La mano que no pudo morir
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Marius Gabureanu
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La mano que no pudo morir
Quédate, no abandones los muertos mientras estén calientes.
Es la mano que moldea palabras en las sabanas tatuadas por el cáncer,
el olor a memorias hirientes sobre la retina del hombre descompuesto
en nada y las ardillas mirando desde la altura de los robles
como esquían las neuronas y quedan atrapadas en una avalancha de olvidos,
es la huida de los sábados, el antifaz de bruma que cubre esa parte
donde se ausentará la sombra y la contorsión trapezoidal del corazón
dibujada en párpados póstumos...
La mano que no pudo morir
cruza, sin dueño, los valles negros, hasta llegar a la luz.
Se agarra de un ángel ciego y ese la arrastra por los suelos,
le pone un nombre de perro y ella mueve los dedos como si fueran
pequeños rabos, se alimenta con alas viejas, que caen podridas desde lo más alto...
La mano que no pudo morir no sabe ladrar y los átomos del recreo se burlan
de su constante roce con las calles del paraiso.
Se deja acariciar por las entidades del cobalto y de vez en cuando
se convierte en campana (muy dentro de los que tienen en el alma un monasterio derrumbado).
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Un abrazo
Enhorabuena
Ana
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cruza, sin dueño, los valles negros, hasta llegar a la luz.
Se agarra de un ángel ciego y ese la arrastra por los suelos,
le pone un nombre de perro y ella mueve los dedos como si fueran
pequeños rabos, se alimenta con alas viejas, que caen podridas desde lo más alto...
La mano que no pudo morir no sabe ladrar y los átomos del recreo se burlan
de su constante roce con las calles del paraiso.
Se deja acariciar por las entidades del cobalto y de vez en cuando
se convierte en campana (muy dentro de los que tienen en el alma un monasterio derrumbado).
Marius, no tengo palabras para hacer justicia a tu enorme texto. Sólo sé que esta parte me hizo latir el corazón muy a prisa. Descomunal la fuerza evocadora, invencible la belleza que sustenta.
Magno y genial, poeta.
Aplausos miles.
PD: la inclusión del video es un gran acierto.
donde se ausentará la sombra y la contorsión trapezoidal del corazón
dibujada en párpados póstumos..."
"Se deja acariciar por las entidades del cobalto y de vez en cuando
se convierte en campana (muy dentro de los que tienen en el alma
un monasterio derrumbado)"
Sin palabras, Marius. ¡Espectacular, querido amigo!.
Un abrazo.
- Julio Gonzalez Alonso
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re: La mano que no pudo morir
Salud.
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re: La mano que no pudo morir
Abrazos
Pilar
- Israel Liñán
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- Marius Gabureanu
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Genial, como toda tu poesía, Marius.
Las "entidades del cobalto"...
que expresión más acertada...
Todo el poema es impactante.
Te dejo un abrazo
y mi enhorabuena
Ana
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Re: La mano que no pudo morir
Marius Gabureanu escribió:
Quédate, no abandones los muertos mientras estén calientes.
Es la mano que moldea palabras en las sabanas tatuadas por el cáncer,
el olor a memorias hirientes sobre la retina del hombre descompuesto
en nada y las ardillas mirando desde la altura de los robles
como esquían las neuronas y quedan atrapadas en una avalancha de olvidos,
es la huida de los sábados, el antifaz de bruma que cubre esa parte
donde se ausentará la sombra y la contorsión trapezoidal del corazón
dibujada en párpados póstumos...
La mano que no pudo morir
cruza, sin dueño, los valles negros, hasta llegar a la luz.
Se agarra de un ángel ciego y ese la arrastra por los suelos,
le pone un nombre de perro y ella mueve los dedos como si fueran
pequeños rabos, se alimenta con alas viejas, que caen podridas desde lo más alto...
La mano que no pudo morir no sabe ladrar y los átomos del recreo se burlan
de su constante roce con las calles del paraiso.
Se deja acariciar por las entidades del cobalto y de vez en cuando
se convierte en campana (muy dentro de los que tienen en el alma un monasterio derrumbado).
Una maravilla! Te felicito, Marius. Es uno de los mejores poemas en esta genero que he tenido el placer de disfrutar de su diciente, diferente conceptualismo. Abrazos,
ERA
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sin el poema que rejunte una a una las migajas"
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