: Mié, 22 Ago 2012 19:47
- Ubicación: Abyla
- Contactar:
Me ha gustado mucho, Ángel, el uso de la anáfora estructurando todo el poema me resulta fantástico para dotarlo de fuerza obsesiva, para transmitir la idea que persigue. Hermoso y profundo.
Un abrazo.
Un abrazo.
***
Toda verdad corre el riesgo de ser modificada por el tiempo.
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba)
Toda verdad corre el riesgo de ser modificada por el tiempo.
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba)