este mar que no entiende de intercambios en las mentes,
que se rige por la luna y las miradas
está amasando las olas
- un pizquín de levadura y seis mimitos de sal -
para que a la hora justa acuda la pleamar y se me enrede en los dedos,
en las vocales del vientre, en los cabos de las venas,
en los sueños cuando sueño haciendo el muerto boca arriba
( y tú hacia abajo )
entre las sábanas blancas.
Y cuando la masa ha crecido,
- así -
como un por los siglos de los siglos,
este mar, que sí entiende el lenguaje de los signos entre amantes,
hace un pan,
- así -
redondo, como un cero entre los besos
como un iglú calentito, como un amago y silencio
entre noquiero y síquiero.
Sin embargo, nos lo comemos entero...
.... mientras mi mar se hace el tonto.
( Pues sí, sin embargo, cosas que pasan desde este mar sin embargos y sin anclajes de normas. Alicante y 26 de junio de 2012 . Amén)