del dolor de tu mirada fija sobre mi cruz,
te perdono porque estaba llena de amor
aunque me duela todavía y lleve tu nombre a cuesta.
(Los dos caminos)
quiero que sea en otoño,
que la lluvia y el viento penetren en mi alcoba,
los eucaliptos lloren quebrados por la noche,
vuelva la soledad a la playa vacía.
Para que no me mueva la luz de tu vestido,
ni el lento respirar que arranqué de tu boca,
quiero que sea la muerte
quien recoja mis sueños y los lleve al ocaso
con el viento que llora.
Quiero que sea en otoño,
quiero que sea en la muerte
donde brote el dolor de cada pensamiento,
que la lluvia y el viento se queden en mi rostro
y que puedas seguir ahondando en mis fracasos.