Para saber de ti (L-III)

[José Luis Preciados Galán]

Abiertas tengo las ventanas del instinto
al aire magistral de tus modales
para saber de ti,
de la brújula que orienta tus raíces
cuando ávida de luz
te renuevas tratando de inventarte.

Tu cuerpo de mujer, cinta de plata,
tu finísima voz, arpa dorada,
son néctares evadidos de tu sol ardiente,
espejos trasvasados del brillo en tus graneros.

Para saber de ti
quiero hallar la causa de tu efecto,
ese cielo que se posa entre las sienes
al llegar la noche oscura
mientras los dormidos labios, al abrirse,
sueñan con sorber el carmín de tu inocencia.

Porque sólo tú, desde las verdes lagunas de tus ojos
hasta el álveo escondido de tus pechos,
sólo tú,
podrás ser lazarillo que guie mi ceguera.

Para saber de ti
intuiré como albatros de alas desplegadas
los secretos de tu ancha geografía
a través de sus cuatro puntos cardinales;
romperé la cáscara de nuez
donde se alabean los dedos de mis manos
cuando trato de llegarte
y, enquistado en tu existir
seré grito y silencio de tus madurados sueños.

Y todo ello
para
saber
de
ti.

*Andros

[Begoña Egüen]

Abiertas tengo las ventanas del instinto
al aire magistral de tus modales
para saber de ti,
de la brújula que orienta tus raíces
cuando ávida de luz
te renuevas tratando de inventarte.

Tu cuerpo de mujer, cinta de plata,
tu finísima voz, arpa dorada,
son néctares evadidos de tu sol ardiente,
espejos trasvasados del brillo en tus graneros.

Para saber de ti
quiero hallar la causa de tu efecto,
ese cielo que se posa entre las sienes
al llegar la noche oscura
mientras los dormidos labios, al abrirse,
sueñan con sorber el carmín de tu inocencia.

Porque sólo tú, desde las verdes lagunas de tus ojos
hasta el álveo escondido de tus pechos,
sólo tú,
podrás ser lazarillo que guie mi ceguera.

Para saber de ti
intuiré como albatros de alas desplegadas
los secretos de tu ancha geografía
a través de sus cuatro puntos cardinales;
romperé la cáscara de nuez
donde se alabean los dedos de mis manos
cuando trato de llegarte
y, enquistado en tu existir
seré grito y silencio de tus madurados sueños.

Y todo ello
para
saber
de
ti.

*Andros

¡Qué preciosidad de poema, estimado compañero!. He quedado complacida con su lectura. Te felicito.
Un saludo.
BEGOÑA.

[Ramón Ataz]

Precioso, en efecto, José Luis. Un torrente de lirismo de aire clásico y maravillosamente escrito.
Enhorabuena por el poema.

Un abrazo.

[Guillermo Cumar.]

Amor con acentuación de ritmo y de metáfora. Que más se le puede pedir a un poema que además de ser estupendo lo parece y deja un sabor profundo a sentimiento.
Y todo ello "para saber de tí"

Un abrazo

Guillermo

[Josefa A. Sánchez]

Como bien dice Guillermo "que más se le puede pedir a un poema" Un gusto.
Un abrazo.
Pepa

[Angel Valles]

Abiertas tengo las ventanas del instinto
al aire magistral de tus modales
para saber de ti,
de la brújula que orienta tus raíces
cuando ávida de luz
te renuevas tratando de inventarte.

Tu cuerpo de mujer, cinta de plata,
tu finísima voz, arpa dorada,
son néctares evadidos de tu sol ardiente,
espejos trasvasados del brillo en tus graneros.

Para saber de ti
quiero hallar la causa de tu efecto,
ese cielo que se posa entre las sienes
al llegar la noche oscura
mientras los dormidos labios, al abrirse,
sueñan con sorber el carmín de tu inocencia.

Porque sólo tú, desde las verdes lagunas de tus ojos
hasta el álveo escondido de tus pechos,
sólo tú,
podrás ser lazarillo que guie mi ceguera.

Para saber de ti
intuiré como albatros de alas desplegadas
los secretos de tu ancha geografía
a través de sus cuatro puntos cardinales;
romperé la cáscara de nuez
donde se alabean los dedos de mis manos
cuando trato de llegarte
y, enquistado en tu existir
seré grito y silencio de tus madurados sueños.

Y todo ello
para
saber
de
ti.

*Andros

Como para alumbrar con la luz de estos versos poeta...
Un gusto enorme recorrer tus versos de nuevo.
Saludos
angel

[Víctor F. Mallada]

Abiertas tengo las ventanas del instinto
al aire magistral de tus modales
para saber de ti,
de la brújula que orienta tus raíces
cuando ávida de luz
te renuevas tratando de inventarte.

Tu cuerpo de mujer, cinta de plata,
tu finísima voz, arpa dorada,
son néctares evadidos de tu sol ardiente,
espejos trasvasados del brillo en tus graneros.

Para saber de ti
quiero hallar la causa de tu efecto,
ese cielo que se posa entre las sienes
al llegar la noche oscura
mientras los dormidos labios, al abrirse,
sueñan con sorber el carmín de tu inocencia.

Porque sólo tú, desde las verdes lagunas de tus ojos
hasta el álveo escondido de tus pechos,
sólo tú,
podrás ser lazarillo que guie mi ceguera.

Para saber de ti
intuiré como albatros de alas desplegadas
los secretos de tu ancha geografía
a través de sus cuatro puntos cardinales;
romperé la cáscara de nuez
donde se alabean los dedos de mis manos
cuando trato de llegarte
y, enquistado en tu existir
seré grito y silencio de tus madurados sueños.

Y todo ello
para
saber
de
ti.

*Andros

Precioso, precioso, precioso. José Luis. Enhorabuena.
Sería hasta cantable... aunque hay dos versos que se me resisten en cuanto al ritmo. Son el noveno: "son néctares evadidos..." con apoyos en 2, 7 y 11 que lo hacen algo "duro", y, sobre todo el 29: "seré grito y silencio...", con apoyos en 2, 3, 7, 12 y 14.

Algún día debería de ser capaz de explicar el por qué. Por ahora me quedo con recitar de nuevo este precioso poema.

Un abrazo, amigo.

Víctor

[Margarita Rosa Oviedo]

Muy lindo este poema, un disfrute, José Luis.
Un saludo.

[Juan Arrollo]

Un gusto leer este poema de metáforas bellas y un buen ritmo. Un saludo cordial.

[Marisa Peral]

Abiertas tengo las ventanas del instinto
al aire magistral de tus modales
para saber de ti,
de la brújula que orienta tus raíces
cuando ávida de luz
te renuevas tratando de inventarte.

Tu cuerpo de mujer, cinta de plata,
tu finísima voz, arpa dorada,
son néctares evadidos de tu sol ardiente,
espejos trasvasados del brillo en tus graneros.

Para saber de ti
quiero hallar la causa de tu efecto,
ese cielo que se posa entre las sienes
al llegar la noche oscura
mientras los dormidos labios, al abrirse,
sueñan con sorber el carmín de tu inocencia.

Porque sólo tú, desde las verdes lagunas de tus ojos
hasta el álveo escondido de tus pechos,
sólo tú,
podrás ser lazarillo que guie mi ceguera.

Para saber de ti
intuiré como albatros de alas desplegadas
los secretos de tu ancha geografía
a través de sus cuatro puntos cardinales;
romperé la cáscara de nuez
donde se alabean los dedos de mis manos
cuando trato de llegarte
y, enquistado en tu existir
seré grito y silencio de tus madurados sueños.

Y todo ello
para
saber
de
ti.

*Andros

Esto es lo que yo entiendo por poesía pura y completa.
Desde la primera estrofa, que he remarcado porque es maravillosa, engancha este poema que te hace seguir suave y sin pausa, con una cadencia y un ritmo inigualables.
Gracias, José Luis, por este regalo. Ha sido un auténtico placer su lectura.
Un abrazo

[José Luis Preciados Galán]

Gracias amigos por vuestros comentarios.Rescato este poema para nuestro libro.

[Roberto López]

[quote="José Luis Preciados Galán"]

Me gusta mucho este delicado poema. Yo haría exactamente lo mismo para saber de ella. Saludos, amigo.

[Alberto Madariaga]

Soberbio poema, no con buenas imágenes, sino con transcendentales momentos de lira concisa. Algo sí he de comentar, las tres primeras estrofas del poema, son magnas y siento -como punto de vista- que las dos últimas estrofas pierden fuerza, pero no belleza. Sin embargo compañero, son puntos de vista y nada más que no deben desmerecer este magnífico trabajo tuyo. Un aplauso y un saludo.