Quieroquesepasquelalocuraautomáticaquemeprovocaladespedidaseasemejamuchoatuscigarillosatados.
Leeme las manos.
No queremos ser esas dos caricaturas enajenadas
en el Santísimo Cristo de la Misericordia.
No, no.
Caí otra vez en la huelga de la aventura
parche salvaje a la comisura del instante.
Me declaro culpable,
soy reciclable
dame un pronombre.
Nadie lloró tanto con la voz hecha gusanos
entre las hostilidades de dos ceniceros
vestigios forenses en la ausencia de Clonazepam.
Soy esta y soy aquella,
me duelen los barrotes de sal
los aviones de papel
la crudeza de los amantes matutinos.
Y vuelvo a celebrar el pudor del caos
en la ecuación imprudente,
recta horizontal
poema sin gloria.
Efecto Mariposa:
Si te vas ahora me tenés que pagar.