Editorial Alaire

La barra es un abismo en donde las hileras de botellas
semejan acantilados en que el mar embravecido de la angustia
embarranca navíos.
Las palabras, espuma evanescente,
conforman el estruendo de la tempestad.
Y más allá de las miradas que concitan
en un intento vano la atención narcisista de la escena
reverbera una imagen raptora que secuestra
en su aparente intermitencia
el foco de la luz que observa y que dilata
el eco del momento.
En ese instante, la música que evoca yergue bóvedas
para que el eco se arrebuje en su seno de olores conocidos
y entonces grita el duende de las horas
y recompone el puzzle de la transitoria dicha.
Mañana habrá de hacerse como siempre,
sumando las teselas que se creían perdidas
en las cenizas olvidadas del tiempo.

Construyes la imagen de una forma minuciosa y coherente, el lenguaje está especialmente bien escogido y al final el lector queda envuelto por esa tempestad de angustias y melancolías que termina en cenizas.. bellísima imagen.

El poema me ha encantado, pocas veces me meto en un poema de forma tan rápida y absorbente como con estos versos me ha ocurrido. Incluso he adornado la escena que se me iba representando con alguna imagen cinematográfica de las que tengo en el archivo de la memoria.

Un abrazo, Roberto, me siguen gustando mucho los temas que tratas y tu forma de volcarlos en versos.

Un abrazo.

Estoy de acuerdo con Juan, todo el poema es una maravilla y se lee con una facilidad asombrosa. Consigues transmitir sensaciones muy hermosas a pesar de la tristeza que se palpa.

Todo un placer de lectura.

Abrazos.

Muy buen poema, Roberto. Unos versos que te envuelven y llevan a su antojo por entre esa hilera de botellas donde rompen las embravecidas olas del alma. Te felicito sinceramente por tan excelente obra. Un abrazo, amigo.

Tu talento esconde una alegría que envilece,
las botellas se desploman en abismos donde la dicha emerge,
o al menos creémoslo,
las palabras, ¿que son las palabras?
las tuyas tempestades, olas que mecen,
que hermoso vaivén nos abruma en el columpio de los excesos.
¿Acaso las transitorias dichas no son más brillantes y dilatadas que la eternidad homogénea?,
¿no son más pujantes aquellos hilos de luz que un instante nos deslumbran?,
Efectivamente son eternas los haces de versos que ilustras constante,
son los ecos embravecidos de un ingenio inédito.

Un fuerte abrazo, amigo.

No escribes, pintas, poeta. Uno ve lo que dibujas en ricos y bien logrados trazos. Un gusto siempre. Abrazos de amigo.

Un poema Roberto lleno de semejanzas en ricas metáforas, que ha sido un placer su lectura.
Un abrazo.

Es un cuadro en el que uno se recrea con hermosos versos como hechos con pinceles. Precioso poema.
Abrazos
Pilar

Roberto, mis felicitaciones, sus expresiones abrazan la belleza y la
derrochan para bien del lector.
Un placer leerle.

[quote="ROBERTO LÓPEZ"]La barra es un abismo en donde las hileras de botellas
semejan acantilados donde el mar embravecido de la angustia
embarranca navíos.
Las palabras, espuma evanescente,
conforman el estruendo de la tempestad.
Y más allá de las miradas que concitan
en un intento vano la atención narcisista de la escena
reverbera una imagen raptora que secuestra
en su aparente intermitencia
el foco de la luz que observa y que dilata
el eco del momento.
En ese instante, la música que evoca yergue bóvedas
para que el eco se arrebuje en su seno de olores conocidos
y entonces grita el duende de las horas
y recompone el puzzle de la transitoria dicha.
Mañana habrá de hacerse como siempre,
sumando las teselas que se creían perdidas
en las cenizas olvidadas del tiempo.[/quote]

Todo el poema es bellísimo, pero me ha encantado ese final, la imagen de recomponerse uno mismo, como un mosaico antiguo, roto por el tiempo y la soledad.
Un placer grande seguirte.
Un abrazo.
Pepa

Magnífico poema y grata la lectura. Definidas las metáforas
y abierto el cauce de buenos versos recorriendo las horas
perdidas y las otras.

Un abrazo

ROBERTO LÓPEZ escribió:La barra es un abismo en donde las hileras de botellas
semejan acantilados donde el mar embravecido de la angustia
embarranca navíos.
Las palabras, espuma evanescente,
conforman el estruendo de la tempestad.
Y más allá de las miradas que concitan
en un intento vano la atención narcisista de la escena
reverbera una imagen raptora que secuestra
en su aparente intermitencia
el foco de la luz que observa y que dilata
el eco del momento.
En ese instante, la música que evoca yergue bóvedas
para que el eco se arrebuje en su seno de olores conocidos
y entonces grita el duende de las horas
y recompone el puzzle de la transitoria dicha.
Mañana habrá de hacerse como siempre,
sumando las teselas que se creían perdidas
en las cenizas olvidadas del tiempo.

Roberto, este trabajo vuela, lleva unas alas transparentes pero poderosas. Sube hasta tocar un poco el cielo y desciende con la bondad de los elementos vitales. Abundancia de fotogramas líricos, superposición relatora de un yo tan poético que casi parece de otra dimensión.

Tu poesía es una dicción de heraldos sabios que siempre, pero siempre cuentan la verdad.


Celebro la inteligencia y la sensibilidad de tu inspiración, querido compañero.


Hallie

Trasmites con tus letras unos hechos crudos y reales que al leerlos te envuelven. Un abrazo Roberto. Carmina.

Roberto, te dejo constancia de mi grata impresión una vez leido este magnífico poema. Como dicen mis compañeros, las imagenes y el ritmo son excelentes.
Un fuerte abrazo, amigo
J. Manuel

Juan Fionello escribió:Construyes la imagen de una forma minuciosa y coherente, el lenguaje está especialmente bien escogido y al final el lector queda envuelto por esa tempestad de angustias y melancolías que termina en cenizas.. bellísima imagen.

El poema me ha encantado, pocas veces me meto en un poema de forma tan rápida y absorbente como con estos versos me ha ocurrido. Incluso he adornado la escena que se me iba representando con alguna imagen cinematográfica de las que tengo en el archivo de la memoria.

Un abrazo, Roberto, me siguen gustando mucho los temas que tratas y tu forma de volcarlos en versos.

Un abrazo.

Pues me gusta que hayan servido eestos versos para que disfrutaras leyéndolos. Gracias, Juan, por tu amabilidad. Un abrazo.